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La maldición de Banderas en Málaga: el triple fiasco de un actor que no se da por vencido
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anuncia un plan b cien por cien privado

La maldición de Banderas en Málaga: el triple fiasco de un actor que no se da por vencido

Insiste en buscar inversores y suelo en su ciudad natal para montar un espacio escénico privado tras sus tres fracasos anteriores

Foto: Antonio Banderas, en una reciente visita al espacio de jóvenes artistas que lleva su nombre en la escuela de teatro Esaem de Málaga. (Cordon Press)
Antonio Banderas, en una reciente visita al espacio de jóvenes artistas que lleva su nombre en la escuela de teatro Esaem de Málaga. (Cordon Press)

De oportunidad a fiasco. Una década buscando un lugar en Málaga ha acabado (por el momento) con las esperanzas para Antonio Banderas de montar un teatro en su ciudad natal. Adiós a su sueño del Astoria, el espacio escénico que iba a situar en el emblemático cine del mismo nombre ahora con dueño público (es propiedad municipal) y preso de las ratas, abandonado, en uno de los mejores sitios de Málaga: en la plaza de la Merced, donde nació Pablo Ruiz Picasso.

Foto: Antonio Banderas, el pasado mes de abril al recibir el premio Camino Real. (Reuters)

Su carta de ayer martes en el diario 'Sur', en la que renunciaba al proyecto tras haber ganado un polémico concurso de ideas reprobado por la oposición municipal, no le ha hecho abandonar su idea. La diferencia es que ahora intenta una iniciativa cien por cien privada. No quiere ninguna injerencia pública. El plan B está ya en marcha: se trata de buscar un suelo o edificio donde pueda instalar su teatro. Y lo hará en Málaga. “Será en su ciudad, no en Marbella”, según confirmó José Seguí, arquitecto del proyecto de Banderas, en declaraciones a El Confidencial.

En la citada carta, el actor denunciaba los "insultos" y "el trato humillante" que ha recibido su iniciativa. Tras resultar ganador, los grupos de la oposición Málaga Ahora e IU-Málaga para la Gente descalificaron el proyecto en el último pleno del Ayuntamiento de Málaga, tal y como señala el diario 'Sur', y trataron de anular el concurso de ideas que era no vinculante. Banderas explica cómo se animó a participar en el proyecto y las razones que le han llevado a retirarse y "buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas". El actor comunicó el lunes su decisión al arquitecto Seguí y a los responsables de la empresa Starlite, con los que participaba en la propuesta de creación del centro cultural que pretendía impulsar gracias a las relaciones personales que le ha proporcionado su labor artística en Hollywood.

Inversores locales

El actor busca financiación de inversores locales para completar esta iniciativa de la que aún se desconoce su ubicación. Su intención es que sea en el centro histórico o al menos en una zona relevante. En principio seguirá contando con el respaldo económico de Starlite. Banderas se alió con Seguí hace ya 10 años para la iniciativa bautizada como Teatro del Puerto. Para ello, se creó una fundación en la que figuraban como patronos los socios de Green Moon, la productora del actor creada para financiar sus proyectos como director y productor, su representante en España, e incluso Paulino Plata, entonces consejero de Turismo de la Junta de Andalucía y actual presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, que cesó como patrono al no valorarse con buenos ojos que un cargo político e institucional de ese calibre participara en la fundación.

Adiós al centro cultural de Antonio Banderas en Málaga

Eran vacas gordas y el Teatro del Puerto, situado en la plataforma junto a la playa de San Andrés, donde fue fusilado el héroe liberal general José María Torrijos en 1831, estaba ubicado en una parcela de 5.000 metros cuadrados. En noviembre de 2006, coincidiendo con la presentación de ‘El camino de los Ingleses’, la segunda película de Banderas como director (su primera rodada en España), anunció que se retiraba del proyecto, que iba a costar entre 12 y 15 millones de euros, por problemas urbanísticos.

En 2006 Banderas anunció que se retiraba de su primer proyecto en Málaga por problemas urbanísticos

Esta es la explicación que ofreció Banderas: “Se lo he confesado tanto al ayuntamiento como a la Junta de Andalucía. Tengo muchos problemas por todo lo que está sucediendo en Málaga con el urbanismo en esta zona”. “Tengo la impresión de que nos meteríamos en un follón donde la crítica nos iba a masacrar: 'Esto es para el teatro de Banderas que le han dado millones de euros para construir'. No, mire usted, con esto yo no voy a ganar nada. Este teatro lo que me iba a costar era dinero todos los años”. En ese momento, Banderas no descartaba retomar el proyecto: “Si todo esto se despeja y queda clarito que el proyecto es para la ciudad, pues invierto tiempo y me traigo gente de Broadway y de Los Ángeles para dar cursos”.

