Es noticia
“Vamos a reventar de tanta hipocresía y tanta doble moral”
  1. Cultura
JULIO DE LA ROSA, EL MÚSICO DEL MOMENTO

“Vamos a reventar de tanta hipocresía y tanta doble moral”

UNA SEMANA PARA RECORDAR La publicación de un nuevo disco, 'Pequeños trastornos sin

Foto: “Vamos a reventar de tanta hipocresía y tanta  doble moral”
“Vamos a reventar de tanta hipocresía y tanta doble moral”

UNA SEMANA PARA RECORDAR

La publicación de un nuevo disco, 'Pequeños trastornos sin importancia' (Ernie Records), la salida al mercado de una novela ('Peaje'), la posibilidad de ganar el Goya por la banda sonora de 'Grupo 7'... Pocas veces un músico es capaz de concentrar en un período de tiempo tan breve tantas buenas noticias. Hablamos con el que fuera líder de El Hombre Burbuja para que nos dé noticia de su hiperactividad, y de paso, que aclare la polémica que ha generado su último álbum.

Me temo que sí. Pero no es grave. En la mayoría de los casos, al menos, no llega a ser un problema que te pueda llegar a arruinar la vida. Pero está trastornado el sistema político, económico, social, religioso, ético… ¿Cómo no va a estarlo el de las relaciones personales?

Hubo un momento el que declaró haberse quemado de hacer música, que no podía más. ¿Ha vuelto a recuperar su relación con ella?

Más que quemarme, había perdido cierta ilusión necesaria. Y sí, la recuperé ya en mi disco anterior: me obligué a componerlo poniéndome delante una foto de cuando era niño. Compuse todo el disco así, con la foto del Julio niño obligándome a satisfacer esa ilusión. Si el niño de la foto no quedaba contento, el adulto tampoco. Finalmente, creo que llegamos a un acuerdo.

Se han juntado en una misma semana muchas cosas: disco, novela, Goyas. Aunque afirma que es casualidad, que en realidad se aburre bastante. ¿Cómo es la rutina de Julio de la Rosa?

Bueno, quizá mi mayor trastorno actualmente, o el que puedo hacer público, es el miedo al aburrimiento. Un mal demasiado común en estos tiempos que corren. Me divierte esto de la creación (aunque personalmente prefiero el término ‘innovación’), así que siempre ando rumiando alguna cosa. Una vez la idea en la cabeza, pienso en el formato que más se podría adecuar y, si creo que puedo llegar a no hacer el ridículo, me lanzo a ello. Mi rutina es muy variable, en función a la fase de cada proyecto: la puramente creativa, la puesta en orden, la mecánica, la espera, la promo, las presentaciones. La que más me gusta, en realidad, es la fase de descanso. El problema es que, siempre que vuelvo de vacaciones, ya vengo con otro proyecto en marcha.

El que se escandalice por esta portada está hecho de la misma piel de los que encarcelaron al dibujante de las caricaturas de MahomaSobre la supuesta "violencia doméstica" de la portada y del videoclip de «Maldiciones comunes» de la que has sido acusado... ¿Cada vez tenemos la piel más fina?

Sin duda. Es muy triste que la gente se censure a sí misma. Como decía Buñuel: ‘podrán quitarme lo que quieran, pero jamás podrán secuestrar mi imaginación’. Es el último reducto de libertad que tenemos, y somos nosotros mismos los que nos dedicamos a censurar la imaginación de nuestros semejantes. Por otra parte, la gente cada vez está menos acostumbrada a pensar. Vamos demasiado rápido. Mirar y juzgar son dos gestos no separados por más de diez segundos. Es muy desesperanzador. Mi intención, como dicen, es provocar, sí, pero no en la acepción irritar, sino en la de mover a pensar. Afortunadamente, creo que la mayoría de la gente lo ha entendido todo e incluso se ha reído mucho, como era la intención. Nadie se escandaliza habitualmente al ver el horror, la tortura, etc, en el cine o en el arte contemporáneo, pero parece que la iconografía del pop y del rock es tan pobre a este respecto que algo que ni siquiera es eso ya escandaliza.

Todo el que lo haga ante esta portada (que lo que plantea es la pregunta ‘¿qué es un trastorno?’ mostrando cuatro posibles, donde el más peligroso es el trastorno del que mira) o ante este videoclip (¿Qué es lo que hacen los niños? ¿no es jugar a pelearse? Dejen de pensar por los demás, por favor)… Como decía, todo el que se escandalice ante esta portada está hecho de la misma piel que aquellos que encarcelaron a aquel dibujante de caricaturas de Mahoma. Como resulta que todos los días muere mucha gente a punta de pistola, prohibiremos cualquier representación de ellas en cualquier medio artístico, ¿les parece? Vamos a reventar de tanta hipocresía y doble moral.

Hay un amplio número de colaboradores en el disco. ¿Vocación de supergrupo, o buena excusa para montar una fiesta?

