Alonso pone a prueba su 'chasis', y Ferrari, la fiabilidad del F138

"Dia 2" de pruebas, después de dos meses sin señales en el cuerpo...ya vuelven! ¡¡Bienvenidas!!”. La jornada de ayer fue rutinaria y aburrida hacia el exterior, aunque no para Ferrari y Fernando Alonso. Para empezar, el piloto español nos mostró en Twitter algunas de las secuelas físicas, de los 'moratones', que supone la adaptación física al pilotaje de un Fórmula 1 después del parón invernal, y a las que resulta inevitable tener que enfrentarse al comienzo de temporada. “Estoy bien, aunque el cuello está un poco rígido, es lo que ocurre el primer día, no importa qué entrenamiento de cuello lleves a cabo, el coche es matador en este aspecto”, reconocía al término de sus 110 vueltas en su primera sesión del año el pasado martes. No deja de sorprender la exigencia física de tan singular 'oficina' incluso para quien ha llegado a partir nueces con los músculos de su cuello.

En el frente técnico, el programa de Ferrari ayer fue una jornada con menos kilometraje, pero con objetivos importantes de consumo interno. Alonso completó ayer 76 vueltas, en las que se continuó con el desarrollo del F138 y con la comparación de los neumáticos Pirelli, cuyos nuevos compuestos tanto desconcierto están provocando en estas primeras sesiones de pretemporada.

"Asegurarnos de que el coche no se parará"

La de ayer también fue una  jornada de las que contribuyen a cuajar uno de los factores claves y no tan lucidos en el rendimiento de un monoplaza: la fiabilidad. Por la mañana, el F138 se quedó parado por una avería en uno de los colectores de escape. Ferrari había alargado la duración de los escapes para poder comprobar su vida máxima porque, bien en Barcelona la semana que viene, o bien en los entrenamientos de Australia, se introducirán unos esquemas de escape de última hora para los que se necesita la mayor seguridad técnica posible. 

“El escape ya había hecho centenares de kilómetros, y queríamos hacer pruebas de componentes”, explicó Luca Marmorini, responsable de motores de la Scuderia, “así que formaba parte del proceso de definición de la fiabilidad. Cuando se rompe un escape, hay partes alrededor que pueden quedar dañadas, por eso ha llevado tiempo la reparación, pero lo que ha ocurrido forma parte del proceso de desarrollo. No era un problema de temperatura, sino de un escape que ha llegado al final de su vida”.

Marmorini explicaba la avería de ayer en un contexto más amplio. “Un fallo en el escape, especialmente en su parte primaria, puede hacerte parar el coche, y  puede ser una avería tan crítica como el fallo de un pistón, así que nos preocupa mucho la introducción de soluciones de escape tardías sin tener el número adecuado de pruebas, pero tenemos que seguir empujando (con el desarrollo de sistemas de escape) hasta el final. Hasta ahora hemos desarrollado  procesos de prueba en el 'dyno' con diferentes soluciones. Por eso probamos el escape hasta el final de su vida, porque necesitamos saber con seguridad cual es su límite para asegurarnos de que el coche no se parará, nos queremos asegurar que para Melbourne hemos probado todo lo posible”.

Hoy, Fernando Alonso llevará a cabo su último día de pruebas en esta segunda sesión de la pretemporada. Podría ser una última jornada con más “moratones” para el asturiano, pero también con algo más de “sustancia” para la galería como lo fue el último día de Massa en Jerez. Aunque visto el panorama de estas dos últimas jornadas en Montmeló, tampoco habría que hacerse demasiadas ilusiones con lo segundo.