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El Barcelona cojeó hasta que entró Messi
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UN GRAN PSG NO ES DE CAPAZ ‘REMATAR’ A LOS AZULGRANAS

El Barcelona cojeó hasta que entró Messi

Las semifinales de la Champions se han convertido en un lugar común para el Barcelona. Por sexto año consecutivo, el conjunto azulgrana optará a jugar la

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El Barcelona cojeó hasta que entró Messi

Las semifinales de la Champions se han convertido en un lugar común para el Barcelona. Por sexto año consecutivo, el conjunto azulgrana optará a jugar la final de la mejor competición de clubes del mundo después de dejar al Paris Saint Germain en la cuneta (1-1). Un registro histórico –nadie ha enlazado tantas 'semis' seguidas- que, sin embargo, el PSG se atrevió a poner en cuestión y que durante muchos minutos hizo pensar con una catastrófica eliminación de los de Vilanova. Tanto que el técnico, angustiado con lo que veía sobre el terreno de juego, tuvo que recurrir a Messi. Ahí acabó todo. El argentino reescribió ‘el gol del cojo’.

El delantero empezó el partido en el banquillo. El resultado de la ida y el miedo atroz a una recaída aconsejaban ser cautos. Tito lo fue hasta que vio que todo se marchaba por el desagüe cuando el PSG asaltó la portería de Valdés. Entonces le hizo un guiño a Messi para que saliera al rescate. No falló. Nada nuevo, claro. Probó en dos carreras, pero fue en la tercera cuando puso en jaque a la zaga del PSG para que Villa asistiera a Pedro en el gol que neutralizaba el conseguido por Pastore a la vuelta del descanso. Había solucionado el problema: lo que pasara hasta el final del partido era cuestión de Iniesta y su capacidad para anestesiar la pelota. Messi fue como los GEO.

Después del gol, el argentino sólo se atrevió a pasear por el césped alimentando la idea de la temida recaída. Su bíceps femoral es cuestión de Estado en Can Barça. Normal, viendo lo ocurrido. Los médicos no dieron respuesta. Ya se sabe que hay secretos inconfesables, así que habrá que esperar para comprobar si la presencia salvadora de Leo ha tenido algún precio. De momento, y lo que está sobre la mesa, es una nueva semifinal… Cuando el PSG y Ancelotti repasen el vídeo, si es que les quedan ganas, lamentarán no haber tirado al Barça por el precipicio cuando lo tuvieron en el acantilado…       

Valdés y diez más

Antes de la angustia del final, el Barcelona ya salió inexplicablemente indemne de la primera parte. Sólo las decisivas intervenciones de Víctor Valdés dan sentido a por qué el Paris Saint Germain no se fue a la ducha con al menos un gol en el marcador. Hubiese sido lo más justo. El portero azulgrana –su hueco cuando se marche será enorme- ha entrado en estado de gracia y sus manos son capaces de detectar cualquier balón que vuele por el área dispuesto a terminar en la red. Para su desesperación, saben bien de qué hablamos Lucas Moura y Lavezzi, sobre todo el argentino, que topó hasta en dos ocasiones clarísimas con la enorme figura de Valdés. El Barça lo encomendó todo a él ante el extravío general. 

Con Messi en el banquillo, el mando fue para Iniesta. El mejor sobre el terreno de juego, pero mal acompañado por un equipo que se hizo demasiado largo sobre el campo y que perdió la brújula de Xavi y el sentido táctico de Busquets. Demasiados problemas como para armar un buen partido. El desajuste encarriló el partido hacia un intercambio de golpes que el PSG agradeció. Sobre todo, porque los jugadores del Barça acumularon los mayores errores en pases sencillos que se les recuerda en mucho tiempo. Mucho tuvo que ver la presión en la medular que ejercieron y la velocidad endiablada de Lucas Moura. El brasileño es un jugadorazo. Tanto que eclipsó a Ibrahimovic en un primer tiempo que, todo hay que decirlo, habría sido otra historia si una falta botada por Xavi hubiera cogido portería en lugar de marcharse por centímetros.

Pastore, Pedro y la angustia final

El fútbol se congració con el PSG a vuelta de vestuarios. Todas las ocasiones desbaratadas en la primera parte fueron dadas por buenas cuando, en una contra de manual, Ibrahimovic sirvió a Pastore un balón que el argentino, muy fino, puso en la red sin que Alves y Valdés pudieran hacer nada. Era el tanto de la justicia… y el pánico del Barça. El gol terminó por desarmar a un equipo que acusó la caraja monumental de futbolistas como Busquets, siempre infalible pero en esta ocasión desastroso.

La grada, en cada llegada de Moura, Ibra y compañía, temía por las semifinales, al mismo tiempo que se desesperaba con su equipo y su incapacidad para armar dos pases seguidos. El PSG tuvo ahí la eliminatoria, pero no asestó el gol de gracia y la entrada de Messi terminó de disuadirlos. El efecto narcótico del argentino sobre sus rivales se pudo ver enseguida y con más detalle en el gol, donde Thiago Silva y Alex, espectaculares toda la noche, se quedaron embobados esperando la genialidad de Leo que, sin embargo, puso la bolita en manos de sus compañeros. Donde no llegó su físico, alcanzó su aura. Messi es el mejor del mundo incluso cojo. Y el Barça puede estar tranquilo.

Ficha técnica:

1 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Adriano (Bartra, min.62), Jordi Alba, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Villa (Song, min.84), Cesc (Messi, min.62) y Pedro.

1 - París Saint-Germain: Sirigu; Jallet (Van der Wiel, min.88), Alex, Thiago Silva, Maxwell, Verratti (Beckham, min.84), Thiago Motta, Lucas Moura, Lavezzi (Gameiro, min.81), Pastor e Ibrahimovic.

Goles: 0-1: Pastore, min.50. 1-1: Pedro, min.71.

Árbitro: Björn Kuipers (HOL). Mostró tarjeta amarilla a Adriano (min.42), Lavezzi (min.80), Thiago Silva (min.85) y Beckham (min.90).

Incidencias: Partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou ante 96.022 espectadores.

Las semifinales de la Champions se han convertido en un lugar común para el Barcelona. Por sexto año consecutivo, el conjunto azulgrana optará a jugar la final de la mejor competición de clubes del mundo después de dejar al Paris Saint Germain en la cuneta (1-1). Un registro histórico –nadie ha enlazado tantas 'semis' seguidas- que, sin embargo, el PSG se atrevió a poner en cuestión y que durante muchos minutos hizo pensar con una catastrófica eliminación de los de Vilanova. Tanto que el técnico, angustiado con lo que veía sobre el terreno de juego, tuvo que recurrir a Messi. Ahí acabó todo. El argentino reescribió ‘el gol del cojo’.

Leo Messi