Bueno, en las maquetas había mi propia voz haciéndome yo mismo los coros, y sobre ese coro otra voz mía, hasta llegar a montar al unísono tres y cuatro melodías distintas. Así que pensé que era un buen momento para pedirle ayuda a amigos cantantes de la profesión, a los que admiro, e invitarles a participar.

Me tiré a la piscina y no sólo no me ahogué sino que conseguí una nominación a los GoyaSe gana la vida con las bandas sonoras, así que, ¿se siente más libre a la hora de afrontar un nuevo disco?

Más exactamente, con las bandas sonoras gano más dinero que con mis propios discos. Pero es que también en los últimos casi tres años he hecho un solo disco mío y cinco bandas sonoras. Pero, afortunada y a veces desgraciadamente, estoy metido en una profesión en la que libertad es imprescindible para hacer cualquier cosa. Cuando no tenía donde caerme muerto, mis discos eran igual de libres. Hay quien me tacha de valiente cuando en realidad he sido siempre un temerario.

¿Cómo terminó un chico como tú grabando algunas de las mejores bandas sonoras del cine español reciente? ¿Cómo empezó todo?

Comenzó en Sevilla, tomando cervezas con Alberto Rodríguez mientras preparaba 7 Vírgenes. Me pidió que la musicara y, a partir de ahí, además de componer también sus dos siguientes largos, After y Grupo 7, he ido haciendo otras muchas para otros directores gracias al mítico boca-oreja.

En una entrevista decía que entrar en una banda sonora es como entrar en un agujero negro. ¿Cómo ha sido el agujero negro de "Grupo 7"?

Sí, cualquier cosa implica adentrarse en lo desconocido, tirarte a la piscina y ver qué pasa. Grupo 7 fue un proceso largo y angustioso a la vez que emocionante y divertido, valgan los extremos. Le di muchas vueltas al tono de la película porque era una historia plagada de esquinas que podía llevarse a muchos sitios distintos con tan sólo un par de notas. También veía que era una película que permitía lucirme, así que me plantee el reto de investigar con texturas e instrumentos que nunca antes había experimentado. Me tiré a la piscina y, contra todo pronóstico, no sólo no me ahogué sino que conseguí una nominación a los Goya, entre otros premios. Así que muy contento con la aventura.

Es necesaria una revolución: la de la lentitud, la pausa, la ceremoniaTambién alumbra una nueva novela, Peaje. ¿Qué necesitaba explorar en esta ocasión que no le permitiesen las canciones, las bandas sonoras o la poesía?

A mí en realidad me gustan las cosas largas. Pero esta sociedad te condena a la mínima expresión, en todos sus formatos. Hasta en el inmobiliario. Escribir para mí es un desahogo. La música es algo esotérico, invisible, mágico, inaprehensible, mientras que las palabras las siento como frutas, frutas u hortalizas que coges del suelo, de las ramas de los árboles, y colocas en una fuente a tu antojo. En ese sentido, es relajante. Casi un juego. Algo sencillo, inofensivo, liviano, trivial. Y tiene la ventaja de que algo tan simple puede convertirse en un potente arma arrojadiza con no demasiado esfuerzo ni despliegue de medios. Respondiendo a tu pregunta, creo que las cosas que quería decir no cabían en ciento cuarenta caracteres. No más que eso.

Respeta y admira el formato del álbum que, en el fondo, es como una novela: ambis tienen que tener una coherencia formal y narrativa, compartir un tono semejante, aunque cada capítulo sea diferente. ¿No estamos perdiendo esas experiencias que se tenían al escuchar un disco o leer un libro?

Sin duda. Más que nunca es necesaria una revolución, sí, pero es la de la lentitud, la pausa, la ceremonia. Yo no paro de hacer cosas, sí, pero no las hago con prisas. Una revolución de este tipo desmoronaría todo el sistema en menos que canta un gallo. Estamos perdiendo experiencias, tú lo has dicho, y corremos el riesgo de que la gente olvide ciertos hábitos para siempre hasta el punto de que las nuevas generaciones crezcan más alienados, incluso, que nosotros. 

¿Se puede habitar en España y vivir de la música? Pareces haber demostrado que sí.

Claro que sí, hasta el acordeonista de mi plaza vive de la música. Hace no mucho, por cierto, le pedí que grabara en una banda sonora que hice. Me impactó que no aceptara más dinero del que me pidió. No es algo que me suela pasar. Pero al grano. Claro que se puede vivir de la música. Casi en cualquier parte. Otra cosa son las expectativas. Yo me he recorrido España entera varias veces con un coche de tercera mano y una guitarra acústica en el asiento del copiloto. Vivía de la música sin otras expectativas que las de hacer lo que me gustaba. Afortunadamente he prosperado un poco y puedo combinar esos acústicos con bandas sonoras, con conciertos en los que puedo llevar una banda completa y, a veces, incluso, me pagan por difundir los limitados conocimientos que poseo. Si quieres algo, ámalo y trágalo. No puedo decir más.

UNA SEMANA PARA RECORDAR