El 'shock' de tener un accidente en F1: un mal menor en las calles de Mónaco

Nelson Piquet, Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna, Nigel Mansell, Michael Schumacher, Damon Hill, Jacques Villeneuve, Mika Hakkinen, Fernando Alonso, Kimi Raikkonen, Lewis Hamilton, Jenson Button y Sebastian Vettel no solo son los campeones de los últimos 30 años de Fórmula 1, también forman parte de la infinita lista de accidentados por las calles de Mónaco en esta competición. En algún momento del fin de semana de gran premio, los mayores talentos de las últimas tres décadas se han visto involucrados en un golpe frente a los escaparates más glamurosos del mundo. Lejos de suponer algo que traiga malos recuerdos al protagonista del incidente, resulta ser prácticamente un trámite que cada piloto debe superar para tener en orden su curriculum en la Fórmula 1.

Es la carrera más esperada del año y, a la vez, la más peligrosa. La cara y la cruz en la que conviven sueños y frustraciones pasajeras, casi una experiencia obligatoria en el Gran Circo. Accidente y Mónaco no sólo son compatibles, si no que es la tradición. En los últimos 15 años hay una media de unos diez abandonos por carrera. Tener un incidente en Mónaco no significa nada. Para ejemplo el de Nigel Mansell, quien tuvo diez a lo largo de su carrera y nunca bajó los brazos. Cuanto más difícil lo pone la ratonera monegasca, más crece el espíritu combativo por vencer en sus calles. Es un 'minimundial', un todo o nada a una carrera. Quedar fuera de carrera por accidente es lo de menos, lo peor es no subir al podio más exclusivo de todos, donde el nombre de los pilotos ganadores se graba en oro.

Sabiendo que la prioridad número uno en F1 es la seguridad, choca que el gran premio más especial sea en el que más presente está las posibilidades de un choque. Esto da una idea del respeto que tienen por sus bordillos y muros. Ganar una vez en Mónaco vale por diez abandonos. Ha habido todo tipo de golpes y da igual la época en la que se estuviese. Desde la primera carrera de Fórmula 1 en Mónaco, en 1950, con el accidente del campeón del mundo de ese año Giuseppe Farina (en la primera curva de esta primera carrera hubo nueve coches accidentados) hasta el susto de la temporada pasada con Sergio Pérez... qué tipo de magia desprenderá Mónaco que el mejicano ha asegurado haber salido "más fuerte" de ese accidente, sin ningún tipo de trauma psicológico y con ganas de "revancha" hacia el propio circuito.

En blanco y negro, en color, con un bólido encima de otro e incluso alguno hundiéndose en el puerto monegasco. Hay 'trompazos' de todos los tipos aunque lo más frecuente es ver cómo los muros liman el monoplaza partiendo los ejes que sujetan una rueda.

"Mónaco es el circuito más difícil del mundial"

"Mónaco es el circuito más difícil del mundial". Pedro de la Rosa ha competido en cinco ocasiones con tres equipos diferentes y sólo ha llegado una vez a la meta (décimo en 2002 con Jaguar). Sabe de qué habla y es que la lista de pilotos que no han sufrido un percance es más corta que la de los accidentados... "no te permite ningún error", recuerda el catalán.

Sin espacios y con apenas un par de escapatorias, los organizadores de la prueba, L'Automobile Club de Mónaco, no cuentan con un excesivo margen de maniobra para implementar el nivel de seguridad, al contrario que cualquier circuito de velocidad. Para este 2012 la principal mejora que ha realizado viene como consecuencia del accidente del Checo, retrasando en casi 15 metros las barreras de protección de salida del túnel. También se ha nivelado el asfalto en esa zona, ya que un estudio realizado con láser ha revelado diferencias de hasta 20 centímetros en algunos puntos de la zona de frenado. Además, también se ha ensanchado y alargado la calle de boxes (para ello se han talado algunos árboles en esa zona) y las barreras de protección en Santa Devota y en la Piscina se han sustituido por otras más avanzadas denominadas 'TecPro'.

Innumerables accidentes y un solo fallecido, Bandini

Son pequeños avances para hacer un gran premio más seguro y ser fiel a su filosofía porque, a pesar de los numerosos accidentes, sólo hay que lamentar una víctima: Lorenzo Bandini, que perdió la vida en la carrera de 1967 a los mandos de un Ferrari. Es la única cruz que hay que hacer a la prueba más esperada del año. Porque por muchos golpes o accidentes que haya, si hay una carrera donde ganar tenga un significado especial, ese es el Grand Prix de Monaco.

“¿Dejar de correr porque es peligroso? También puedo ser atropellado”. La irónica frase que Ayrton Senna pronunció en 1991 puede servir para comprender mejor el espíritu de un piloto profesional. En este caso, a esa necesidad de velocidad se le debe unir que competir por las calles de Mónaco es como escalar en el Everest o jugar un partido de fútbol en Maracaná. De esta forma, se obtiene que un piloto verdaderamente ‘loco’ sería aquel que despreciase este gran premio por ser peligroso.

PD: Hay que multiplicar el riesgo por diez en caso de lluvia (algunos pronósticos dan lluvia para la carrera de este domingo)