La delicada situación de Caminero no coge por sorpresa a los dueños del Atlético

José Luis Pérez Caminero fue una de las incorporaciones más relevantes que hizo el Atlético de Madrid en 2011, en el intento de cambiar el rumbo de la institución y permitirle llegar donde apunta en estos tiempos de bonanza deportiva por los que atraviesa. Los dueños del club ficharon para su organigrama a exjugadores con renombre, hombres que conocían muy bien la casa, con la idea de darle fortaleza a un proyecto que había carecido de continuidad desde hacía años. Pero cuando llegó, y lo hizo tras la renuncia de la dupla Kiko-Toni Muñoz, Caminero tenía ya una causa pendiente con la Justicia desde 2009, un problema personal de cierta gravedad que siempre ha preocupado en el club y del que este miércoles se conoció un paso más tras años sin saberse nada al respecto.

Los cuatro años de cárcel y cuatro millones de multa que pedirá la Fiscalía para Caminero en el juicio a celebrar en su contra, donde se le acusa de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, no ha cogido por sorpresa en el Atlético. Siempre ha estado latente, y desde dentro se da por hecho que, de momento, no se va a dar la espalda al director deportivo. De hecho, este diario ha conocido que Caminero acaba de renovar el mes pasado su contrato, y que lo hizo sin mirar apenas las condiciones ni negociar ningún punto de la oferta del club. Digamos que lo hizo ‘en blanco’. Las mismas fuentes aseguran que el exjugador llevaba un par de días sin hablar con nadie, guardando un silencio que ahora todos han atribuido a la noticia destapada sobre el escrito del fiscal.

En lo que atañe a su trabajo, el encargado de la parcela deportiva tenía un ayudante especial desde mayo, el italiano Andrea Berta. Este exsecretario técnico del Parma desembarcó en la entidad del Manzanares tras los contactos de Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, con el magnate de Indonesia Peter Lim a través del inversor y socio de Jorge Mendes, Peter Kenyon. En principio, su labor se ha ceñido a complementar la de Caminero, encargándose de encontrar y contratar a determinados jugadores. Pero el Atlético negocia ya su renovación puesto que Gil Marín parece satisfecho con su labor, que cada vez abarca mayor peso en la dirección deportiva.

La situación judicial de Caminero no se puede desvincular ahora de la imagen del Atlético de Madrid, y ese hecho preocupa bastante a los dueños. Los próximos acontecimientos al respecto marcarán el posicionamiento de estos en relación con su director deportivo, a quien en estos momentos muestran todo su apoyo y confianza. De manera ejecutiva, la parcela deportiva funciona correctamente, sin queja por parte de Gil Marín, y la labor de Berta ayuda a que no se comprometa el trabajo diario en ese sentido.

El ‘caso Caminero’ es, en definitiva, un tema difícil de llevar y que afea la actualidad de un equipo que pasa por uno de los mejores momentos deportivos de su historia. Y eso que se tenía bien presente que este tipo de noticias alrededor del exjugador tarde o temprano tenían que aparecer.