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Javi Fernández o cómo el esfuerzo de hacer las Américas tiene su gran recompensa
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SE PROCLAMÓ CAMPEÓN DEL MUNDO EN SHANGHÁI

Javi Fernández o cómo el esfuerzo de hacer las Américas tiene su gran recompensa

Javi Fernández se llevaba las manos a la cabeza, estaba alucinando, se acababa de proclamar campeón del mundo. A sus 23 años, es historia viva del patinaje español… y lo que queda

Foto: Javier Fernández posa con la medalla de oro en Shanghái (Efe).
Javier Fernández posa con la medalla de oro en Shanghái (Efe).

Javier Fernández se llevaba las manos a la cabeza, estaba alucinando, se acababa de proclamar campeón del mundo de patinaje artístico en los Mundiales de Shanghái. Su máxima gesta en un campeonato del mundo había sido una medalla de bronce, pero esta vez, un ejercicio casi perfecto lo llevó a lo más alto del cetro Mundial. El pupilo de Brian Orser estaba todavía atónito tras saberse ganador: “Es algo increíble y no sé si sucederá otra vez”, reconocía después de proclamarse campeón. Javi Fernández se colgó el oro tras superar al japonés Yuzuru Hanyu, defensor del título, campeón olímpico en Sochi 2014 y también su amigo y compañero de entrenamientos. A sus 23 años, este madrileño es historia viva del patinaje español… y lo que queda.

Tenía 17 años y Javi Fernández cogió las maletas y se marchó a Canadá. Chapurreaba inglés, lo suficiente como para cogerse un apartamento e irse al Ikea a comprar muebles. Él mismo confesaba a El Confidencial allá por enero de 2013, que había estado hasta sin luz en casa. Un auténtico aventurero. En ese momento, este madrileño se había proclamado campeón de Europa de patinaje artístico, un deporte con muy poca tradición en España y en el que este madrileño ya había puesto su nombre. Una auténtica hazaña. Claro está, Javi no tenía ni idea de lo que iba a venir después.

Javi Fernández afirmaba tras subirse por primera vez a lo más alto del podio europeo que su lucha era “darle un nombre a este deporte en este país”. Y desde entonces no ha cejado en su empeño. Sin rival que se le ponga por delante en el panorama nacional, de los últimos cinco campeonatos de España, ha ganado cuatro, el madrileño también ha logrado hacerse con los tres últimos Europeos de patinaje de forma consecutiva. El Mundial se le resistía. En las dos últimas citas, había terminado tercero.

Siempre en constante evolución y buscando la perfección, Javi quería más y su recompensa llegó este sábado al colgarse la medalla de oro en los Mundiales de Shanghái. Su espina clavada siguen siendo los Juegos Olímpicos. En Sochi 2014, Javi Fernández se quedó a las puertas de subirse al podio y logró un cuarto puesto, un diploma olímpico que supo a poco al madrileño. En Pyeongchang 2018, tendrá una nueva oportunidad para tratar de estar en lo más alto.

Pero hasta que llegue ese momento, este chico con cara de niño y sonrisa cómplice, disfruta. Lo hace cuando se pone los patines y sale a la pista a bailar como los ángeles. Totalmente asentado en Canadá, ahora ya no chapurrea inglés, lo habla a la perfección y se maneja sin ningún tipo de problema a miles de kilómetros de su Madrid natal. No ha sido fácil, pero ha merecido muchísimo la pena. Tanto, como ser el campeón del mundo de patinaje artístico. Y repito… lo que queda. Gracias Javi.

Javier Fernández se llevaba las manos a la cabeza, estaba alucinando, se acababa de proclamar campeón del mundo de patinaje artístico en los Mundiales de Shanghái. Su máxima gesta en un campeonato del mundo había sido una medalla de bronce, pero esta vez, un ejercicio casi perfecto lo llevó a lo más alto del cetro Mundial. El pupilo de Brian Orser estaba todavía atónito tras saberse ganador: “Es algo increíble y no sé si sucederá otra vez”, reconocía después de proclamarse campeón. Javi Fernández se colgó el oro tras superar al japonés Yuzuru Hanyu, defensor del título, campeón olímpico en Sochi 2014 y también su amigo y compañero de entrenamientos. A sus 23 años, este madrileño es historia viva del patinaje español… y lo que queda.

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