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Hamilton, si tu perro se convierte en tu mejor amigo...
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EL BRITÁNICO ATRAVIESA UNA CRISIS PERSONAL Y DEPORTIVA

Hamilton, si tu perro se convierte en tu mejor amigo...

“No hay que olvidar que, aunque ya ha sido campeón del mundo, Lewis tiene todavía muchas cosas que experimentar en la vida y en las carreras,

Foto: Hamilton, si tu perro se convierte en tu mejor amigo...
Hamilton, si tu perro se convierte en tu mejor amigo...

“No hay que olvidar que, aunque ya ha sido campeón del mundo, Lewis tiene todavía muchas cosas que experimentar en la vida y en las carreras, y a veces tienes que pasar por  buenos y malos momentos para apreciar los buenos”. Marc Priestley, antiguo jefe de mecánicos de McLaren, trabajó muy de cerca con Lewis Hamilton desde su incorporación a la Fórmula 1. Buen conocedor del piloto y la persona, era consciente de que Hamilton necesitaba  atravesar un proceso de maduración personal fruto de su  singular experiencia vital, dedicado en cuerpo y alma a la competición  siempre tutelado por su padre y el equipo McLaren.

Hoy, posiblemente Lewis Hamilton está atravesando por uno de los periodos más oscuros de su trayectoria vital. “La vida definitivamente no está conmigo en estos momentos, pero así son las cosas”, lamentaba tras la última carrera en Alemania. Ni la faceta profesional ni la personal parece funcionar, cuando se antojaba que su rutilante fichaje por Mercedes le abriría nuevas y positivas perspectivas.

Todo derrotismo 

En el terreno deportivo, el piloto británico llegó como fichaje estrella y factor clave para la evolución de Mercedes hacia un equipo ganador. Por el contrario, su emocional reacción tras el Gran Premio de Alemania reveló la profunda desorientación que está viviendo.  “No estoy pensando en el campeonato, ahora no tiene sentido”, explicaba. “Sería bueno poder lograr una victoria en algún momento, pero por ahora no parece que vaya a ocurrir”. Que semejante explosión emocional tuviera lugar ante la cúpula del Grupo Daimler debió dejar desconcertados a sus responsables. En Nurburgring, Hamilton parecía un hombre derrotado ante quienes hicieron un gran esfuerzo para su fichaje.

“Tengo que contenerme, porque no tengo nada positivo que decir sobre estos neumáticos”, declaraba al terminar la pasada carrera.  El británico denunciaba por activa y por pasiva “no entender los neumáticos de Pirelli”, a los que su exuberante estilo de pilotaje no parecen encajar. Rosberg, sin embargo, ha logrado ya dos victorias. En Alemania el piloto británico parecía tirar la toalla. “Ni siquiera voy a esperar o rezar para que los neumáticos (nuevos) nos vayan bien, porque lo más probable es que lo hagan para Red Bull". Semejante derrotismo no puede encajar en un piloto al que se le supone la arquitectura mental propia de un líder.

Su ruptura con Nicole

Su antiguo jefe de mecánicos ponía en evidencia un rasgo clave en la personalidad de Hamilton, ese famoso "he is a kid" ("es un niño") que circulaba dentro de McLaren. Un piloto de intensa emocionalidad, bien mezcla de carácter innato y de cierta inmadurez  vital, que le convierte en todo un espectáculo en la pista, pero que le desborda fuera de ella cuando se tuerce el aparejo. 

Una contextura vital que, además, está sometida a prueba en el terreno personal. Nadie entendía la actitud de Lewis Hamilton tanto en  el podio de Canadá como en la posterior rueda de prensa. Gesto serio y ni la menor sonrisa. Preguntado al respecto, respondió lacónicamente: “lo que proyecto no es decepción, tengo otras cosas en mi mente”.  Como se pudo saber después, se trataba de  la ruptura de con Nicole Scherzinger, su pareja desde casi cinco años. Que no ha sido la primera. 

"Mi mejor amigo: ¡Roscoe!"

Y Hamilton explotó tras el Gran Premio de Alemania. “Mi mundo se ha vuelto del reves”, se sinceraba con Martin Brundle en Sky Sports. "Llevo las emociones a flor de piel” explicaba, “esto me da muchos problemas, generalmente me resulta muy duro luchar contra ellas, intento ser positivo pero realmente estoy pasando por un momento muy, muy duro con la pérdida de alguien muy especial en mi vida. Necesito mantener mi mente ocupada porque, de lo contrario, vaga y hace que los momentos sean más duros, tengo que mantenerme ocupado y asegurarme que el tiempo pasa rápidamente”.  

Es evidente que Lewis Hamilton está viviendo un momento profesional y personal complicado,  donde ambas facetas pueden  estar retroalimentándose mutuamente. Sin la dirección de su padre durante tantos años, sin la cobertura y tutela de McLaren en tantas áreas de su vida, y a pesar de la mayor libertad que disfruta con Mercedes, el piloto británico parece estar ahora más solo que nunca. Simon Fuller, el máximo responsable de su agencia de 'management' acompañaba en la final de Winbledon  al tenista Andy Murray, también su representado, mientras Hamilton se despachaba sobre sus posibilidades para ganar carreras y luchar por el título en  2013 en el país de Mercedes. 

No es de extrañar que tras el Gran Premio de Alemania llegara ese famoso tuit, con otra foto de su ya famoso perro: “Mi mejor amigo.. ¡Roscoe!”.

“No hay que olvidar que, aunque ya ha sido campeón del mundo, Lewis tiene todavía muchas cosas que experimentar en la vida y en las carreras, y a veces tienes que pasar por  buenos y malos momentos para apreciar los buenos”. Marc Priestley, antiguo jefe de mecánicos de McLaren, trabajó muy de cerca con Lewis Hamilton desde su incorporación a la Fórmula 1. Buen conocedor del piloto y la persona, era consciente de que Hamilton necesitaba  atravesar un proceso de maduración personal fruto de su  singular experiencia vital, dedicado en cuerpo y alma a la competición  siempre tutelado por su padre y el equipo McLaren.