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BBVA carga contra el 'banco malo' para debilitar a sus competidores
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ENTIENDE QUE LOS OTROS GRANDES PODRÍAN BENEFICIARSE MÁS QUE ELLOS DE LA MEDIDA

BBVA carga contra el 'banco malo' para debilitar a sus competidores

Ahora que las cajas de ahorros -encabezadas por BFA-Bankia- vuelven a poner sobre la mesa la figura del 'banco malo' para evitar la megaprovisión que piensa

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BBVA carga contra el 'banco malo' para debilitar a sus competidores

Ahora que las cajas de ahorros -encabezadas por BFA-Bankia- vuelven a poner sobre la mesa la figura del 'banco malo' para evitar la megaprovisión que piensa imponerles el Gobierno de Mariano Rajoy, BBVA se ha convertido en el principal opositor a la medida. Aparte de rechazarlo por principios, considera que sus competidores, incluidos los otros grandes, podrían beneficiarse más que él de la medida. Santander y Caixa, aunque mantienen su rechazo, podrían aprovecharlo en caso de que salga adelante, aunque exigen que no sea obligatorio.

El banco que preside Francisco González no se ha manifestado públicamente sobre la posibilidad de crear este vehículo, y oficialmente sigue sin hacerlo, pero fuentes próximas a la entidad aseguran que es radicalmente contraria. Desde la Torre de Azca se considera que, sin el 'banco malo', la mayoría de sus competidores van a tener grandes apuros para asumir los fuertes recortes de valoración de los ladrillos adelantados por El Confidencial, lo que supone una gran oportunidad para crecer en cuota de mercado dada su posición más saneada.

Y mete en ese saco a los otros dos grandes, ya que en BBVA piensan que se verían más beneficiados que ellos: según las fuentes, su idea es que La Caixa puede utilizarlo para sanear los activos aparcados en su 'banco malo' (CaixaHolding) y que incluso Santander podría aprovechar el vehículo para 'descargar' a Banesto, que la semana pasada anunció un desplome de su beneficio precisamente por los activos inmobiliarios.

La entidad catalana ha evolucionado en su actitud hacia este vehículo: en noviembre lo veía con buenos ojos pero a finales de año su director general, Juan María Nin, ya hablaba de "problema ético". El Santander, en cambio, ha sido la única entidad que se ha pronunciado públicamente en contra por el elevado coste que supone para el erario público, las distorsiones que genera en el mercado (el riesgo moral de favorecer a quien lo ha hecho mal y perjudicar al que lo ha hecho bien) y su convicción de que no mejora la gestión de los activos problemáticos ahora en manos de la banca.

Se tiene que acabar la fiesta

FG coincide con estas apreciaciones de su eterno rival, siempre según las fuentes, pero además considera que las medidas tomadas hasta ahora suponen que el contribuyente y las entidades que están sanas han 'pagado la fiesta' de las irresponsables e insolventes. Y que esto debe acabarse de una vez, para lo que cree que es necesaria una solución definitiva que no implique esos costes.

De hecho, en distintas comparecencias públicas el presidente de BBVA ha asegurado que es imprescindible deshacerse de las entidades "zombies" y que sean compradas por otras más fuertes. No obstante, también se ha mostrado partidario del uso de dinero público para ofrecer esquemas de protección de activos (EPA) para facilitar la venta de estas entidades.

En todo caso, la opción del 'banco malo' sigue sin ser la preferida del Gobierno y, especialmente, del ministro de Economía, Luis de Guindos. La principal razón es el altísimo coste que supondría para el erario público -algunas estimaciones alcanzan los 100.000 millones-, que sería muy difícil de obtener de fondos europeos. Por el contrario, el recorte de valoración de los inmuebles será asumido primero por los resultados del sector y no requeriría una inyección tan grande, que sí s epuede obtener en Bruselas.

Ahora que las cajas de ahorros -encabezadas por BFA-Bankia- vuelven a poner sobre la mesa la figura del 'banco malo' para evitar la megaprovisión que piensa imponerles el Gobierno de Mariano Rajoy, BBVA se ha convertido en el principal opositor a la medida. Aparte de rechazarlo por principios, considera que sus competidores, incluidos los otros grandes, podrían beneficiarse más que él de la medida. Santander y Caixa, aunque mantienen su rechazo, podrían aprovecharlo en caso de que salga adelante, aunque exigen que no sea obligatorio.

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