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Gabo recupera la memoria
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UN CÓMIC RECREA LA INTIMIDAD CREATIVA Y LA VIDA DEL ESCRITOR GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Gabo recupera la memoria

El viaje de la memoria es inesperado como un trayecto por carreteras secundarias. Ruta hacia las playas de Acapulco con la familia. Vacaciones y un encuentro

Foto: Gabo recupera la memoria
Gabo recupera la memoria

El viaje de la memoria es inesperado como un trayecto por carreteras secundarias. Ruta hacia las playas de Acapulco con la familia. Vacaciones y un encuentro con la frase que desencadena la tormenta creativa que se prolonga durante años hasta cerrar la novela que cambiaría la vida de Gabriel García Márquez. Gabo. Memorias de una vida mágica (Sins Entido) es la historia del gran autor del realismo mágico hecho a cuatro tintas en novela gráfica.

“Este libro es un intento más por volver a contar su asombrosa trayectoria. Se han seguido los trabajos escritos por él, pero el propósito ha sido, como en el cine, poner la cámara en otro ángulo, uno que quizás no ha sido utilizado para volver a interpretar las diversas memorias de Gabo”, explica el guionista del libro, Óscar Pantoja

En el relato de su vida se cruzan sus novelas, el pasado de su familia y de su país, los acontecimientos que le tocaron vivir y su responsabilidad como periodista y escritor. Es el viaje hacia Acapulco, en 1965, cuando se presenta el motivo y la entrega a la creación. Serán unas breves vacaciones. El libro recrea el proceso creativo del escritor, aparece la biblioteca, la hoja en blanco, la máquina de escribir, la duda y la necesidad.

“Hielo, Gabito, hielo”, se dice nuestro protagonista, con las manos volando sobre el teclado, un instante antes de arrancar la primera palabra que desatará la tempestad de Cien años de soledad. Parece pedirse prudencia y calma. Pantoja ha elegido varias escenas y momentos claves de la intimidad creativa del escritor, mientras prolongó el montaje del universo de Macondo.  

El tono del recuerdo

El libro arranca en tonos pardos y amarillos, con recursos plásticos sobrios, en los que la figura y los personajes son ensalzados por la ausencia de fondos ruidosos. Sólo el sabor añejo, limpio y comedido. El tono de la memoria. Colores planos y contrastados con los que visitar el pasado más violento de la tierra de los antepasados del escritor, y la educación de Gabito con sus abuelos.

Cuatro partes, cuatro tonos para entintar los recuerdos de una vida dilatada. También cuatro dibujantes: Miguel Bustos, Felipe Camargo, Tatiana Córdoba y Julián Naranjo. Camargo es el responsable del tono azul, de la madurez, el de las tertulias literarias, del primer cuento publicado –La tercera resignación- y la primera novela, La casa, germen de lo que sería Cien años de soledad. El aprendizaje como periodista en Barranquilla y su culminación en el diario El espectador, en Bogotá. Y su recorrido europeo como corresponsal.  

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La tercera parte el rojo desvaído, sonrosado. El tono del casamiento y de la paternidad, quizá no tanto el de la revolución cubana de Castro. Es el momento en que termina y publica –tras pasar por un par de rechazos- Cien años de soledad. “En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar a los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano”, lee Gabo en su discurso de entrega del Nobel de Literatura.

El acento ha vuelto a cambiar, estamos en los últimos capítulos de la vida del maestro y se hace verde. Es anciano y la línea de su vida se ha vuelto mucho más expresiva que el resto del cómic. La reconstrucción ha sido un éxito. El universo mágico de Gabo es multicolor y encaja. 

El viaje de la memoria es inesperado como un trayecto por carreteras secundarias. Ruta hacia las playas de Acapulco con la familia. Vacaciones y un encuentro con la frase que desencadena la tormenta creativa que se prolonga durante años hasta cerrar la novela que cambiaría la vida de Gabriel García Márquez. Gabo. Memorias de una vida mágica (Sins Entido) es la historia del gran autor del realismo mágico hecho a cuatro tintas en novela gráfica.