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“Hay ganas de rock fuerte y ahora nadie lo hace”
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LOS ENEMIGOS CULMINAN SU GIRA DE REGRESO DESPUÉS DE DIEZ AÑOS Y PREPARAN DISCO

“Hay ganas de rock fuerte y ahora nadie lo hace”

Si la vida mata, ellos tienen derecho a sentirse supervivientes. Los Enemigos, el grupo madrileño que quizá mejor supo interpretar lo que vino después de la

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“Hay ganas de rock fuerte y ahora nadie lo hace”

Si la vida mata, ellos tienen derecho a sentirse supervivientes. Los Enemigos, el grupo madrileño que quizá mejor supo interpretar lo que vino después de la movida, concluye estos días una gira de regreso a los escenarios. Ya habían pasado más de diez años desde su concierto de despedida y ahora, energías nuevas pero también cierta necesidad impulsan una vuelta que contará con disco nuevo. Por el momento, Josele Santiago (voz y guitarra), Fino Oyonarte (bajo), Manolo Benítez (guitarra) y Chema Pérez (batería) exprimen conciertos y pergeñan canciones de nueva cosecha. “Nos lo estamos tomando con calma, sin agarrarnos a la desesperada”, indica el cantante, “pero es cierto que en el local las canciones están funcionando y nosotros, también. Han salido temas nuevos, pero tampoco queremos trabajar con un calendario. Ya lo veremos”.

La gira La revuelta enemiga culmina este fin de semana en Madrid con dos conciertos consecutivos en La Riviera. Antes el cuarteto pasó por Barcelona, Castellón, Valladolid y Burgos. En julio ya tiene confirmada una actuación en el festival Low Cost de Benidorm. En general, explican los músicos, la recepción ha sido muy buena. “Nuestros conciertos son ahora para amigos con hijos que vienen a ver si las canciones de siempre se mantienen en el tiempo”, bromea Fino Oyonarte para celebrar luego que también viene público nuevo. “Hemos vuelto porque nos apetecía, para hacer algo bien producido, más tranquilo, y ahora viene bastante gente a vernos que sólo nos había escuchado en disco”. “Es que hay muchas ganas de rock fuerte y ahora nadie lo hace”, tercia Josele Santiago, “ese rock de guitarras ya casi no se hace”. “Y no hay muchos grupos como el nuestro”, remata Fino sin sombras de soberbia. Quizá sea cierto: en tiempos de retirada y mucho grupo postizo, el repertorio de Los Enemigos aún cotiza al alza. Sus crónicas de perdedores en un mundo de crisis. ¿Les suena? “Podría hacer daño el agua y no el licor / podrían los años no pasar facturas al portador (…) el tiempo es veneno y sólo con veneno se puede al veneno vencer”.

El cancionero de Los Enemigos está anclado a fuego en la memoria de una generación. Piezas como Desde el jergón o Septiembre, de su disco crucial, La vida mata (1990); Brindis, Quillo (he vuelto a nacer), de La cuenta atrás (1991), las anteriores John Wayne o Un tío cabal y las posteriores Dentro o Me sobra carnaval cincelaron el prestigio de un compositor, Josele Santiago, que logró como pocos retratar el desasosiego cotidiano y las malas ganas de sobrevivir. Eran otros tiempos en las calles de Madrid, en el circo nocturno de Malasaña, pero también en España. Quizá demasiado parecidos a los actuales. “En esos tiempos no hablábamos de España como país, más bien eran experiencias que nos iban tocando vivir. Nos buscamos la vida en la carretera en condiciones muy duras, durmiendo en el furgón”, explica el cantante. “Nuestro éxito vino de ganar crédito poco a poco”, precisa Fino Oyonarte. A su lado, Josele comienza a tirar de humor afilado. Marca de la casa. “Fue una pena, no pillamos el rollo de las subvenciones en ayuntamientos y eso que no había crisis”. ¿De dónde viene esa querencia enemiga por el humor negro? “¿Humor negro? Es que el humor blanco nunca me ha gustado. Antes me decían que era un agorero, un pesimista, pero ahora vemos que los problemas se mantienen en el tiempo. Aunque aquellas canciones no estaban circunscritas a un tiempo o a un lugar, determinado, quizá por eso siguen vigentes. Y porque tienen varias lecturas”. 

