"El sonido de San Mamés es algo único, nada lo podrá igualar"

Hoy dice adiós de manera oficial historia viva de nuestro fútbol. El Athletic de Bilbao-Levante será el último partido de competición que acoja el mítico estadio de San Mamés. A partir de la próxima temporada, ese espacio que ha albergado tantos y tantos encuentros, que ha visto pasar a los mejores jugadores del mundo, quedará reducido a cenizas. En la mente y en la retina de todos quedarán los infinitos recuerdos que deja un escenario único, querido y admirado a partes igual por locales y visitantes, lo cual le ha valido el sobrenombre de 'La Catedral', quedando como uno de los grandes templos de la historia del fútbol español.

Atrás quedan ya títulos de Liga, finales de Copa del Rey, finales europeas y hasta un Mundial (el de España 82). A partir de ahora, el contiguo Nuevo San Mamés será quien se encargue de acomodar al Athletic, a su fiel afición y a todos aquellos que quieran rendir visita a la capital del Bocho para disfrutar del balompié. Todos serán bien recibidos, pero ya no será lo mismo. "El sonido de San Mamés es y será único, nada lo podrá igualar", comenta a El Confidencial José María Amorrortu, exjugador y entrenador y ahora director deportivo del equipo bilbaíno. "Seguro que la modernidad del nuevo estadio tendrá cosas buenas, pero la atmósfera que crea San Mamés no admite comparación", añade.

Los que se han vestido de corto sobre el siempre tupido y excelente césped de 'La Catedral' son conscientes de lo que se vive abajo. "Jugar en San Mamés es un auténtico placer. La pasión y la forma cómo lo vive la gente transmite mucho al futbolista", nos cuenta Miguel Ángel Sola, centrocampista de aquel Athletic doble campeón de Liga (82-83 y 83-84) y campeón de Copa del Rey (84). "Al margen de que vivimos una etapa gloriosa para el club, los recuerdos son absolutamente imborrables. Además, era la época en la que los aficionados estaban de pie, y eso era un auténtico volcán", apunta.

Nadie esconde sus sentimientos cuando habla del templo bilbaíno. Amorrortu, por ejemplo, nos dice que "al hablar con vosotros me vienen tantos recuerdos que es inevitable emocionarse. Uno de los más grandes es de cuando yo era niño. Vivía en Deusto y recuerdo a la perfección el arco y el resplandor de las luces del estadio. Era como algo mágico. Ya desde entonces soñaba con jugar en el Athletic y, afortunadamente, lo conseguí". Esto último es algo que corrobora el propio Sola, quien afirma sin tapujos que "si preguntas a cualquier niño de Bilbao por un sueño, ése es jugar en el Athletic y en San Mamés".

Siempre se ha hablado de la afición del conjunto bilbaíno como una de las más entendidas y correctas con el adversario. En esto coinciden plenamente nuestros dos protagonistas. "No hay duda que hay equipos a los que se recibe con mayor vehemencia, pero siempre se reconoce el buen fútbol. Nosotros hemos visto salir ovacionado al Real Madrid de Del Bosque y Laudrup y al Liverpool tras eliminarnos de la Copa de Europa".

La duda es: ¿qué pierde el Athletic con el cambio de estadio? "Nadie lo sabe, ni lo vamos a saber hasta que no pase cierto tiempo. Es algo difícil de contestar", indica Amorrortu. A este respecto, lo único que pide Miguel Ángel Sola es que "las gradas del nuevo estén lo más cerca posible del terreno de juego. Eso el futbolista lo siente mucho y lo nota en los momentos decisivos de los partidos. Y al contrario, también. Es muy fácil alentar a la grada cuando la tienes a escasos metros".

Cómo será San Mamés Barria es una incógnita que empezaremos a resolver a partir del próximo mes de agosto. La aplastante realidad nos dice que hoy se cierra un capítulo tremendo de la historia del fútbol de este país. Desde las ocho de esta tarde, unas 40.000 almas despedirán 'in situ' un escenario que ya sólo quedará en los anales de la historia. ¡Agur, San Mamés!