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Plan de récord: 200 km para erigirse como la estación de esquí más grande de España
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LA UNIÓN ENTRE ASTÚN, CANDANCHÚ Y FORMIGAL

Plan de récord: 200 km para erigirse como la estación de esquí más grande de España

Está en el horizonte todavía, pero existe una estrategia para unir las estaciones pirenaicas de Astún, Candanchú y Formigal, algo que convertiría esa estación en la más grande de España

Foto: Dos esquiadores listos para comenzar un descenso. Al fondo, el Valle de Tena donde se encuentra el centro invernal de Formigal. (Foto: Nacho Viscasillas)
Dos esquiadores listos para comenzar un descenso. Al fondo, el Valle de Tena donde se encuentra el centro invernal de Formigal. (Foto: Nacho Viscasillas)

La conexión de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú bajo un único ‘forfait’ comercializa esta temporada el territorio 100 K y es el embrión del gran sueño del esquí alpino aragonés: la unión de este territorio con el centro invernal de Formigal para convertirse en el dominio de esquí alpino más amplio de España. Candanchú es un centro cargado de historia, con un carácter competitivo único, formadora de profesores y que en la actualidad busca recobrar nuevos bríos gracias a su nueva propiedad. En ese trabajo, esta temporada va de la mano de Astún. Un autobús conecta ambas áreas. Un trayecto cómodo que no llega a los 15 minutos –en un día laborable- y que permite esquiar sobre las pistas de ambos centros invernales con un mismo pase.

Pistas como La Raca, en Astún, y, La Rinconada, en Candanchú, ofrecen todo lo que un esquiador con un nivel medio busca: desnivel y exigencia. Son las dos estaciones de alpino más occidentales del Pirineo y tener la oportunidad de hacer esos dos descensos, entre otros muchos, es una buena excusa para acercarse en este mes de marzo a este rincón de la provincia de Huesca que tiene en Jaca, una localidad de poco más de 10.000 habitantes que vive la nieve y la montaña de forma intensa con una oferta de ocio y cultura espectacular, como su cabeza tractora.

El 100 K responde a un dominio que se desglosa en 101 pistas -15 verdes, 30 azules, 37 rojas y 19 negras- con una capacidad de transporte de 46.000 personas por hora. Fue en el año 1927 cuando Candanchú empezó a ver la luz con los militares como primeros esquiadores. Siempre ha tenido fama de estación técnica. Un viejo aforismo dice que “quien sabe esquiar aquí, sabe bajar por cualquier sitio”. Son varias estaciones en una. Su zona de seguridad, Pista Grande, permite aprender con facilidad; sus fuera pistas y negras son muy verticales. Muchos trayectos son de acomodar el casco y las gafas antes de bajar. Una excusa antes del primer impulso y encarar el descenso. El tubo de la Zapatilla es un imán. La singular formación rocosa que le da el nombre se divisa desde buena parte de la estación. Muchos lo desean bajar, pocos tienen el nivel para hacerlo. Siempre un reto, con buena o mala nieve.

Francia como espectador

La cota de la estación se ubica a 2.400 metros de altitud. El paseo en la silla de la Tuca abre la vista a un espectacular paisaje dominado por el pico del Aspe, el espectacular castillo de Acher al fondo y casi tocando con los dedos la pared de Lecherines. La citada silla desemboca en un mirador espectacular al bosque de las Hayas, Francia y, tan cerca como lejos, el sueño de la conexión con Formigal.

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Esta unión con Astún permite al esquiador el viaje indistinto entre estaciones. En este caso hemos comenzado por Candanchú y, tras un descenso divertido y exigente, en ocasiones cogemos el bus para ir a Astún. También de capital privado, esta área esquiable tiene el privilegio de su orientación lo que garantiza una nieve de calidad. Es un valle transversal ‘cargado’ con 50 kilómetros de pistas donde tienen nombre propio La Raca –roja- y Toboganes –azul- que permiten amplios descensos hasta la base de la estación. El bello y solitario Midi d‘Ossau se alza como un faro para los esquiadores que tienen pistas para todos los niveles.

Si Candanchú está cerca de Formigal, Astún aún lo está más. Prácticamente se dan la mano. Una cabina bastará para conectar ambos dominios esquiables y poner en canción una superficie superior a los 200 kilómetros. Siempre que el sueño de muchos esquiadores y empresarios respeten las medidas medioambientales.

La conexión de las estaciones de esquí de Astún y Candanchú bajo un único ‘forfait’ comercializa esta temporada el territorio 100 K y es el embrión del gran sueño del esquí alpino aragonés: la unión de este territorio con el centro invernal de Formigal para convertirse en el dominio de esquí alpino más amplio de España. Candanchú es un centro cargado de historia, con un carácter competitivo único, formadora de profesores y que en la actualidad busca recobrar nuevos bríos gracias a su nueva propiedad. En ese trabajo, esta temporada va de la mano de Astún. Un autobús conecta ambas áreas. Un trayecto cómodo que no llega a los 15 minutos –en un día laborable- y que permite esquiar sobre las pistas de ambos centros invernales con un mismo pase.

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