Fernando Alonso, Ferrari y Monza, ingredientes de la 'magia roja'

"Sentía el calor de toda aquella gente, miles de personas apoyando a Ferrari, con aquella gran bandera y cantando el himno. Fue un momento inolvidable, una de las victorias más impactantes de mi vida". Fernando Alonso se mostró estremecido y abrumado por la reacción de Monza en 2010. Era su tercera victoria con Ferrari, la primera en la casa de su equipo… que también es la suya. La electricidad que transmite el circuito italiano supera la velocidad que alcanzan los bólidos a su paso por la recta. El vértigo en Monza no se logra a 350 km/h, si no subiendo al podio vestido de rojo.

El GP de Italia de 2010 está grabado a fuego en Maranello. Supuso la comunión definitiva entre su actual líder, Fernando Alonso, y los tifosi, pero, sobre todo, significó la confianza en un hombre implicado y que sentía tanto Ferrari como cualquier italiano. Antes de esa prueba era la única persona con la suficiente fe como para afirmar que las opciones para el título eran de un "50/50". Los periodistas transalpinos no dieron excesivo crédito a unas palabras cargadas más de esperanza que de realismo… Tras Monza, se demostró que el ingenuo piloto de Ferrari, con un bólido inferior al de sus contrincantes, tenía razón.

El resultado fue casi inmejorable: 'pole', vuelta rápida y triunfo para el asturiano, tercero fue Felipe Massa (penúltima vez que se subió en un podio hasta hoy), con Jenson Button en segundo lugar. "Una emoción solo comparable a la que sentí en Barcelona en 2006, cuando gané por primera vez en España", admitía por aquel entonces un Alonso que ahora sumaría a esa lista de victorias imborrables la de Valencia de este año.

El hombre con mayor fe en Ferrari

Ese 13 de septiembre de 2010 sirvió para volver a creer. "Si Alonso no hubiera ganado en Monza, el campeonato se habría acabado para Ferrari", admitió a final de ese mismo año el presidente, Luca di Montezemolo. Una vuelta de calificación impecable y un repostaje perfecto suplieron el que era unos de sus puntos débiles: la salida.

Hace dos años Jenson Button fue el rival durante la carrera y, a tenor de lo sucedido el pasado fin de semana en Spa, la situación podría ser similar este domingo, al menos en cuanto al color del coche (un McLaren). Eso sí, al contrario que en 2010, si en algo supera el bólido rojo a sus 'enemigos' es en la salida. Algo que le viene bien porque el F2012 no cuenta con muchas opciones de pelear por la 'pole' salvo que gane "ocho décimas con un botón mágico", tal y como señaló este viernes Alonso.

Cómo amortizar el ticket en un par de segundos

Distinto a la calificación será el rendimiento durante el gran premio. A las posibilidades que otorga la capacidad del F2012 debe sumarse el 'encanto' de correr en Monza. Y como ejemplo sirve la prueba de hace un año, cuando subió a un podio (tercero) que era impensable antes de la carrera saliendo por delante de él los dos McLaren y Sebastian Vettel, y teniendo detrás a un RB7 de Mark Webber que, previsiblemente, en la carrera tenía mejor ritmo. "He oído decir a la gente que con ese momento estaba amortizado el precio del ticket. Cómo fue de agresivo, en términos de procedimiento y ataque... fue sensacional". Stefano Domenicali se quedó estupefacto por la salida que hizo el español con el F150. No se olvidará fácil: del cuarto al primer puesto.

¿Qué ocurrirá este año? Alonso ha podido comprobar que la relación del asfalto italiano con el Cavallino es especial. El asturiano apela a un "botón mágico" como única solución para estar por delante este sábado y Ferrari a su ‘magia roja’, la misma que le ha ayudado a vencer en este siglo la mitad de las carreras y ha convertido a la Scudería en la más laureada de Monza con 17 victorias, un 28% del total.

Si ese "botón mágico" no llega, Fernando tiene claro que no se volverá loco por mucho que se trate de Monza ya que "no cambia nada ganar aquí o en otro sitio" y sabe "cuál será la prioridad este fin de semana": sumar puntos con vistas al Mundial.