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Un Real Madrid vulgarizado y reincidente en sus errores sufre para ganar al Ludogorets
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empezó perdiendo y nunca jugó como un equipo

Un Real Madrid vulgarizado y reincidente en sus errores sufre para ganar al Ludogorets

Trabajado triunfo del Madrid en Sofía. El Ludogorets se adelantó en el marcador, Cristiano Ronaldo empató de penalti y Benzema salvó a su equipo a última hora

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Los antecedentes invitaban a pensar en una goleada, pero, visto lo visto, el Real Madrid puede dar por bueno el 1-2 de Sofía. Los blancos –anoche nuevamente de negro– venían de marcar 20 goles en sus últimos cuatro partidos, una racha que comenzó precisamente en la Liga de Campeones, con el 5-1 al Basilea. Cristiano, con 13 goles en lo que va de temporada, estaba a tres del récord de Raúl en Champions (71) y si no fuera porque ya suma 25 hat-tricks, este dato no habría sido necesariamente recordado. El portugués sólo marcó uno, de penalti, aunque falló otro y se queda a dos de la marca del anterior 7 del Madrid. No tardará en batirla.

El Ludogorets, ganador de las últimas tres ligas búlgaras tras su ascenso a Primera, se clasificó para la fase de grupos con dos penaltis parados por un defensa,y en Anfield aguantó hasta el minuto 82, empató en el 91’ y acabó perdiendo de penalti (justo) en el 93’. Ante el Real Madrid no sólo vendió cara su derrota, sino que volvió a rozar la heroica.

Si hay un concepto que obsesiona a Ancelotti ese es el del equilibrio. Con el potencial ofensivo que tiene el Real Madrid, el técnico italiano considera que la cuestión se reduce a hacerse fuertes en defensa. Es decir, no conceder espacios a los rivales cuando el equipo se vuelca sobre la portería rival y evitar que los aledaños del área grande de Iker Casillas (o Keylor Navas, según le dé) se conviertan en una verbena en cuanto los de arriba pierden el balón y se olvidan de correr tras él.

Pero ahí radica precisamente el problema de Ancelotti: pensar que un equipo se puede dividir entre los que defienden y los que atacan. “La salud es la justa medida entre el calor el frío”, dijo Aristóteles. “Ni frío ni calor: cero grados”, dicen en Lepe. Curiosa y erróneamente, en el fútbol la palabra equilibrio siempre se relaciona con defender bien, pero precisamente es el desequilibriolo que le hace tan poderoso al Real Madrid. Otra cosa es que un equipo juegue como tal y sea capaz de convertir la defensa y el ataque en un todo. Y es ahí donde Ancelotti parece incapaz de encontrar una solución a los males evidentes de su equipo. La misteriosa marcha de Xabi Alonso al Bayern ha sido una temeridad por parte de quienes la han consentido. Ni Kross, ni Illarramendi, ni Khedira, ni Modric… El Real Madrid no tiene un centrocampista que haga la transición defensa-ataque y ataque-defensa como la hacía –y sigue haciendo– el ahora lugarteniente de Pep Guardiola.

Ante la, a priori, debilidad del Ludogorets, Ancelotti cumplió lo que había anunciado e hizo rotaciones. No en la portería, donde repitió Casillas tras dejar su puerta a cero en El Madrigal. Arbeloa sentó a Carvajal, Varane siguió junto a Ramos, pese a la recuperación de Pepe, e Illarramendi e Isco dieron descanso a Kroos y James. Aunque la gran novedad fue que el Chicharito Hernández estrenó titularidad. Eso sí, no en lugar de los intocables Bale o Cristiano, sino de Benzema, quien curiosamente vería puerta saliendo del banquillo.

A los cinco minutos, el primer desajuste del Real Madrid permitió al Ludogorets llegar en carrera y provocar un córner, visto lo visto, medio gol. Del otro medio se encargó Arbeloa, que no tapó a Marcelinho en el segundo palo y para cuando quiso darse cuenta el brasileño le había robado la cartera y hasta el reloj de pulsera. Otra vez a balón parado, con Casillas bajo palos y sus defensores incapaces de evitar la peinada del rival. Otra vez el Madrid haciendo agua en las acciones que en el fútbol más y mejor se pueden entrenar. Quinto gol a balón parado en lo que va de temporada, tantos como en toda la pasada, un dato que deja en evidencia a Ancelotti y a su nutrido equipo técnico.