Los Enemigos de 2013 son cuatro señores de mediana edad que, por la libre, han continuado carreras artísticas con proyección y suerte dispares. Josele ya ha publicado cuatro álbumes en solitario, moldeándose como un cantautor de raigambre urbana y poética silvestre. Su trabajo más reciente, Lecciones de vértigo, fue considerado el mejor disco español de 2011. Por su lado, Fino Oyonarte, además de mantener en activo al grupo Clovis, dirige actualmente la editorial independiente Libros de Ruido, donde ha publicado las memorias de Dean Wareham, el líder de los influyentes Galaxie 500. Chema Pérez alternó la batería y las tablas del teatro, y Manolo Benítez aún da el callo como músico acompañante en los conciertos de Porretas y también defiende banda propia, Freedom. “En la escena actual hay demasiado grupo pero poca sustancia, no hay nada que me guste demasiado”, asegura Fino. Para Josele, en cambio, el problema es la saturación. “Yo es que ya no me entero de muchas cosas; en los años noventa salían setecientos discos al año y ahora salen unos dos mil. No hay detenimiento para disfrutar de algo así, y también ocurre que ya no tengo esa necesidad de cosas nuevas, prefiero revisar mi discoteca. También me pasa en la biblioteca. Quizá sea una reacción conservadora por edad, pero la verdad es que nada me llama tanto la atención. O al menos como me interesaba antes”.

Con el bagaje de dos décadas en activo, Los Enemigos trabajan en la idea de entregar disco nuevo. Vaya, la noticia que estaba esperando escuchar su fiel audiencia. “Sí, esa es nuestra idea, aunque el material debe ser muy bueno. No vamos a volver con cualquier cosa”, confirma Josele marcando territorio. Fino, entretanto, revindica todo lo logrado en la etapa inicial, sobre todo a partir de la aparición de La vida mata, “cuando Josele consolidó su forma de escribir”. De esa época son los hijos de esos amigos que ahora se apuntan a los conciertos de La revuelta enemiga y piden a gritos canciones nuevas. “Me gusta ver a esa gente cantar las canciones que han aprendido con los discos de sus padres, y que ahora tengan más ganas de Los Enemigos”, explica Fino Oyonarte, que ya se encargó del trabajo grueso de edición de Desde el jergón, álbum editado en junio pasado que contiene su repertorio esencial y el concierto de despedida ofrecido en Madrid el 7 de abril de 2002. Josele asiente: “No apetece mucho escuchar esos discos, pero a veces me los pongo y veo que las canciones son coherentes, y también el grupo es coherente. Quizá es nuestra mejor cualidad”.

Músicas aparte, la tertulia con Josele Santiago y Fino Oyonarte amenaza con hervir la sangre. Por la crisis, claro. Y por el pato que están pagando músicos y artistas, más duro para los más pequeños. “No sé si llega al punto de que esta situación lo haya ensuciado todo, pero sí te das cuenta de que antes pensabas que eras libre y ahora ves que era mentira. ¿Solución? No tengo ni puta idea, yo lo que siento es rabia”, sostiene Josele. “Es frustrante ver que todo lo que se consiguió se esté perdiendo, añade Fino. “Nos tienen cogidos por los huevos, esclavizados, pero la gente se hartará de tanta presión. La solución no vendrá de la política, pero tampoco se arregla nada no yendo a votar”, continúa el cantante. “Este sistema no se puede cambiar sin ir a votar porque las cosas no se arreglan acampando en Sol, que está bien, pero no es una solución. Nadie tiene derecho a tener la mayoría absoluta, me cago en…”, remacha Josele.

Si la vida mata, ellos tienen derecho a sentirse supervivientes. Los Enemigos, el grupo madrileño que quizá mejor supo interpretar lo que vino después de la movida, concluye estos días una gira de regreso a los escenarios. Ya habían pasado más de diez años desde su concierto de despedida y ahora, energías nuevas pero también cierta necesidad impulsan una vuelta que contará con disco nuevo. Por el momento, Josele Santiago (voz y guitarra), Fino Oyonarte (bajo), Manolo Benítez (guitarra) y Chema Pérez (batería) exprimen conciertos y pergeñan canciones de nueva cosecha. “Nos lo estamos tomando con calma, sin agarrarnos a la desesperada”, indica el cantante, “pero es cierto que en el local las canciones están funcionando y nosotros, también. Han salido temas nuevos, pero tampoco queremos trabajar con un calendario. Ya lo veremos”.