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La guía definitiva del selfie en ARCO
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36ª edición de la feria

La guía definitiva del selfie en ARCO

Esculturas en las que te reflejas, esferas luminosas y hasta una obra que te fotografía a ti. La exhibición es imprescindible en la feria de arte contemporáneo de Madrid

Foto: Una mujer fotografía la obra 'Diskus' (2015), del alemán Stephan Balkenhol, en ARCO (Efe)
Una mujer fotografía la obra 'Diskus' (2015), del alemán Stephan Balkenhol, en ARCO (Efe)

Sin luces no hay ARCO. Y sin móvil y unas buenas dosis de 'postureo' e instantáneas para las redes sociales. Por eso, y puesto que pasear por la feria de arte contemporáneo de Madrid puede llegar a ser agotador, hay que dejar constancia de nuestro paso por allí. ¿Cómo? Pues, como en cada edición, con una ristra de selfies frente a las obras estrella del año. Desenfunden las cámaras y pongan su mejor cara porque esto también es ARCO.

Esta 36 edición nos sirven en bandeja lo de dejar nuestra huella fotográfica. En concreto, el culpable es Rafael Lozano-Hemmer. Expone, en el estand de la galería madrileña Max Estrella, lo que podríamos llamar un 'espejo caza selfis'. 'Bilateral Time Slicer' (o 'Rebanadora de Tiempo Bilateral') parece una gran tele con la última tecnología o un magnífico espejo rectangular, pero en realidad es un sistema de seguimiento biométrico que detecta el rostro de quien se sitúa en frente.

Es entonces cuando fotografía nuestra imagen para reproducirla en dos cortes a ambos lados de la pieza. Cada nuevo participante —o cada nuevo curioso que, móvil en mano, se pone delante— se suma a esta composición y, cuando nadie está viendo el trabajo, las rebanadas se cierran y crean una procesión de las grabaciones pasadas. En cristiano: te puedes poner en frente, hacerte una foto mientras la obra te hace una foto y quedarte un rato expuesto acompañado por otros visitantes. Un dos por uno perfecto.

Sin luces ni reflejos no hay ARCO

Efectivamente. Lo decíamos antes, pero sin leds de colores la feria parece que está sosona. Si la obra fusiona luz con una frase 'wonderful' o con una estructura compleja, han encontrado la piedra roseta amigos. Y este año tienen donde elegir. La ineludible es 'Global cooling lamp', una estructura de Olafur Eliasson que exhibe la galería Elvira González y que, gracias a su ubicación, se está convirtiendo en el verde y gran objeto de deseo con el que inmortalizarse. La obra —porque no olviden lo que es— es una circunferencia de 140 cm. de diámetro formada por 35 bombillas halógenas (verdes) dentro de "un marco geodésico hemisférico" que, gracias a la composición de sus mitades, reflejan sus tripas. Y, además, es el auténtico caza selfies de ARCO.

Esta escultura compite por el título de lo más retratado de la feria con los caracteres de Keith Sonnier, que se pueden ver nada más entrar en el pabellón 7 en la galería finlandesa Forsblom. Sus coloridos 'Fa-Sel' y 'Deutsche Rex' forman parte de la serie 'Sel' y combinan a la perfección en la pantalla con el acero inoxidable revestido de PVD del que está formada la gran cabeza de Not Vital.

Tampoco puede faltar la composición de coloridos rectángulos y cuadros de David Batchelor que decoran el espacio de la galeria Leme, los 'runners' en movimiento de Julian Opie en Lisson o la genial y reivindicativa 'Distractor 3' del peruano José Carlos Martinat, en Revolver. Es una neoescultura hecha con leds y ventiladores que, desde su centro, señala con el dedo a la sociedad del espectáculo y la propaganda para denunciar la política de pan y circo que quiere evitar que el pueblo piense. Han tardado en montar esta pieza tres días con un técnico y un asesor y la primera jornada de la feria se vendió por 50.000 euros a un coleccionista latinoamericano.