Hace tres años, ya con Plata como presidente del Puerto de Málaga, llegó el segundo intento. En el solar donde se ubica la Casa de Botes, un restaurante y antigua marina que regentaba el Real Club Mediterráneo, quería lanzar su teatro. Se trataba de un anteproyecto. Seguí elaboró unos dibujos y perspectivas, pero no pasó de ahí. No llegó ni a tramitarse la solicitud por la complejidad de los problemas burocráticos y administrativos que suponía conceder un uso cultural a la parcela.

Banderas quería hacer su teatro cuanto antes. El programa que contemplaba en la Casa de Botes era muy similar al del Teatro del Puerto y al presentado en el polémico concurso de ideas del que se ha retirado: un teatro de 600 localidades, varias salas complementarias y una escuela “para promocionar el teatro de vanguardia y llevar las artes escénicas a los barrios”, según Seguí. No hubo presupuesto para esta iniciativa.

Compra de 20,7 millones

En diciembre de 2010, el Ayuntamiento de Málaga pagó al grupo Baensa 20,7 millones de euros por la manzana de los cines Astoria y Victoria. Baensa preveía una promoción de 45 viviendas de lujo que proyectaba el grupo, con proyecto arquitectónico de Salvador Moreno Peralta, y que incluso contaba con autorización de la Gerencia de Urbanismo.

Cuando se convocó el concurso de ideas, Seguí y Banderas volvieron a la carga. Banderas creía que por fin su proyecto se vería hecho realidad: apenas a 200 metros de su ático de la calle Alcazabilla y en un lugar donde de joven y adolescente veía los grandes estrenos de cine. Seguí se asoció con un grupo de arquitectos mexicanos (el estudio Mendoza Partida). Como ya publicó este diario, las sombras sobre el concurso surgieron desde el primer momento. A saber: en el texto del panel número 2 del concurso de ideas se especificaba que “una figura internacional del teatro y del cine traerá a Málaga celebridades”. ¿Significaba esa frase que el concurso tenía las ‘cartas marcadas’ para que ganara el actor y el director de cine? Seguí lo niega rotundamente. “Había que especificar que el proyecto era rentable”.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, veía bien la idea ganadora, pero las voces de la oposición municipal decían que a Banderas se le había adjudicado de antemano un concurso al que se presentaron 72 proyectos. Ahora el concurso de libre concurrencia para adjudicar la manzana de los cines Astoria y Victoria está en el aire.

"En Málaga nos conocemos todos"

Un arquitecto que no quiso desvelar su nombre ya aseguró a El Confidencial que para el proyecto de la manzana del cine Astoria “bastaba con enseñarle la propuesta antes del concurso a alguien de peso del jurado para que tuviera muchas opciones; y en Málaga nos conocemos todos”. Pero Seguí, sin embargo, aseguró que siempre había confiado “en el juego limpio”.

La Junta de Andalucía había dejado la puerta abierta a aumentar la altura del edificio del Astoria por acoger un uso cultural. Eso sí, para salir adelante la iniciativa de Banderas se tendría que amoldar a la norma urbanística del centro histórico, en concreto de su Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI). El Ejecutivo andaluz negó en 2015 al Ayuntamiento de Málaga que iniciara las catas arqueológicas en el solar, como quería el equipo de Gobierno municipal.

El alcalde insiste en la idea de un concurso “abierto, transparente y competitivo”, aunque admite sus dudas sobre si seguir adelante o no

El alcalde insiste en la idea de un concurso “abierto, transparente y competitivo”, aunque admite sus dudas sobre si seguir adelante o no. “La decisión de Banderas obliga a una reflexión profunda”, dijo, tras rechazar que se tratara de “un traje a medida”. Cree que puede convencer al director de cine para que reconsidere su decisión. También de la misma manera se expresa Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga y aspirante a suceder a De la Torre en la Alcaldía: “Le pediría que reconsiderase su postura antes de abandonar por completo la iniciativa”.

Los que conocen bien a Banderas garantizan que la estrella de Hollywood no se echará atrás, que no ha sido todo fruto de un ‘calentón’. Tanto Starlite, Seguí como Banderas decidieron el lunes por la tarde que se retirarían del proyecto, “preocupados por tanta crispación y por la gran exposición mediática”, asegura Seguí a este diario, tras reconocer las dificultades si al final ganaban el concurso: el suelo siempre sería de propiedad municipal y la actividad teatral no recibiría subvenciones. “Mi recomendación es que el Ayuntamiento continúe con su camino, que haga lo que tenga que hacer y mantenga el uso cultural. Que venga un valiente y lo haga", argumentó el arquitecto.

