Las joyas exiliadas del dibujo español a la galería Uffizi vuelven a casa (de visita)

"Eran muy apreciables sus dibujos a la pluma y con lápiz, porque están tocados con tino y gusto". Juan Agustín Ceán Bermúdez hablaba así de la atracción que suscitaban los dibujos de José de Ribera. Leopoldo de Medici fue uno de los primeros en caer rendido antes los diseños del 'Spagnoleto' y uno de los grandes coleccionistas de dibujos de la historia del arte. Desde entonces la galería Uffizi ha atesorado unas de las colecciones de dibujos más importantes del mundo y, en concreto, si hablamos de dibujo español, la más relevante de todas las conservadas fuera de España solo por detrás de la Biblioteca Nacional.

Buena parte de esta colección vuelve temporalmente a casa en la exposición 'I segni nel tempo. Dibujos españoles en los Uffizi', que organiza la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (desde hoy y hasta el 24 de julio) junto a la Fundación Mapfre y el Gabinetto dei Disegni e Stampe de la galería florentina. Una muestra que no solo es relevante porque se trata de la primera vez que una colección completa de dibujos de los Uffizi sale de Italia sino porque la investigación que la ha acompañado a la organización ha conseguido sumar 77 nuevas obras al patrimonio artístico español que hasta ahora eran inéditas o estaban mal atribuidas entre las colecciones italianas, alemanas y flamencas que alberga la galería.

A los 450 dibujos españoles de los Uffizi se suman, por tanto, estas 77 obras descubiertas gracias a dos años de investigación y más de 40.000 dibujos revisados así como el archivo fotográfico completo de la galería a cargo del historiador y comisario Benito Navarrete. De los 280 dibujos de importancia, que forman parte del catálogo creado junto a la exposición, 129 se pueden ver en Madrid y, entre ellos, más de la mitad de estas nuevas atribuciones. Un conjunto, explican, fundamental para entender la evolución del proceso creativo de los artistas españoles de los siglos XVI al XVIII y en el que destacan obras de Alonso Berruguete, Luis de Vargas, Alonso Cano, Francisco de Herrera el Mozo, Vicente Carducho, Juan Carreño, Francisco Rizi, Claudio Coello, Miguel Jacinto Meléndez o Ribera.

"El dibujo en España era un proceso auxiliar, previo a la realización de una obra, al proceso creativo. No era una obra autónoma en sí misma", explica el comisario de la muestra como una de las características comunes de estos dibujantes españoles. A ello, se suma el uso del lápiz negro y su influencia mediterránea. Algo que, por parte de la directora del Gabinetto dei Disegni e Stampe de los Uffizi, Marzia Faietti, hace que las obras de los artistas españoles e italianos dialoguen en sintonía y da pistas del interés histórico de la galería por adquirir dibujos españoles.

Es precisamente en 1779 cuando la galería compra parte de la colección privada de Giovanni Filippo Michelozzi, un comerciante florentino que, a través de familiares suyos que pasaron varios periodos en Madrid, empezó a interesarse por el dibujo español. Sus hijos venden 1.090 dibujos de los más de 7.200 a la Real Galería de Florencia gracias a la política de adquisiciones impulsada por el gran duque de Toscana Prieto Leopoldo de Hasburgo Lorena y el director de los Uffizi, Guiseppe Pelli Bencinenni. Entre ellos, había 346 sin atribuir, además de 48 atribuidos a españoles. La pista se pierde sobre los 6.143 dibujos restantes de Michelozzi pero, como explica Navarro en el catálogo de la exposición, es muy probable que se vendieran troceados aunque una parte de ellos llegara a manos de Emilio Santarelli, puesto que este escultor donó en 1866 su colección de 12.704 dibujos a la galería florentina.

Madrid, la capital del dibujo

En el dibujo español del siglo XVI convive la influencia flamenca y la italiana. Es en esa época cuando Madrid se erige como el centro neurálgico del dibujo español gracias a la influencia de los artistas italianos que vinieron a trabajar como fresquistas al Monasterio de El Escorial llamados por Felipe II. El trabajo mano a mano hizo que los españoles se convirtieran en difusores de las tradiciones toscana y genovesa por nuestro país, pero la auténtica revolución gráfica no llegó hasta a mediados del siglo XVII donde se pasa de los estilos puente de Patricio Cajés o Carducho a los más personales de figuras como Herrera el Mozo, Carreño de Miranda o Meléndez.

Escondida entre la colección alemana esperaba a ser rescatada una de las obras más importantes del Juan de Juanes. Solo se conocen ocho dibujos del artista valenciano y dos de ellos están en esta muestra, como el hasta ahora inédito boceto para el cuadro perdido 'Cristo muerto sostenido por los ángeles', del que se conserva en el Museo del Prado una copia de Francisco Ribalta. También en esa misma sección germana se han encontrado diseños de Pedro de Campaña, relacionados con la 'Crucifixión' que se encuentra el Louvre, o nuevas obras de Berruguete, como la 'Circuncisión de Cristo' o dos ángeles que estaban atribuidos a Ludovico Carracci. De igual modo, han aparecido dos nuevos dibujos de Carducho: 'Aparición de los ángeles músicos a San Hugo de Lincoln' -obra preparatoria para el gran lienzo de la Cartuja de El Paular- y el diseño preparatorio para la 'Santa Inés' -cuyo lienzo se encuentra en el Prado-.

Navarro destaca especialmente el singular caso de Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez. Algunos de sus dibujos, como el 'Retrato de Pablo de Céspedes', que sirvió para su "Libro de Retratos de ilustres y memorables varones", se ha localizado entre las obras de Barocci, al igual que ha pasado con otros de sus trabajos que estaban asignados a Frans Floris. De igual modo, son destacables los tres dibujos de Miguel Jacinto Meléndez, hasta ahora catalogados de la escuela francesa, en los que retrata a Felipe V así como su 'Retrato de muchacha', donde ya se dejan ver las influencias de la modernidad y la escuela francesa y que supone una obra en sí misma a las puertas del rococó.

El "enigmático" 'Retrato de un hombre con sombrero' entró en la Galería de los Uffizi como una obra de Velázquez pero en realidad "pertenece al círculo de Juan Carreño de Miranda". Es otro de los casos más significativos descubiertos para esta exposición como el boceto de 'Jinete' de Alonso Cano, hasta ahora inédito, que en su reverso tiene una carta manuscrita dirigida al pintor con el fin de que avise a un tal Francisco Ximénez para que comparezca con un notario para examinar a unos testigos.

La muestra se detiene asimismo en las escuelas andaluza y valenciana y concluye con una sala dedicada a Ribera, el español de estilo más italiano. Entre los siete dibujos que se pueden ver ahora en Madrid sobresale un boceto hecho en sanguina de 'Adoración de los pastores' (el lienzo está en el Louvre) o el 'Noli me tangere', uno de los de mayores dimensiones de un artista que fue uno de los grandes responsables de la fascinación italiana por el diseño español.