Con los madridistas aún mirándose unos a otros y Casillas a todos, llegó el penalti y amarilla –que incluso pudo ser roja– a Minev por zancadillear inocentemente al Chicharito. Sin tiempo incluso para ver la repetición, con prisas evidentes por empatar, Cristiano lanzó y Stoyanov paró. No se habían cumplido diez minutos de partido y el Ludogorets no daba crédito a lo que estaba viviendo. El Madrid dominaba con balón, pero en cuanto lo perdía se partía en dos y permitía al equipo búlgaro cabalgar hacia Casillas.

A los 23 minutos, un nuevo penalti, esta vez inexistente, de Moti a Cristiano, permitió al portugués tomarse la revancha. Aunque lo tiró por el mismo sitio y Stoyanov volvió a adivinar el lanzamiento, esta vez Cristiano no falló y logró el empate. El Madrid pudo llegar al descanso por delante en el marcador, sobre todo en una acción del Chicharito tras una gran jugada individual de Isco. Claro que también el Ludogorets inquietó a Casillas, sobre todo en una llegada de Bezjak que acabó en gol, aunque la jugada fue anulada por claro fuera de juego.

Dos ocasiones de Cristiano y Ramos nada más estrenarse la segunda parte y un paradón de Stoyanov a remate de Bale no intimidaron al equipo búlgaro, que replicó con un tiro desde fuera del área de Espinho que Casillas envió a córner. Pese a que el Madrid intentaba mantenerlo bajo control, el partido era un ir y venir. Chicharito falló un gol más difícil de evitar que de marcar y Marcelinho permitió a Casillas exhibirse con una estirada más estética que meritoria.

Con el marcador enquistado en el 1-1, Ancelotti movió banquillo. Entró Benzema por el Chicharito y en su primera acción asistió a Cristiano, aunque el tiro del portugués lo sacó Aleksandrov bajo palos. Entró Kroos por Modric, un cambio claramente efectuado para intentar sujetar el centro del campo con el alemán junto a un dubitativo Illarramendi. Y finalmente, aunque no mucho después, entró James por Isco. Llegó entonces el gol de Benzema, el segundo del francés en Champions, que remató un centro de Marcelo ante la desconcertante caída del defensa del Ludogorets, que pidió una falta que nadie vio.

Aliviado por verse por delante en el marcador, el Real Madrid no respiró tranquilo hasta el final del partido. Pudo sentenciar, sobre todo gracias al buen hacer de Benzema, pero también sufrió en un par de llegadas del Ludogorest, un equipo menor que, sin embargo, desnudó las carencias del vigente campeón de Europa. Ancelotti tiene trabajo. La derrota del Liverpool ante el Basilea (1-0) despeja el camino en la Champions, donde los blancos son líderes en solitario, aunque su juego deja mucho que desear.

Ficha técnica:

1 - Ludogorest: Stoyanov; Caiçara, Aleksendrov (Misidjan, m.82), Moti, Minev, Dani Abalo, Dyakov, Fabio Espinho (Anicet Abel, m.82), Hernández, Marcelinho (Wanderson, m.70) y Bezjak.

2 - Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Illarramendi, Modric (Kroos, m.73), Isco (James, m.76); Bale, Cristiano Ronaldo y 'Chicharito' (Benzema, m.67).

Goles: 1-0, m.6: Marcelinho. 1-1, m.25: Cristiano Ronaldo de penalti. 1-2, m.77: Benzema

Árbitro: Craig Thomson (ESC). Amonestó a Minev (10), Dyakov (24), Abalo (57), Espinho (62) por el Ludogorest; y a Ramos (72) por el Real Madrid.

Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada de Liga de Campeones, disputado en el Nacional "Vasil Levski" de Sofía.

Los antecedentes invitaban a pensar en una goleada, pero, visto lo visto, el Real Madrid puede dar por bueno el 1-2 de Sofía. Los blancos –anoche nuevamente de negro– venían de marcar 20 goles en sus últimos cuatro partidos, una racha que comenzó precisamente en la Liga de Campeones, con el 5-1 al Basilea. Cristiano, con 13 goles en lo que va de temporada, estaba a tres del récord de Raúl en Champions (71) y si no fuera porque ya suma 25 hat-tricks, este dato no habría sido necesariamente recordado. El portugués sólo marcó uno, de penalti, aunque falló otro y se queda a dos de la marca del anterior 7 del Madrid. No tardará en batirla.

Isco Cristiano Ronaldo
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