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La mística del Tour: de 'doparse' con bacalao a quedar último tres veces
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'PLOMO EN LOS BOLSILLOS', OBRA IMPRESCINDIBLE PARA LOS AMANTES DEL CICLISMO

La mística del Tour: de 'doparse' con bacalao a quedar último tres veces

El ciclismo es un deporte de sensaciones. Vencedores y vencidos forman parte de la mística de las dos ruedas, donde héroes y ciclistas de menor renombre

Foto: La mística del Tour: de 'doparse' con bacalao a quedar último tres veces
La mística del Tour: de 'doparse' con bacalao a quedar último tres veces

El ciclismo es un deporte de sensaciones. Vencedores y vencidos forman parte de la mística de las dos ruedas, donde héroes y ciclistas de menor renombre han conseguido que el Tour de Francia sea la mejor carrera del mundo. En Plomo en los bolsillos el periodista Ander Izaguirre analiza los mejores momentos de la historia de la Grande Boucle, detalles hasta ahora desconocidos que harán afición.

Chinchetas en la carretera, atropellos con vehículos, ayudas para bajar más rápido los puertos, enfados con los organizadores, críticas a los ganadores o aprovecharse de las ventajas del bacalao son algunas de las anécdotas más curiosas que Izaguirre desgrana en su libro y que sirven para conocer mucho más en profundidad el gran espectáculo del ciclismo que comienza este sábado.

Desde que en 1903 tuviera lugar la primera edición del Tour de Francia, la prueba gala ha vivido todo tipo de situaciones. Desde los primeros años, la carrera tuvo una gran acogida, lo que provocó que los espectadores del Tour decidieran actuar de manera descarada a favor de sus corredores favoritos, facilitando la labor a los suyos y entorpeciendo al resto de competidores.

"Los primeros años del Tour no fueron muy buenos, pues el ciclismo estaba considerado una afición de brutos, ni siquiera un deporte, e incluso muchos corredores participaban con apodos para evitar las reprimendas de su familia. Fue el caso de Henri Cionet, cuyo nombre real era Henri Jardi, y que tras ganar el Tour tuvo que retirarse para no hacer frente a las iras de su familia", relata Izaguirre.

Vicente Blanco, el rey del bacalao

En este gran anecdotario no podían faltar los protagonistas españoles. El primero en el Tour fue Vicente Blanco, un ciclista especial. Tras seccionarse el pie izquierdo y perder los dedos del pie derecho en dos accidentes laborales distintos, decidió acudir a la ronda gala, donde no sólo participó, sino que se le conocer por llevar a cabo una de las trampas más raras que se conozcan.

Pocas personas confiaban en que Blanco pudiera participar en la carrera, pero él, 'tirando' de orgullo, además aseguró que era capaz de competir sin comer. "Anuncio que no se alimentaría, pero lo cierto es que paraba en sitios estratégicos donde sus amigos le habían guardado alimentos, concretamente bacalao", dice Izaguirre. A su manera, se convirtió en el primer ciclista que utilizó el dopaje.

Pero el autor de Plomo en los bolsillos tiene su anécdota favorita: "En 1956, Roger Walkowiak ganó el Tour. Aprovechó varias escapadas para sumar tiempo y llevarse el título pero, a pesar de ser francés, la afición no le apoyó. Se le criticó duramente por haber ganado una edición muy poco dura, la gente acabó indignada con él, se decía que la surte le había dado la victoria... y eso provocó su retirada", señala.

El orgullo de ser último... tres veces

El título del libro está basado en otras dos anécdotas del Tour. Henri Pélisier, ganador de la prueba de 1923, se quejó de la dureza del calendario asegurando que lo próximo sería correr con plomo en los bolsillos; curiosamente, en 1947, Jean Robic utilizó un curioso método para descender los puertos con más velocidad: colocarse planchas de este metal para aumentar su peso.

Otras pequeñas anécdotas que hacen grande el ciclismo: "Raymond Poulidor pasó a la historia por acabar ocho veces en el podio del Tour y nunca ganarlo, eso le hizo pasar a la historia; e incluso Wim Vansevenant tiene el honor de haber acabado último tres veces en el Tour y, en 2008, se tuvo que descolgar en los Campos Elíseos para evitar que Eisel le robara este logro".

En la presente edición del Tour, Bradley Wiggins y Cadel Evans son los grandes favoritos para el triunfo, pero Izaguirre tiene claro quién quiere que sea el ganador: "Sin duda Wiggins, primero por ver a un contrarrelojista saber administrar su tiempo en montaña para ganar y segundo, porque sus patillas pelirrojas en el podio pueden marcar un antes y un después el ciclismo", ironizó.

El ciclismo es un deporte de sensaciones. Vencedores y vencidos forman parte de la mística de las dos ruedas, donde héroes y ciclistas de menor renombre han conseguido que el Tour de Francia sea la mejor carrera del mundo. En Plomo en los bolsillos el periodista Ander Izaguirre analiza los mejores momentos de la historia de la Grande Boucle, detalles hasta ahora desconocidos que harán afición.

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