Gamesa destituye a Calvet para "evitar el descenso a Segunda"

No hubo solución intermedia. La opción más diplomática de fichar a un consejero delegado, como llegó a plantearse hace algunos meses, quedó descartada. Jorge Calvet tenía la cruz para continuar al frente de Gamesa y al final, ayer miércoles por la tarde, el presidente fue destituido por el consejo de su cargo dos años y medio después de confiar en él para dirigir la compañía, donde entró como consejero independiente en 2005.

"Ha sido un proceso largo de desencuentro", explican fuentes del consejo de administración. "Es un caso muy similar al de un equipo de fútbol que está a punto de descender a Segunda. Al final, han sido los resultados los que han llevado al consejo de administración a tomar esta decisión, más allá de las diferencias que pueda haber por parte de Iberdrola, primer accionista de la compañía con un 19% del capital".

Aunque la eléctrica cuenta sólo con dos consejeros y ha marcado siempre distancias sobre su grado de influencia en Gamesa, en parte para que ACS no lo utilice como argumento a su favor en la pelea que mantiene con Iberdrola, el fabricante de aerogeneradores, del que es principal cliente, tiene un peso relevante en las cuentas de la energética, ya que acumula unas minusvalías de 250 millones de euros por su participación.

Los datos hablan por sí solos, al margen de los matices que puedan añadirse para explicar lo ocurrido. Calvet accedió a la presidencia de Gamesa en octubre de 2009, donde ya era vicepresidente dos años antes, con una deriva negativa en marcha que había arrancado ejercicios atrás, después de que en 2007 hiciera techo bursátil con 35 euros por acción y tuviera más de 300 millones de euros de beneficios en 2006, en parte por extraordinarios. 

Durante su periodo al frente de Gamesa, el financiero Jorge Calvet no sólo no ha podido atajar esa inercia sino que ha protagonizado el descenso del fabricante vasco a registros nunca antes vistos, con un valor casi mínimo de 1,5 euros por acción, que deja a la compañía con una capitalización mínima de menos de 400 millones de euros, y unas pérdidas de 21 millones de euros en el primer trimestre de 2012.

Con el viento en contra

A pesar de los resultados cosechados durante su mandato como presidente, Calvet ha intentado dar la vuelta a la compañía en un entorno económico muy negativo. Por un lado, modificó la estructura directiva de Gamesa a los pocos meses. Por otro lado, tuvo que hacer frente al trágico 2010, año en el que no consiguió facturar ni un sólo euro en territorio español. Su única opción fue salir a conquistar nuevos mercados.

"La situación era insostenible y por pura lógica se ha tomado la decisión que correspondía", reconoce desde el anonimato un accionista de Gamesa. De puertas afuera, la versión oficial ha evitado dar detalles sobre los motivos de la salida y se limita a agradecer su “dedicación como presidente y consejero delegado durante su mandato y el trabajo desarrollado durante su permanencia en la compañía”.

Como ocurrió con su llegada, el consejo de Gamesa planteó ahora que la presidencia fuera asumida por el actual número dos, Juan Luis Arregui, vicepresidente y fundador de la compañía, pero su rechazo a volver al mismo puesto que abandonó hace años, según fuentes del máximo órgano de administración, hizo que la compañía confiara a un headhunter la búsqueda del potencial mejor candidato.  

Un relevo industrial

Respecto al sustituto en la presidencia, el elegido ha sido el guipuzcoano Ignacio Martín, con un perfil profesional totalmente distinto al de su antecesor. Ingeniero superior eléctrico por la Universidad de Navarra, el nuevo presidente de Gamesa ocupaba hasta ahora el puesto de vicepresidente ejecutivo de CIE Automotive (2010-2011), empresa en la que ha sido también consejero delegado (2002-2010).

Su trayectoria profesional ha estado ligada, en buena parte, al grupo GKN Automotive International, en el que ha desempeñado numerosos puestos de responsabilidad. Asimismo, ha sido Director General Adjunto al Presidente de Alcatel España (1998-1999) y, en la actualidad, es consejero independiente en Bankoa-Credit Agricole y Higiestime 21 y consejero de APD (Asociación para el Progreso de la Dirección).

A partir de ahora, Ignacio Martín se hace cargo de un gigante de 8.000 trabajadores que pasa por ser uno de los principales grupos globales del sector eólico, con cerca de 5.000 MW instalados y una cartera de más de más de 23.800 MW gracias a su presencia en cincuenta países y a la base industrial que tiene en los principales mercados eólicos del mundo, desde Europa hasta Estados Unidos, China, India y Brasil.