Otras fuentes próximas al concurso tildaron la carta de Banderas como un “justo desenlace” de “un concurso demencial donde el que gana no gana porque ahora se somete a un concurso económico”. “Es el verdadero colmo del dinamismo malagueño. Podemos hacer un recuento de lo bonita que está Málaga, que se sale… No se pueden matar a los mensajeros ni a las líneas críticas que se pueden hacer para el proyecto. ¿Por qué no salen los proyectos en Málaga? ¿Todo es confabulación de gente perversa?”.

Habla el hermano de Banderas

Javier Domínguez Bandera, hermano de Antonio Banderas, asegura a El Confidencial que se trata de “una lucha política” y que el actor ha decidido “retirarse” por la repercusión que iba tomando el tema tanto a nivel político como prensa y redes sociales... No está molesto con nadie, como dice en su carta, y desea suerte al ganador del concurso que hay que recordar todavía no se ha adjudicado. Mi hermano no ha nombrado a ningún partido ni ningún político para que se sientan aludidos con el tema de los insultos”.

Juan Cassá, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, considera que la ciudad está “perdiendo oportunidades” y echa la culpa a los partidos de izquierdas. El caso es que C’s tampoco estaba de acuerdo en cómo se elaboró el concurso de ideas. “Lo hubiéramos hecho directo y pagando un aval para asegurarnos la inversión”. “Vamos a dañar la imagen de Málaga y vamos a ahuyentar a quien quiera invertir aquí. Nos apena que Banderas haya tirado la toalla. La ciudad va a ir a peor”.

Juan Cassá, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, echa la culpa a los partidos de izquierdas

Eduardo Zorrilla, portavoz de IU /Málaga para la Gente, cree que Banderas tenía “problemas” para encontrar inversores para el proyecto, “bien por el tema de la financiación, la legalidad urbanística o que se le exigiera un canon”. “Ahora le echa la culpa a otros, pero yo nunca le insultado ni faltado al respeto. Critico el proyecto, pero nunca a las personas que estaban detrás de él”.

El columnista Teodoro León Gross, en la cadena Ser, se preguntaba: “¿Insultos al divino Banderas? Y respecto al ‘trato humillante’… ¿qué decir?, ¿trato humillante a Banderas, que en Málaga es Dios? ¿Trato humillante de quién? ¿De su arquitecto que en un concurso anónimo mostraba a las claras que Banderas era parte del mismo? ¿De ese alcalde que casi le quería poner su nombre al pliego? En fin, esas cosas están feas, pero calificarlo de ‘trato humillante’ parece exagerado”.

“Las administraciones se han apuntado en Málaga a un café para todos a cuenta de la cultura, una burbuja para el turista y no en el vecino. Pocas voces discordantes hay. Solo el artista Rogelio López Cuenca habla de la ‘mcdonalización’ de la cultura en la ciudad”, se lamentaba Alberto R. Aguiar en un hilo de conversación en Twitter donde abunda en las críticas a Banderas.

Una iniciativa en Change.org, firmada ya por más de 6.500 personas, reclama que Banderas abandere el proyecto del Astoria. “Quién mejor que Antonio Banderas, nuestro embajador más conocido y un fiel amante de nuestra ciudad, podría llevar a cabo dicha reforma, la cual ha ganado previamente por concurso público. La renuncia se debe a la presión y coacción de algunos partidos políticos de la ciudad”, explican en la plataforma de apoyo a Banderas.

Sin asesor de comunicación

Fuentes próximas a Antonio Banderas lamentan que el actor no cuenta ni con “un publicista” como los tiene en su faceta cinematográfica, ni con asesores de comunicación para sus proyectos empresariales. “Necesita alguien que le aconseje en los medios y en su imagen pública. Es increíble que no tenga a nadie a su lado en comunicación”. También resaltan cómo le ha faltado trato directo con los grupos municipales de la oposición para explicar cuál era su proyecto. “Además, a Banderas se le ha adulado mucho, demasiado, y eso al final se le ha vuelto en su contra. Ha sido contraproducente. Es una pena por él”.

De oportunidad a fiasco. Una década buscando un lugar en Málaga ha acabado (por el momento) con las esperanzas para Antonio Banderas de montar un teatro en su ciudad natal. Adiós a su sueño del Astoria, el espacio escénico que iba a situar en el emblemático cine del mismo nombre ahora con dueño público (es propiedad municipal) y preso de las ratas, abandonado, en uno de los mejores sitios de Málaga: en la plaza de la Merced, donde nació Pablo Ruiz Picasso.

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