Como grupo, el vestuario atlético sigue viéndose superior al Madrid

“Muchos de ellos ni se hablan, otros llegan tarde a la concentración… pero, ¿qué puedes hacer cuando la primera que tienen te la clavan desde ahí?”. Horas después de perder otro derbi, un protagonista rojiblanco definía con esta pregunta retórica cómo había visto a su rival desde cerca. El Real Madrid llegaba herido y muy necesitado al choque del sábado, y el gol de Cristiano Ronaldo incentivó a unos jugadores que se vaciaron en el campo para evitar sumar otro varapalo que les hubiera hundido en Liga y hecho tambalear todo el proyecto de Mourinho.

En el seno del vestuario del Atlético de Madrid la derrota ha dolido, pero lo justo. Se siguen viendo como un grupo fuerte, superior a la mayoría de equipos y, por supuesto, a su eterno rival, en el que detectaron cierta ansiedad en la mayoría de sus componentes. Eso sí, reconocen que no fueron capaces de desarrollar su juego habitual y en parte fue porque los madridistas apretaron y corrieron al máximo de sus posibilidades. Igualada la intensidad, las individualidades decidieron, según esta teoría.

La baja de Filipe Luis les restó fútbol y lo aceptan, pero como se escuchó en boca de un miembro de la expedición atlética, “al final ellos tienen nueve ferraris y nosotros dos”. Así que si los blancos están a su nivel, los colchoneros no se ven capaces de doblegar al actual campeón simplemente jugando el balón.

No se quiere alimentar desde el búnker de trabajo del equipo del Manzanares ninguna polémica, ni alrededor del enfrentamiento entre el Mono Burgos y el banquillo de Mourinho ni sobre las maneras de Diego Costa contra la defensa madridista. Aunque sí aseguran de puertas para adentro que se sienten “amargados” por pequeños detalles. Piensan que la presión hacia el cuarteto arbitral fue desmedida por parte de los locales (debido a la ansiedad citada) y que el colegiado no lo paró a tiempo. Y creen que Diego Costa, que en lo futbolístico le consideran de lo mejor que tuvo el Atlético, fue también víctima de Pepe y Ramos, con quienes arrastra un pique desde el Rayo-Madrid de la pasada temporada, y no sólo verdugo de estos, como al final muestran todas las imágenes en los resúmenes.

Sea como sea, el Cholo Simeone enfoca esta semana como cualquier otra, fiel a su lema del “partido a partido”. Es consciente de que el cierre del año puede deparar unas vacaciones placenteras si se suman los seis puntos en casa, ante el Deportivo este domingo y ante el Celta el día 21, y se logra la clasificación a cuartos de Copa en el doble enfrentamiento ante el Getafe (12 y 19 de diciembre). Antes, queda la intrascendente visita al Viktoria Plzen de este jueves que ayudará a olvidar antes lo sucedido en el Bernabéu.

Entre medias queda la visita al Barcelona el 16, que será analizada en su momento y donde creen que tienen poco que perder y mucho que ganar. El técnico argentino quiere que su grupo no decaiga ahora y demuestre la fortaleza de la que tanto se ha hablado. Si en un cara a cara no se les puede ganar a los dos superequipos de la Liga, el reto atlético es tratar de no bajar el listón en el día a día y mantenerles el ritmo a largo plazo. Para lo que un grupo unido e implicado es totalmente imprescindible.