Heynckes pone el listón muy alto a Guardiola tras conquistar una Bundesliga de récord

El Bayern de Múnich vuelve a saborear la conquista de la Bundesliga  rompiendo la hegemonía del Borussia de Dortmund, que en los últimos dos años había dominado el campeonato alemán con pulso firme. Pep Guardiola no tendrá  sencillo mantener el listón de un equipo que, de la mano de Jupp Heynckes,  ha recuperado la lozanía perdida en el último lustro con Klismann y Van Gaal como interinos del banquillo muniqués. Conquistada la Bundesliga y recuperada la posición como club poderoso en el fútbol europeo, a Heynckes sólo le queda pendiente cumplir con la promesa lanzada en 1990 a la afición bávara en el balcón de la plaza Marienplatz tras conquista la segunda Bundesliga con el Bayern: la Copa de Europa.

Vuelve a reinar el Bayern de Múnich en Alemania tras dos años de sequía a la sombra del Borussia de Dortmund. El equipo de Jurgen Klopp, desplegado a partir de un fútbol vivaz, sometió en los dos últimos campeonatos a un Bayern de Múnich en plena renovación, más de ideario que de jugadores. Tras un final algo tortuoso con Louis Van Gaal (“al observar a los jugadores, daba la impresión de que les acompañaba el miedo", llegó a comentar Uli Hoeness del técnico holandés), cogió las riendas del equipo por tercera vez Jupp Heynckes. El alemán no realizó grandes revoluciones. Aprovechó lo bueno de la herencia de Van Gaal e introdujo pequeños detalles que mejoraron notablemente el rendimiento del colectivo. Durante la etapa del técnico holandés, el conjunto muniqués solía finalizar los partidos con grandes porcentajes de posesión de balón pero sin apenas disparar a puerta.

Demasiado encorsetado en ataque, intentó el técnico alemán dotar de mayor verticalidad al equipo. Abandonó la retórica predominante en el juego con Van Gaal en el banquillo. Hombres como Kroos, Schweinsteiger o los extremos Robben y Ribéry se aprovecharon de la mayor libertad y elevaron el voltaje del equipo en el juego ofensivo. A pesar de recuperar el vigor perdido, especialmente en Europa, el conjunto alemán volvió a fracasar en el campeonato doméstico de nuevo a manos del Borussia de Dortmund. Los de Klopp revalidaron su título en la Bundesliga, derrontando además a los muniqueses por un contundente 5-2 en la final de la Copa alemana.

No fueron estas dos derrotas sin embargo lo que más escoció en la hinchada bávara. La final de la Copa de Europa, que iba a disputarse en el Allianz Arena, era uno de los principales retos del equipo entrenado por Heynckes al comienzo de campaña. Tras eliminar en una extenuante eliminatoria al Real Madrid en el Bernabéu, los alemanes se presentaban como grandes favoritos para alzar la ‘orejona’ ante un Chelsea revitalizado con la marcha de Vilas-Boa y la llegada de Di Matteo como primer técnico del Chelsea. Tanto por el juego desplegado como por su condición de favorito, los muniqueses eran señalados como campeón de Europa ante los ingleses, que habían alcanzado la final europea con más corazón que juego. Caprichoso como suele ser el fútbol, fueron los ingleses quienes finalmente se llevaron el título europeo y propinaron uno de los golpes morales más duros de la historia del conjunto alemán.

Javi Martínez logra el equilibrio perseguido

Como muestra de la confianza en el proyecto y el cuerpo técnico, a pesar de terminar la temporada sin un solo título, el Bayern no paró a lamentarse de las derrotas y resurgió como un ave fénix. Para ello, Heynckes detectó la necesidad de dotar de un mayor equilibrio al equipo, sobrado de efectivos  en ataque pero algo frágil en la zona ancha y en la retaguardia. Para la defensa, los alemanes se reforzaron con el central brasileño Dante. Pero fue en el medio campo donde el técnico alemán hizo toda una declaración de intenciones. Fichó a Javi Martínez del Athletic Bilbao , pagando la cláusula de rescisión del medio navarro. Con su fichaje, el conjunto presidido por Uli Hoeness demostraba tanto la ambición deportiva, fichando a uno de los futbolistas con más recorrido del fútbol europeo, como su poderío económico, al desembolsar 40 millones de euros por un futbolista.

No ha sido una temporada fácil para el medio navarro, que se encontró con la ira de la afición bilbaína al rechazar, junto a Fernando Llorente, la oferta de renovación presentada por el  equipo presidido por Josu Urrutia. Su llega a Múnich estuvo marcada por los 40 millones de euros desembolsados por el conjunto alemán. Suplente hasta diciembre a la sombra de Luiz Gustavo, al internacional español le costó entrar en la dinámica del equipo. A pesar de rendir muy por debajo del nivel acorde a un futbolista por el que se había realizado un desembolso tan importante, el técnico del Bayern pidió paciencia para el juven futbolista. “Javi tiene que ser un líder, pero démonos tiempo para conocernos y encontrar su sitio”, declaraba Jupp Heynckes en los primeros díasn del ‘8’ del Bayern.

La lesión de Luiz Gustavo en diciembre le abrió las puertas de la titularidad y el medio navarro se hizo indiscutible en la alineación de Heynckes. En su primera temporada,  se ha convertido en una de las piezas clave del campeón alemán. Con opciones aun en la Champions, Javi Martínez ya reina en Alemania. Guardiola se encontrará una empresa hérculea. Heynckes ha puesto el listón muy alto, no tanto por títulos, sino por lograr recuperar la vigorosidad de un poderoso alicaído.