Exhibición de Mikel Landa y Astana en la etapa reina el día que Froome se hundió

Mikel Landa se ha impuesto en la undécima etapa de la Vuelta a España, transcurrida entre Andorra la Vella y el puerto de Cortals d'Encamp sobre 138 kilómetros, al meterse en la fuga buena de una etapa reina en la que el conjunto kazajo fue el gran beneficiado, pues Fabio Aru será el nuevo líder al ser el más fuerte de entre los favoritos, en el día en que Chris Froome se cayó y dijo adiós a luchar por la general. [Así hemos contado la etapa reina de la Vuelta].

Será un día para no olvidar para Astana. En el duro Cortals d'Encamp, puerto de 1ª categoría de 8,7 kilómetros al 9,1% de pendiente media, Mikel Landa recuperó las grandes piernas que tuvo en el Giro de Italia (fue tercero en la general y ganó dos etapas) para lograr su primer triunfo parcial en la Vuelta. Aquella exhibición en la corsa rosa de hace unos meses lo único que hacía era anunciar que España tiene el relevo más que asegurado para los Contador, Valverde y Purito. Landa puso las primeras piedras a una carrera que apunta a lo más alto del mundo. Tiene la capacidad de mando y la autoestima más que suficiente para optar a ganar cualquier gran carrera, ya sea la Vuelta o incluso el Tour, ¿por qué no?

Y porque es uno de los mejores ciclistas de la actualidad, un ciclista que no parece tocado por una barita mágica y que un día se pudo lucir. No, lo de Mikel va a más cada día. Se podía pensar que su triunfo en Madonna di Campiglio era objeto de la valentía del novato, pero su victoria en Andorra ha sido la demostración de inteligencia, de aguante, de trabajo durísimo y una pizca de egoísmo, necesaria siempre si se quiere liderar a un equipo. "Decidí por mi cuenta", dijo al ganar la etapa reina. Porque Astana le pidió que frenara para ayudar a Aru, y no quiso. No le daba la real gana de que le hicieran lo mismo que en la penúltima etapa del pasado Giro. "Como deportista lo que quiero es ganar, y si me mandan parar y trabajar para otro no me gusta", decía a El Confidencial en una entrevista este mismo miércoles.

Para eso dejará Astana a final de 2015. Porque en el equipo kazajo no va a ser jamás el jefe de filas. Si no lo es Vincenzo Nibali, lo será Fabio Aru. Martinelli, director de Astana, tira para casa y prefiere darle el timón siempre a sus paisanos. Pero en Team Sky, Landa no tendrá demasiados rivales: sólo uno, y muy gordo, Chris Froome. Pero podrá correr con el 1 a la espalda las grandes que no sean el Tour, y podrá optar a subirse a lo más alto del podio.

Mientras que Fabio Aru, segundo en el Giro, llegó a 1:22 de su compañero para lograr el maillot rojo de líder al descolgar a Joaquim 'Purito' Rodríguez (36 segundos perdidos con Aru) y recuperar el tiempo perdido con el actual líder Tom Dumoulin, del que le separaba 1:13 minutos antes de empezar esta etapa reina con 6 puertos consecutivos por Andorra.

Pero una de las noticias del día fue la pérdida de tiempo del vigente campeón del Tour de Francia, Froome, quien se cayó nada más empezar la etapa y tuvo que esforzarse para, dolido como quedó, reengancharse al pelotón en esta dura etapa con seis puertos de montaña. En las primeras rampas duras del Coll de la Gallina (de categoría especial) perdió fuelle e incluso pidió asistencia médica.

El británico decidió seguir pero ya a un ritmo demasiado bajo como para optar a reengancharse. Con 2:30 minutos perdidos respecto a los favoritos en la cima de la Gallina, intentó no verse obligado a abandonar la carrera pero ya dijo adiós a luchar por la general. Ahora, el Sky tendrá como líder al vasco Mikel Nieve una vez que Nicolas Roche tampoco tuvo buenas sensaciones por una caída anterior.