Echenique abre otro cisma en RTVE con los 60 notables del PP elegidos por Cospedal

El affaire del correo electrónico en RTVE ha vuelto a abrir una brecha entre la Dirección y los notables vinculados al PP que buscan su sitio en la casa. Y es que Cecilia Gómez -la dimitida subdirectora de Programación tras conocerse un e-mail en el que clasificaba ideológicamente a los miembros del Consejo de Informativos- formaba parte del equipo inicial que aglutinó María Dolores de Cospedal durante el año 2011 para desembarcar en la casa cuando los populares tomaran el poder. Fue de los pocos ilustres en esa lista que alcanzó un puesto de responsabilidad en la Corporación una vez Soraya Sáenz de Santamaría ganó el duelo con la secretaria general del partido y apadrinó a Leopoldo González-Echenique para que asumiera el mando en la sociedad.

“Si ya no cuidamos ni de los propios… Podía haberse buscado otro tipo de salida o investigar el tema a conciencia. De hecho, Gómez ha puesto una denuncia porque no es consciente de haber mandado ese e-mail. Es lo que sucede cuando el partido no controla áreas claves de la casa, como la económico-financiera, los informativos, la producción de programas o la de sistemas informáticos”, subraya sin ambages uno de los miembros de ese equipo embrionario que formó Génova y que ahora deambula en la casa sufriendo el desdén de los ajenos pro-PSOE y la indiferencia del nuevo equipo de gestión, al que acusa de obviar esa estructura popular en la sombra durante tantos meses cultivada.

La decisión del director de Informativos, Julio Somoano, de aceptar la dimisión de Gómez ha sido una entrada más en el registro de agravios que acumula ese colectivo. Más triste si cabe en tanto el propio Somoano también estaba en ese ‘grupo de élite’ adiestrado por Génova. Pese a las presiones de 'la maquinaria del PSOE', no falta quien en ese núcleo abogaba por cerrar filas hasta depurar todas las responsabilidades sobre el episodio. El correo eléctronico en cuestión, presuntamente dirigido a una consejera popular y remitido erróneamente al Consejo de Informativos, trataba en clave de afinidad política y tono despectivo a miembros de ese cónclave, con comentarios de carácter personal incluidos. "Los salientes son un lobby importante dentro de la redacción. Crean estado de opinión y presionan a los compañeros. Julio tendrá una tarea difícil por delante”, llegaba a apuntar.

La realidad es que, lo quiera o no, el equipo de González-Echenique no sólo tiene contestación en la Corporación por parte de quienes ideológicamente son contrarios al PP y siguen conservando en muchos casos puestos de decisión. Tampoco entienden su gestión un grupo sustancial de profesionales relacionado con el Partido Popular y que se significó en su momento para dar un giro a la televisión pública. Desde hace meses, estos no ven con buenos ojos que buena parte de los ejecutivos de la etapa anterior hayan mantenido puestos de responsabilidad en la casa, con el beneplácito del nuevo presidente. Es más, no dudan en subrayar la falta de conocimiento del negocio por parte de Echenique. Y no son pacatos a la hora de expresar sus cuitas entres sus huestes, como prueba el interceptado correo electrónico.  

Uno de los nuestros

Todo comenzó en abril de 2011, cuando unas 60 personas vinculadas al PP formaron entre ocho y diez grupos de trabajo para preparar la llegada de los populares a la Corporación. La mayor parte de los implicados era gente de la casa, pero también había profesionales de fuera. Era el caso, por ejemplo, del propio Somoano, que aunque no era la primera opción al final fue nombrado director de Informativos. También estaban los consejeros propuestos por el PP. El entramado lo tuteló desde el minuto uno Cospedal y apuntaba una estructura de mando paralela. Meses después y con la victoria en la mano, la estrategia pareció torcerse. “De los que dieron un paso adelante entonces, apenas tres han recibido cargos de responsabilidad y pueden tomar decisiones”, aseguraba uno de los agraviados a medida que se iba perfilando la nueva estructura. Uno menos, ahora, con la salida de Cecilia Gómez, al final uno de los suyos. “Está claro que el PP tiene más complejos que otros”, remataba.

González-Echenique, que la semana pasada rindió visita a la cadena pública ZDF dentro del periplo de encuentros que ya le llevó a la BBC hace algunos meses, abordó ayer la cuestión en el Congreso de los Diputados. Y dejó claro que la Dirección admitió la dimisión de Gómez de forma “contundente, rotunda y de plano”, sin admitir la existencia de injerencia política alguna en la televisión pública. Tras subrayar que la exsubdirectora de Programación es una profesional con muchos años de experiencia en la casa, puntualizó que el correo electrónico en cuestión era personal y no corporativo o institucional. “Es un mail que no tiene que ver con las formas de hacer en la casa, pero no podemos entrar en las mentes de los 6.300 trabajadores que tiene la Corporación”, dijo. “Ni el director de Informativos ni el presidente tenemos nada que ver”, se defendió ante las peticiones de dimisión de Somoano por parte del PSOE.

Y no hay razón para dudarlo. Lo que no debe de ser ajeno al presidente es que la pugna política que siempre existió en la casa ahora se ha ramificado. Mientras los socialistas esperan, el choque de Cospedal y Santamaría ha creado dos castas vinculadas al PP en la Corporación. Y al tiempo que los primeros se quejan y no paran de que el partido no controla la cadena pública –el e-mail lo que sí hace es reflejar ese sentir-, los segundos hacen gala de su independencia y de que sus jefes “no están en Génova”, como presume el propio Echenique. Entretanto, el PSOE se frota las manos. Y esgrime los números. TVE, tras el drástico recorte de ingresos aprobado por la propia vicepresidenta y a la espera de una sentencia de Bruselas que le dará margen de maniobra para modificar la financiación, camina sin frenos con rumbo a perder los dos dígitos de audiencia. Esto es, a la irrelevancia.