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La asignatura pendiente de Simeone: ganar un derbi y rendir ante los grandes
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LA FINAL DE COPA SE PRESENTA COMO OTRA GRAN OPORTUNIDAD PARA ROMPER LA ESTADÍSTICA

La asignatura pendiente de Simeone: ganar un derbi y rendir ante los grandes

La llegada de Diego Pablo Simeone al Atlético de Madrid ha supuesto un clima de estabilidad difícil de imaginar en una entidad acostumbrada en los últimos

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La asignatura pendiente de Simeone: ganar un derbi y rendir ante los grandes

La llegada de Diego Pablo Simeone al Atlético de Madrid ha supuesto un clima de estabilidad difícil de imaginar en una entidad acostumbrada en los últimos tiempos a vivir a salto de mata, instalada en la crispación y bajo el prisma de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La figura del técnico ha cambiado en cierta manera todo eso. Es respetado e incluso idolatrado por la afición, las altas instancias confían y le dejan trabajar y el plantel cree a pies juntillas en su método y forma de trabajar. Sin embargo, a pesar de todo eso y de las dos grandes temporadas que está cuajando, con un título de Europa League, otro de Supercopa de Europa y la más que probable clasificación para la próxima edición de la Champions League, el enérgico entrenador argentino sigue suspendiendo en sus duelos directos contra el Real Madrid y en los enfrentamientos ante los 'grandes'.

Yendo por partes, lo del Atleti con el derbi es una cosa paranormal. El duelo de ayer en el Vicente Calderón se presentaba como una ocasión pintiparada para que los colchoneros rompieran su horrorosa racha de 14 temporadas sin ganar a su eterno rival. Un Madrid de circunstancias, con el pensamiento puesto en una posible remontada ante el Borussia Dortmund, y un conjunto atlético lanzado y amenazando la segunda plaza de los merengues. Sin embargo, como en ‘El Día de la Marmota’, la historia se repitió y los de Simeone fueron incapaces de lograr el ansiado y obsesivo triunfo que demandaba su afición, a pesar de adelantarse en el marcador con un gol de Radamel Falcao.

Quizá por las palabras ansia y obsesión podamos entender el porqué del gafe atlético en los derbis. Jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, entidad y afición provocan un ambiente en torno a este partido que quizá no beneficie en nada al equipo. La sensación que da es que ganarle al Madrid es lo más importante de sus vidas, y eso termina por generar una tensión inusual y muy perjudicial, algo que ni el propio Simeone ha sabido controlar. Eso se volvió a trasladar ayer al terreno de juego, donde el Madrid, sin hacer un gran partido, se llevó de nuevo los tres puntos del Manzanares.

A los de José Mourinho, que lleva ocho victorias en otros tantos partidos ante el Atlético de Madrid, les bastaron dos zarpazos de Di María (el primero con la colaboración involuntaria de Juanfran) para tirar de nuevo a la lona a su rival y aprovechar esos errores que se han hecho tan comunes por parte rojiblanca en estas citas. A partir del segundo gol, el entrenador argentino no supo reaccionar y, una vez más, no agotó sus tres cambios. El ‘Cebolla’ Rodríguez y Adrián fueron sus únicas armas, y tampoco funcionaron.

No era de extrañar, por tanto, la desesperación y el cabreo de la parroquia colchonera a la salida del estadio. Una vez más se quedaban con la miel en los labios, y en esta ocasión a sabiendas de que su rival era más asequible que nunca.

Sin duda, el Real Madrid se ha convertido en bestia negra de los colchoneros, pero también hay que apuntar que en la ‘era Simeone’ tampoco se le ha ganado al otro ‘grande’ de la Liga, el Barça. Aquí tiene otra espinita clavada el técnico rojiblanco, que quizá pueda sacarse dentro de quince días, cuando en la trigésimo quinta jornada reciba al equipo de Messi y compañía. Y, por encima de todo, la fecha del 17 de mayo. Esa final de la Copa del Rey en el Bernabéu, donde si el Atlético es capaz de derrotar a su vecino madrileño, quizá se borren de un plumazo estas catorce temporadas llenas de sinsabores.

La llegada de Diego Pablo Simeone al Atlético de Madrid ha supuesto un clima de estabilidad difícil de imaginar en una entidad acostumbrada en los últimos tiempos a vivir a salto de mata, instalada en la crispación y bajo el prisma de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La figura del técnico ha cambiado en cierta manera todo eso. Es respetado e incluso idolatrado por la afición, las altas instancias confían y le dejan trabajar y el plantel cree a pies juntillas en su método y forma de trabajar. Sin embargo, a pesar de todo eso y de las dos grandes temporadas que está cuajando, con un título de Europa League, otro de Supercopa de Europa y la más que probable clasificación para la próxima edición de la Champions League, el enérgico entrenador argentino sigue suspendiendo en sus duelos directos contra el Real Madrid y en los enfrentamientos ante los 'grandes'.

Diego Simeone