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¿Dónde está Lee Bo? El misterio de los libreros desaparecidos
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¿Dónde está Lee Bo? El misterio de los libreros desaparecidos

Desapariciones, censura y libros prohibidos: la lucha de Hong Kong por la libertad de expresión

Foto: Librería en Hong Kong
Librería en Hong Kong

“¿Dónde está Lee Bo?” Esta sencilla pregunta tiene en vilo desde hace una semana a los habitantes de Hong Kong. Lee, un librero de 65 años, desapareció el pasado 30 de diciembre, después de realizar una visita al almacén de su establecimiento, ubicado en Chan Wai, en el centro de la ciudad.

Pero, más que un enigma de una novela de detectives, el caso de Lee tiene tintes de intriga política de alto voltaje entre China y la región semiautónoma de Hong Kong. Lee es uno de los copropietarios de la librería Causeway Bay, controlada por la editorial Mighty Current, especializada en publicar libros críticos con el Partido Comunista de China (PCC). Desde mediados de octubre, cuatro personas más relacionadas con la compañía se han desvanecido sin dejar rastro.

Desde mediados de octubre, cuatro personas más relacionadas con la librería crítica con el Partido Comunista se han desvanecido sin dejar rastro

La esposa del librero, Choi Ka-ping, decidió informar oficialmente a la policía local de la desaparición el uno de enero y detalló que su marido la había llamado en dos ocasiones desde Shenzhen, una ciudad justo al otro lado de la frontera con China. Según los medios locales, su esposo le habría explicado en mandarín (pese a que la pareja se comunica habitualmente en cantonés) que estaba “ayudando a las autoridades” del país en una investigación. Posteriormente, Choi pidió detener la búsqueda, asegurando que había podido contactar con su marido a través de “un amigo”.

a posible implicación de las fuerzas de seguridad chinas, que no pueden llevar a cabo operaciones policiales en el territorio, ha causado un gran malestar enHong Kong. El líder del gobierno de la región, Chun-ying Leung, manifestó el pasado lunes la profunda preocupación del ejecutivo, y recordó que cualquier acción realizada por agentes del orden chinos en Hong Kong supondría “una violación” de la ley.

“Estamos consternados, ya que no había ocurrido nunca antes nada parecido en Hong Kong, pero se trata de un caso muy similar a las desapariciones de abogados o activistas pro derechos humanos que a menudo detectamos en China”, explica a El Confidencial Mabel Au, una investigadora de Amnistia Internacional (AI).

De momento, el gobierno chino ha evitado pronunciarse directamente sobre el caso, pero el diario estatal 'Global Times' defendía en una editorial sobre la desaparición que los cuerpos policiales “cuentan con métodos para burlar la ley” si requieren la colaboración de un individuo.

El negocio de los “libros prohibidos”

Los distintos expertos consultados creen que la desaparición de Lee indica que Pekín redoblará sus esfuerzos para acallar las voces críticas procedentes de la antigua colonia británica. Hasta ahora, gracias a su alto grado de autonomía respecto al gobierno central, Hong Kong ha gozado de una libertad de expresión y de prensa inaudita en el resto de China.

Debido a ello, la ciudad cuenta con una peculiar industria editorial dedicada a publicar libros críticos con los líderes del PCC, que a menudo relatan las luchas fraticidas en el seno del gobierno, o detalles suculentos sobre la vida de los dirigentes. Según algunos medios locales, Lee podría haber estado trabajado en un texto sobre las distintas amantes del actual presidente chino, Xi Jinping, antes de desaparecer.

Según algunos medios locales, Lee podría haber estado trabajado en un texto sobre las amantes del presidente chino Xi Jinping antes de desaparecer

“El contenido de los libros de la editorial Mighty Current eran principalmente rumores y escándalos”, señalaba Paul Tang, el propietario de una librería especializada en títulos prohibidos, a CNN. Muchos de los principales compradores de estos volúmenes son ciudadanos de otras partes de China, deseosos de acceder a una información imposible de encontrar en ningún otro punto del país.

Sin embargo, varios miembros del sector temen ahora que la desaparición de Lee cree una oleada de autocensura entre los escritores y editores locales. “Todos estamos muy asustados, ya que antes pensábamos que la Ley Básica [la Constitución de Hong Kong] protegía a los ciudadanos de la zona, y que las autoridades chinas no podían operar aquí, pero ahora ya lo han hecho”, explica Carmen Kwong Wing-suen, editora jefe de la casa editorial Up.

