N+1 descabeza su división de Mercado de Capitales e Instituciones Financieras

N+1 sigue fiel a su fama de quemar ejecutivos. En las últimas semanas, a la vuelta del verano, la firma independiente de servicios financieros ha rescindido su relación laboral con Javier Beltrán, que había quedado al frente de la dirección del área de Mercado de Capitales e Instituciones Financieras (FIG) tras la marcha de José Luis del Río, socio y cofundador de la firma, por quien había sido fichado hace sólo 16 meses como responsable para la división de clientes estratégicos.

De acuerdo con fuentes del mercado, la salida de Javier Beltrán no se ha producido de manera amistosa y está pendiente todavía de que se resuelvan algunos aspectos vinculados a su retribución. Antes de romper su relación con N+1, el que fuera director general de banca de negocios de Unicredit en España, con experiencia previa en entidades como Barclays, Morgan Stanley o UBS Warburg, estuvo trabajando en la salida a bolsa de Banca Cívica.

A pesar del aparente éxito de la operación, los cambios de responsable (Guillermo Arbolí, Oscar García…) en el área de Mercado de Capitales y FIG tras la marcha de José Luis del Río han provocado tensiones entre el equipo y la dirección del grupo. En el caso de Javier Beltrán, estas discrepancias han desembocado con su salida de la firma, como reconocen fuentes internas, que circunscriben la decisión a un cambio de expectativas sobre el papel del directivo dentro de la firma. 

Durante los últimos ejercicios, N+1 ha sometido a importantes cambios su estructura directiva, además del resto de la plantilla, de casi 200 empleados, donde el índice de rotación alcanza hasta el 30%, según fuentes no oficiales. La última baja sonada fue la del antes citado José Luis del Río, que abandonó la firma tras llevar dos décadas vinculado profesionalmente a Santiago Eguidazu, presidente y cofundador de la firma, con quien ya trabajó en AB Asesores.

Una noria de entradas y salidas

Durante los últimos años, una vez que la crisis se manifestó en toda su magnitud en el sector financiero, varios de los primeros directivos de la firma han cambiado de filas. Así ocurrió con Carlos Hernández, antiguo responsable de Corporate Finance, con Monica Vidal, al frente de Asset Management, o con Iñigo Susaeta, en el área de Patrimonios. Incluso uno de los socios y también vicepresidente, como Manolo Gil, también rompió su relación con N+1.

En esa dinámica de altas y bajas, la firma también ha ido haciendo hueco a otros directivos, como había ocurrido con Javier Beltrán. En el último año y medio, N+1 cerró la contratación en bloque de todo el equipo de Equities de Chevreux, con Alfonso Higuero al frente, o la llegada de Ignacio Moreno, ex responsable de Vista Capital, que desde este arranque de 2011 comparte el cargo de consejero delegado de la división de Capital Riesgo con Federico Pastor. 

Los cambios también han efectuado en los últimos tiempos al núcleo duro accionarial. Por un lado, el equipo formado por Santiago Eguidazu, Jorge Mataix (Gestión de activos) y Jose Antonio Abad (Banca de negocios) dio entrada en la matriz a Miguel Salis, socio de Eolia, el fondo de energías renovables gestionado por la firma donde el ejecutivo era accionista. Por otro, N+1 abrió su capital a Ricardo Portabella (Danone), parte de cuya aportación sirvió para expandirse a UK.