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El Mundial, entre el éxito y el fracaso
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SE CONVIRTIÓ EN UNA PESADILLA PARA ESPAÑA

El Mundial, entre el éxito y el fracaso

La Copa del Mundo 2014 fue un éxito en organización, pero un fracaso en lo deportivo para España. Un duro golpe que abrirá un punto de inflexión en la FEB

Foto: Sevilla, una de las sedes del Mundial en la primera fase (
Sevilla, una de las sedes del Mundial en la primera fase (

La Copa del Mundo 2014 se cerró el domingo con la victoria de Estados Unidos ante Serbia en el Palacio de los Deportes de Madrid por 129-92. El Mundial celebrado en España puso el broche final con una exhibición de la selección americana sobre la pista y con el público acordándose de España y por supuesto, de Orenga y de José Luis Sáez. En organización y en repercusión, la cita ha sido un éxito, pero para el baloncesto español ha supuesto un punto de inflexión que tardará años en olvidarse. El seleccionador habló de “batacazo”, el presidente de “frustración con ilusión” y Pau Gasol decía en una entrevista en el diario Marca: “Esto dolerá siempre”. En definitiva, balance positivo en lo organizativo y muy negativo en lo deportivo.

“Quiero hace de esta Copa del Mundo la mejor de la historia”, reconocía José Luis Sáez tras la eliminación de la selección española del Mundial. El presidente ha centrado todos sus esfuerzos en que España diera la talla durante la cita mundialista y en lo organizativo, el balance se ha calificado como un éxito. Saez aseguraba “La media de presencia en la primera fase ha sido de un 79%, con un 88% en Bilbao, que era el pabellón con un aforo mayor. Esa media no se había conseguido nunca una Copa del Mundo, donde era habitual que en los partidos en los que no competía el equipo local hubiera muy poca afluencia”.

Además de la presencia de numerosos aficionados en las gradas, fueron más de 300.000 personas las que pasaron por las Fan Zones de las seis ciudades, Bilbao, Sevilla, Granada, Gran Canaria, en la primera fase, y Barcelona y Madrid, en las fases finales. La presencia de 7.000 finlandeses en la sede de Bilbao para ver a su Selección, que acudía al Mundial por primera vez en su historia, puso la nota de color a la cita mundialista. Finlandia fue uno de los atractivos de la Copa del Mundo y no por lo deportivo, que, aunque estuvieron a un paso de sorprender, cayeron en la primera fase, sino por su afición. Bilbao se convirtió por unos días en la ‘capital’ de Finlandia.

Si en lo organizativo, las notas fueron muy positivas, no ocurrió lo mismo en lo deportivo. España fracasó, se estrelló en su Mundial, en lo que durante años se había señalado como el mejor final posible para una generación de oro. Estaban todos, Pau, Reyes, Navarro, Calderón, Marc, Ricky, el Chacho… la mejor generación de la historia del baloncesto español. Se jugaba en casa, con el público volcado, los medios de comunicación volcados, todo a favor, pero no se pudo. Falló todo. Desde Orenga, el primer señalado tras la debacle, hasta los pesos pesados del equipo. Por fallar, falló hasta el rival, una Francia ‘B’ que se creció ante España y que, sin sus mejores jugadores, ridiculizó a España.

Todavía no había terminado el partido ante el combinado galo y la afición cargó contra Orenga al grito de “¡Orenga dimisión!”. Las protestas se prolongaron y duraron hasta la final. Durante el último partido del Mundial que disputaron Estados Unidos y Serbia, los gritos se repitieron en contra del todavía seleccionador español. Pero además, los silbidos se extendieron hasta el presidente. Cuando el speaker anunció por megafonía el nombre de José Luis Sáez, como una de las personalidades encargadas de felicitar a los ganadores, se produjo una sonora pitada. Por su parte, Pau Gasol recibió una gran ovación cuando recogió su premio por ser uno de los cinco mejores hombres del torneo. Y además, la afición también se acordó de la Selección al grito de “¡España, España!”.

El presidente de la Federación Española de Baloncesto ya ha anunciado que la decisión sobre la continuidad de Juan Antonio Orenga al frente de la selección española de baloncesto sería pospuesta. “Si mi focalización fuera Orenga, no sería justo y sería cobarde. No he hablado nada de dimisiones. No creo que sea el momento. Simplificar es un error. Asumimos las responsabilidades, las analizaremos y tomaremos las medidas que tengamos que tomar. Si tomamos decisiones precipitadamente, podemos tomar malas determinaciones. Somos un equipo…” reconocía el presidente menos de 48 después de la eliminación de España. Después del Mundial de baloncesto femenino que se disputa del 27 de septiembre al 5 de octubre en Turquía, la Federación abrirá un período de análisis y reflexión, necesario para afrontar los dos próximos años. El Eurobasket del año que viene y los Juegos Olímpicos de Río 2016 serán citas fundamentales para empezar a olvidar el fracaso deportivo de esta Copa del Mundo.

La Copa del Mundo 2014 se cerró el domingo con la victoria de Estados Unidos ante Serbia en el Palacio de los Deportes de Madrid por 129-92. El Mundial celebrado en España puso el broche final con una exhibición de la selección americana sobre la pista y con el público acordándose de España y por supuesto, de Orenga y de José Luis Sáez. En organización y en repercusión, la cita ha sido un éxito, pero para el baloncesto español ha supuesto un punto de inflexión que tardará años en olvidarse. El seleccionador habló de “batacazo”, el presidente de “frustración con ilusión” y Pau Gasol decía en una entrevista en el diario Marca: “Esto dolerá siempre”. En definitiva, balance positivo en lo organizativo y muy negativo en lo deportivo.

Pau Gasol
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