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Mikel Landa: "Lo que quiero es ganar, si me mandan trabajar para otro no me gusta"
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Entrevista con el corredor de Astana

Mikel Landa: "Lo que quiero es ganar, si me mandan trabajar para otro no me gusta"

Un chico de Murguía destrozó el Giro, a su propio jefe de filas y casi crea un cisma. Esa gran actuación ha hecho cambiar a Mikel Landa, que confiesa a 'El Confidencial' que apunta muy alto

Foto: Mikel Landa ya se ha olvidado de la general de la Vuelta (EFE).
Mikel Landa ya se ha olvidado de la general de la Vuelta (EFE).

Era un ganador nato que se tenía escondido Beppe Martinelli entre los gregarios de su Astana. El director de carrera del equipo kazajo tenía como grandes puntas de lanza a Nibali y Aru, paisanos suyos, y ni él mismo se esperaba que un chico de Murguía destrozara el Giro, hundiese a su jefe de filas y estuviera a punto de crear un cisma. Esa corsa rosa cambió la vida de Mikel Landa, que sabe que ha dicho adiós a la Vuelta a España en las dos últimas etapas, pero que aspira al menos a sumar algún triunfo en su segunda grande del año y, por qué no, a liderar al Sky Team –probablemente su futuro equipo– a partir de la próxima temporada.

P: ¿Cómo se encuentra tras la jornada de descanso?

R: Pues empecé ya con alguna duda la Vuelta, no me encontraba muy bien. Me faltó mucha competición. Después del Giro estuve dos meses sin competir y eso es mucho. Con correr únicamente la Vuelta a Burgos no pude coger el ritmo que se necesita. Fui salvando día a día hasta que en una etapa el cuerpo no me respondió como debía y no pude estar con los de arriba. Hace tres días perdí toda opción de poder hacer una buena general y ahora toca en pelear por alguna etapa y echar un cable a Fabio Aru –su compañero en Astana–.

P: ¿Y cómo lo lleva psicológicamente?

R: El lunes estaba muy triste. Fue un gran golpe venir con un objetivo claro y a mitad de Vuelta quedarme sin opciones. Pero bueno, hay que mirar el lado positivo: todavía queda mucho y seguro que aún puedo hacer algo.

P: ¿Han sido etapas tan duras hasta ahora como parecía por televisión?

R: Sí, se nos han hecho muy duras, con un calor enorme y los finales tan explosivos que suele poner la Vuelta, que generan un estrés extra y te hace estar todo el día en tensión para intentar entrar en esos repechos en buena posición. Todo eso crea bastante desgaste.

P: Pese al calor, a las caídas y los abandonos, queda aún una gran Vuelta, ¿cómo lo ve?

R: Lo veo igual, sí. Por ahora, lo único que se ha visto es quién no va a ganar la Vuelta, pero por lo demás, está todo por decidir. Los grandes favoritos todavía no han dado el paso. Dumoulin está muy fresco por la caída que tuvo en el Tour y ahora mismo es uno de los rivales a batir, pero también están Froome y Nairo, que acabaron muy bien el Tour. Luego está Fabio, que ha venido descansado y en realidad, la Vuelta siempre la gana un corredor que está fresco.

P: ¿Cómo es su relación con Fabio Aru?

R: Buena, la verdad. Somos compañeros de equipo y amigos y no tenemos ningún pique entre nosotros, sino una muy buena relación, igual que con los demás corredores de Astana.

El Giro me volvió un poco más ambicioso; quisiera tener un equipo a mi disposición

P: ¿Cómo fue aquella famosa penúltima etapa del pasado Giro?

R: Yo iba arriba, bastante fuerte, pero decidieron que me frenara para intentar ganar la maglia rosa con Fabio Aru, que iba segundo en la general, era el que más cerca estaba de Contador y el equipo decidió optar por su baza. Como deportista a mí me gusta ganar, y cuando me mandan parar para trabajar para otro no me gusta. Pero bueno, esto es el deporte también, cuando formas parte de un equipo las decisiones a veces te favorecen y a veces no. Pero me dolió.

P: ¿Se ha sentido más liberado y menos presionado al confirmar que no seguiría en Astana?

R: No, en absoluto. Mi compromiso con el equipo siempre ha sido el máximo, en el Giro lo demostré aun pudiendo hacer la carrera por mi cuenta. Después corrí la Vuelta a Burgos y cuando tuve que tirar, tiré y cuando tuve que subir bidones, los subí. Y ahora en la Vuelta a España, exactamente igual.

P: ¿Se ve siendo el líder de un equipo en una gran vuelta?

R: Sí, ese ha sido lo más importante al tomar una decisión de cara al año que viene para firmar por un equipo u otro –a falta de confirmación oficial, Landa se marchará al Sky Team de Froome en 2016–. Quiero probar lo que es tener un equipo a mi disposición en una gran carrera por etapas.

P: ¿Antes de su gran actuación en el Giro se veía candidato a ganar una grande?

R: No, no me veía así, al menos no a corto plazo. Todavía tenía que encontrar mi sitio en una grande y haberlo hecho de repente en este Giro, encontrándome así de rápido fue una sorpresa hasta para mí. Después de esto me volví un poco más ambicioso: si he estado ahí una vez, quiero volver a conseguirlo.

A Nibali le ofrecieron un botellín, quiso salvar el día y lo agarró. Yo habría hecho lo mismo

P: ¿Cómo viste el incidente de Nibali y el coche de Astana?

R: Tuvo la mala suerte en un momento en que la carrera iba lanzada, no le pudieron atender rápidamente porque la montonera dejó los coches atrás y no le acercaron la bici al momento. No pudo enlazar con el grupo y luego le ofrecieron un botellín: en ese momento en el que vas a tope y quieres salvar el día, lo agarró. En esa situación yo habría hecho lo mismo.

P: Este miércoles llega la gran etapa de Andorra, ¿puede ser su ‘Madonna di Campiglio’ de la Vuelta?

R: Pues estoy con muchas ganas, pero las sensaciones que he tenido estos días no son las que tuve en Madonna di Campiglio –su primera victoria en el Giro de las dos que conseguiría–. Tendré que ir viendo, pero ganas tengo y muchas.

Era un ganador nato que se tenía escondido Beppe Martinelli entre los gregarios de su Astana. El director de carrera del equipo kazajo tenía como grandes puntas de lanza a Nibali y Aru, paisanos suyos, y ni él mismo se esperaba que un chico de Murguía destrozara el Giro, hundiese a su jefe de filas y estuviera a punto de crear un cisma. Esa corsa rosa cambió la vida de Mikel Landa, que sabe que ha dicho adiós a la Vuelta a España en las dos últimas etapas, pero que aspira al menos a sumar algún triunfo en su segunda grande del año y, por qué no, a liderar al Sky Team –probablemente su futuro equipo– a partir de la próxima temporada.

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