El ‘hachazo’ a los sueldos públicos frena el cambio en EFE, Navantia e Izar

El consejo de administración de la SEPI debía haber nombrado ayer a los nuevos presidentes de las empresas públicas participadas. Así lo habían venido confirmando fuentes oficiales del organismo que preside Ramón Aguirre. Sin embargo, tras la reunión habitual de los últimos viernes de cada mes, tres de sus ‘perlas’ (EFE, Navantia e Izar) seguían sin nuevo presidente. ¿El motivo? La reforma aprobada hace una semana por el Gobierno, que ha rebajado sustancialmente los salarios de los nuevos gestores públicos, hacen poco atractivo el puesto para los candidatos en los que el Ejecutivo había pensado.

El caso más claro es el de la agencia pública de noticias EFE. Desde hace varios días, fuentes oficiales del Gobierno contaban para el puesto con José Antonio Vera y así lo habían hecho saber. Se daba por descontado que tenía el ‘visto bueno’ político y que sólo faltaba el ok de la propia SEPI y del Ministerio de Hacienda para negociar los emolumentos.

Sin embargo, la nueva norma que hace en caso de despido o rescisión de contrato, la indemnización se limitará a siete días por año trabajado y, sobre todo, el recorte en los sueldos de los directivos de las empresas públicas, han terminado por estancar la operación. Con la nueva norma, los presidentes de las empresas públicas sufrirán un recorte cercano al 30%, y el tope máximo ‘fijo’ en las empresas mayores será de 105.000 euros. Una cifra que puede aumentarse con el complemento al puesto de trabajo en el caso del presidente y con un variable siempre que haya beneficios, lo que no parece muy probable en el caso concreto de EFE.

Así las cosas, mientras el consejo de administración de SEPI se reunía para decidir los nuevos nombramientos, el candidato ‘oficial’ estaba en la Rivera Maya con Carlos Herrera, en cuyo programa participa como tertuliano. Vera, además, es directivo de ‘La Razón’ y participa en otras tertulias de la propia Onda Cero, Telemadrid o 13TV. El nombramiento tendría que esperar.

Lo mismo ha sucedido con los presidentes de Navantia, los astilleros en los que la SEPI tiene una participación del cien por cien, o IZAR, también íntegramente de titularidad pública. En Navantia, por ejemplo, el nuevo presidente cobrará exactamente un 28% menos que el actual consejero delegado, Luis Cacho, según anunció en Moncloa la propia Soraya Sáenz de Santamaría.

La reducción de sueldos y máximos salariales se está convirtiendo en un ‘problema’ para cubrir determinados puestos y afecta a todos los niveles. Incluso, periodistas repescados de gabinetes de comunicación privados han tenido que ser convencidos de que acepten la jefatura de prensa de un Ministerio como un ‘favor’ al ministro y con la promesa de que elevarán sus salarios fijos gracias a su asistencia como vocales en determinados consejos de administración, algo que aún está por ver.

En el caso de la Coorporación de RTVE, también dependiente de la SEPI pero cuyo presidente se elige por consenso parlamentario, un alto cargo político del entorno de Mariano Rajoy ha llegado a sondear a un dircom de una importante empresa cotizada que, con estupor pero de buenas maneras, ha rechazado y ha pedido que ni se le proponga porque perdería más de la mitad del sueldo que gana actualmente.

Así las cosas, la SEPI acometió ayer sólo el nombramiento de cuatro nuevos presidentes. El ex diputado segoviano del PP, Javier Gómez Darmendrail, a quien una ‘jugada’ le dejó fuera de las listas el pasado 20-N después de seis legislaturas, será el nuevo presidente de CETARSA; Faina Zurita de Ussía presidirá el Hipódromo de la Zarzuela; la política ‘popular’ cercana a la nueva candidata del PP en Asturias, María Teresa Mallada, presidirá HUNOSA, y Rosa María Mosulén, SEPIDES. Ya habían sido confirmados anteriormente los de TRAGSA y MERCASA.

En el caso de las cotizadas en las que la SEPI tiene un peso clave, como Red Eléctrica (para la que se baraja el nombre de José Folgado) y Enagás serán los consejos y las juntas de accionistas los que decidan.