Por supuesto, tampoco hay que olvidar 'Mirror', la sugerente y magnética esfera de Anish Kapoor. El escultor indio es uno de los grandes atractivos de cualquier feria de arte que se precie. El año pasado ya conquistó Madrid con una pieza similar en tonos dorados, titulada 'Random triangle mirror', que estaba reservada antes de abrir y se vendió por 800.000 libras. Este año en Lisson han querido que sean los rosas y verdes los que se adueñen de la imaginación y las fotos del público. La obra de esta edición es algo más barata: "solo" 525.000 euros.

De igual modo, los 'Magical Mirrors (green and pink #2)', de Ann Verónica Janssens, son también otra pieza perfecta para dejar la impronta artística del espectador. Son dos grandes rectángulos con aspecto tornasolado hechos de vidrio, un material con el que esta artista belga suele trabajar investigando científicamente sus propiedades y retorciendo su composición y los colores que reflejan para deformar la experiencia sensorial de la realidad y la materia.

Otros imprescindibles con los que posar son la magnífica 'Sphère blanche', de Julio Le Parc (en la zona de Proyectos Especiales, en el corredor entre los pabellones 7 y 9), hecha con cientos de placas acrílicas blancas suspendidas por hilos de acero y aluminio, y 'Sun II', la gran esfera de 172x25 cm. chapada en oro de Jürgen Drescher (en la galería MAI ). Una foto reposada también merece la sugerente tez de la 'Grande Songatrice' (en Studio Trisorio), una instalación en la que Fabrizio Corneli juega con una iluminación en contrapicado para descubrir el rostro de una interesante mujer, y las ventanillas de avión que Leandro Erlich ha colocado, con sus vistas reales diurnas y nocturnas en movimiento, en Nogueras Blanchard. Es imposible obviar tampoco una de las esculturas más románticas de ARCO: 'Green Kiss', la pareja de enamorados hecha de metracrilato en impresión 3D que fusiona a la perfección arte y tecnología de Thomas Broomé (Bendana | Pinel).

Háblame

Por último, las otras estrellas de los selfies e Instagram en ARCO son las obras que combinan texto y luz. Mensajes de protesta, irónicos, una simple reivindicación o una invitación a la reflexión. Podrán encontrar —e inmortalizar— de todo. Muy interesante es el trabajo de Iván Navarro, que trae Baró. Sus hipnóticos cuadrados azules ('Protest') nos reciben ya en la zona de Proyectos Especiales, pero en el propio estand de la galería brasileña este artista chileno afincado en Brooklyn nos conquista con creatividad y mensajes directos hechos con neones, bombillas y fluorescentes. 'Eco' es un pozo en el que se lee esa palabra en blanco y que, al mirar a su interior, crea una ilusión óptica que consigue multiplicarla en un descenso sin fin. Se lleva tantas fotos y miradas como 'Loose End' y 'Post no bills', dos cajas de luz con espejos que encierran estas palabras.

'I want my money!', reza la obra de Christian Jankowski en Enrico Astuni. Y dos jóvenes raudos se fotografiaban esta mañana delante de ella señalando a la cámara de su smatphone porque la imagen iba directa esa 'amiga' que les debe pasta. Sí, en neón y mono el arte sigue siendo puro capitalismo.

Con 'Champagne & limousines', Silvie Flery critica, desde la galería Horrach Moyà, la sociedad de lujo y consumo. Alfredo Jarr y su 'Be afraid of the enormity of the possible' (Arroniz) es otra de las obras de este tipo que más posados y fotos lleva en las redes sociales. Tampoco hay que despreciar esas piezas con mensaje en este paseo caza-fotos como 'Utopia', de Didier Faustino (en Filomena Soares); los cuadros de Bethan Huws en los que leemos 'J'ai ma muse Je m'amuse' o 'Do you think I shoulder order my book alphabetically?...' (Barbara Gross) o la reivindicación femenina en el arte de Chiara Fumai con 'A male artist is a contradiction in terms' (Rosa Santos). Todo para convertir el arte en una bonita postal.

Sin luces no hay ARCO. Y sin móvil y unas buenas dosis de 'postureo' e instantáneas para las redes sociales. Por eso, y puesto que pasear por la feria de arte contemporáneo de Madrid puede llegar a ser agotador, hay que dejar constancia de nuestro paso por allí. ¿Cómo? Pues, como en cada edición, con una ristra de selfies frente a las obras estrella del año. Desenfunden las cámaras y pongan su mejor cara porque esto también es ARCO.

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