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Las buenas cifras del cine español en 2012 encubren las dificultades en las que se encuentra
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20% DE CUOTA DE PANTALLA

Las buenas cifras del cine español en 2012 encubren las dificultades en las que se encuentra

Imagínese usted que el mejor y el peor día de su vida ocurrieran… el mismo día. Como si se le cayera un piano en la cabeza

Foto: Las buenas cifras del cine español en 2012 encubren las dificultades en las que se encuentra
Las buenas cifras del cine español en 2012 encubren las dificultades en las que se encuentra

Imagínese usted que el mejor y el peor día de su vida ocurrieran… el mismo día. Como si se le cayera un piano en la cabeza al salir de la iglesia el día de su boda. Pues algo así ha pasado con el cine español en 2012. Ha sido el mejor y el peor año de su historia. Ver el vaso medio lleno o medio vacío puede determinar que los Goya se conviertan o no en un acto explosivo. El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, que acudirá a la ceremonia, ha asegurado que hay “motivos para la celebración”. Otros, como la Unión de Actores, creen que hay motivos para la reivindicación. ¿Quién tiene razón? ¿Serán los Goya el mejor o el peor día de la vida del ministro?

Wert aseguró en el Congreso que 2012 había sido el mejor año del cine español de los últimos 27. Con los datos de la cuota de pantalla en la mano, un 20%, no le faltaba razón.

El problema es que 2012 también pasará a la historia como el año que sumó más malas noticias seguidas para el cine español. La subida del IVA cultural del 8% al 21% (la media europea ronda el 10%), la drástica reducción del Fondo de Ayuda a la Cinematografía (de los 76 millones de 2011 se ha pasado a los 49 de 2012 y a los 39,2 del año en curso) y la incertidumbre sobre el nuevo modelo de negocio. Con este panorama, parece temerario calificar 2012 de “gran año del cine español”.  

La Unión de Actores y Actrices ha instado a sus afiliados a apoyar una gala combativaPedro Pérez, presidente de la patronal de productores (FAPAE), cree que el buen dato de cuota se ha logrado gracias a películas producidas… antes de los recortes del Gobierno. Lo que explicaría la paradoja de que 2012 haya sido a la vez el mejor y el peor año del cine español. “Las películas tardan mucho en hacerse. Suele haber un salto de dos o tres años entre que arrancan y se estrenan. En 2012 las condiciones para producir películas han empeorado.  Sin embargo, los filmes españoles estrenados, producidos antes de las medidas del gobierno, gustaron mucho al público”, cuenta Pérez a El Confidencial

Que la cosa no está para tirar cohetes lo tiene claro casi todo el mundo. De ahí el temor creciente a que la ceremonia de los Goya se convierta en un quilombo contra los recortes gubernamentales. El presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, ha pedido que los Goya no se transformen en un “No a la crisis”. “La gala no es sitio para reivindicaciones, pero que quede claro que, como colectivo, tenemos derecho a que se nos escuche”.

Pero los ánimos están muy caldeados. La Unión de Actores y Actrices, sindicato que reúne a 3.000 intérpretes, ha instado a sus afiliados a apoyar una gala combativa. “¿Qué harían los maestros si dispusieran de dos horas de directo en La 1 de TVE? ¿Qué harían los trabajadores de la sanidad pública? ¿Qué harían las personas en paro?", afirma el sindicato en un comunicado. Según la Unión de Actores, el gremio tiene la responsabilidad de “aprovechar el altavoz” público del que “tanta gente carece”.

El previsible choque de trenes del próximo domingo se produciría, paradójicamente, en plenas reuniones de la comisión mixta para debatir el nuevo modelo de financiación del cine. Justo cuando se reúnen por primera vez todos los sectores de la industria y varios ministerios. Pedro Pérez, que sigue las negociaciones muy de cerca, tiene la sensación de “puede salir algo importante” para el cine español. La clave es la “mezcla de ayudas directas y desgravación fiscal”.

Un futuro incierto

FAPAE está preparando además un informe para aclarar malentendidos sobre ayudas públicas, fiscalidad e iniciativa privada. “EEUU otorgó a su cinematografía 1.200 millones de euros de ayudas públicas el año pasado. Es el país del mundo que más dinero aportó, pese a que se suele poner como ejemplo de modelo liberal e iniciativa privada”, adelanta Pérez tratando de desactivar la creencia de que el modelo español es excesivamente público.

La relación entre gobierno e industria transcurre entre el enfrentamiento público y la negociación privadaPérez cree que la “clave” de la negociación puede estar en la “postura” que adopte Hacienda y muestra sus dudas sobre la aprobación de la Ley de Mecenazgo. “Es aplicable a otros campos de la cultura, pero no al cine: las productoras no son organizaciones sin ánimo de lucro. Lo que pide la industria del cine son desgravaciones fiscales similares a las de otras industrias de nuestro entorno. Dicho esto: estoy seguro de que la Ley de Mecenazgo no se aprobará esta legislatura”.

En cualquier caso, la idea es que la Comisión Mixta apruebe antes del 30 de mayo un documento que sirva de base a la nueva ley del cine.

Como en toda guerra, la relación entre el gobierno y el cine transcurre en dos vías paralelas: enfrentamiento público (puede que en los Goya) y negociación privada (en los despachos). Otra cosa es que al Gobierno no le venga precisamente bien que le monten el pollo delante de varios millones de espectadores televisivos. La posibilidad de que la protesta contagie a otros colectivos es real. También la de que se vuelva a agitar el fantasma del cine como bestia negra gubernamental.  

Imagínese usted que el mejor y el peor día de su vida ocurrieran… el mismo día. Como si se le cayera un piano en la cabeza al salir de la iglesia el día de su boda. Pues algo así ha pasado con el cine español en 2012. Ha sido el mejor y el peor año de su historia. Ver el vaso medio lleno o medio vacío puede determinar que los Goya se conviertan o no en un acto explosivo. El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, que acudirá a la ceremonia, ha asegurado que hay “motivos para la celebración”. Otros, como la Unión de Actores, creen que hay motivos para la reivindicación. ¿Quién tiene razón? ¿Serán los Goya el mejor o el peor día de la vida del ministro?