Kwong asegura que la influencia económica de China ya ha conseguido que sea más difícil encontrar algunas de estas obras en muchos establecimientos. “Las grandes librerías, particularmente aquellas que tienen intereses comerciales también en el resto de China, pueden pensar que poner a la venta esta clase de libros pondrá en peligro sus operaciones, así que retiran de sus estanterías los títulos críticos con el gobierno”, asegura. Según un reportaje del 'South China Morning Post', la popular cadena de librerías Page One, con sede en Singapur, y que cuenta con distintos locales en China, había eliminado de su catálogo los principales bestsellers prohibidos en el gigante asiático.

La pasada primavera, Kwong escribió, junto a otros autores, un libro sobre la “Revolución de los Paraguas”, un movimiento popular que paralizó durante semanas el centro de la ciudad en 2014, para reclamar democracia y protestar contra el gobierno de Pekín. Según su testimonio, varias de las principales tiendas de la ciudad empezaron a comprar un número inusualmente bajo de libros de la editorial Up, o a retirarlos de sus estanterías antes de tiempo. “Cuando les pregunté la razón, fueron muy directos: me dijeron que tendría que reflexionar sobre por qué me había puesto a la cabeza del movimiento”, comenta Kwong.

“A día de hoy, si publicas libros sobre cuestiones políticas controvertidas, puede que tengas que editarlos tu mismoy principalmente podrás venderlos en tiendas pequeñas”, afirma Mabel Au, de AI. Pese a ello, para la experta es fundamental proteger la libertad de expresión en Hong Kong y conservar estos espacios “que ofrecen una visión alternativa a todos los lectores”, incluidas las personas del resto de China.

Autocensura en la prensa

Por otra parte, los medios de comunicación de Hong Kong también han visto reducida su capacidad para difundir informaciones críticas durante los últimos años. “Cualquier historia relacionada con China puede resultar delicada hoy en día”, relata a El Confidencial Shirley Yam, vicedirectora de la Asociación de Periodistas de Hong Kong. Yam destaca que noticias como la del reciente partido de fútbol entre las selecciones de China y Hong Kong, marcado por el fuerte sentimiento antichino de los aficionados hongkoneses, o el descubrimiento de agua contaminada que circulaba por cañerías de fabricación china son consideradas controvertidas por los editores de los medios de comunicación.

Noticias como el descubrimiento de agua contaminada en cañerías de fabricación china son consideradas controvertidas por los medios

De nuevo, los intereses económicos provocan que, en muchos casos, los periódicos terminen autocensurándose. “Los propietarios de los medios de comunicación tienen a menudo negocios más importantes en la parte continental de China, que pueden verse afectados [si se publican reportajes críticos sobre el gobierno]”, recalca Yam.

Durante el último año, distintos periodistas han perdido su puesto o han decidido dimitir, a menudo criticando las presiones recibidas por parte de la directiva de algunos medios de comunicación. Un estudio de la Asociación de Periodistas de Hong Kong se preguntaba porqué sólo 4 de los 18 periódicos del territorio decidieron poner en portada un presunto caso de corrupción protagonizado por el líder del ejecutivo regional, Chun-ying Leung, revelado por un diario australiano. Por otra parte, un informe del Comité para la Protección de Periodistas destaca que más de la mitad de los directivos de grupos mediáticos de Hong Kong han aceptado cargos en una de las dos principales asambleas parlamentarias nacionales de China.

La compra de una de las cabeceras más antiguas de la región, el 'South China Morning Post',por parte del gigante de comercio electrónico chino Alibaba, anunciada en diciembre, puede suponer un nuevo punto de inflexión para el panorama mediático local. Los nuevos propietarios dejaron claro que esperan ofrecer informar sobre China desde “nuevos ángulos”. “¿Qué otros ángulos puede haber, además del profesional?”, se pregunta Yam.

Respecto a la desaparición de Lee Bo, la responsable de la Asociación de Periodista de Hong Kong destaca la preocupación de los profesionales del sector, y critica que el medio estatal chino 'Global Times' haya defendido públicamente la posibilidad de usar métodos ilegales para conseguir “la colaboración” de un individuo. “La lógica detrás de esa afirmación da miedo, y estoy convencida de que los responsables saben cuanta preocupación han provocado con esa editorial”, opina.

“¿Dónde está Lee Bo?” Esta sencilla pregunta tiene en vilo desde hace una semana a los habitantes de Hong Kong. Lee, un librero de 65 años, desapareció el pasado 30 de diciembre, después de realizar una visita al almacén de su establecimiento, ubicado en Chan Wai, en el centro de la ciudad.

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