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¿Pinchazo a la burbuja del fútbol? La televisión cierra el grifo a los derechos deportivos
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LAS AUTONÓMICAS TENDRÁN QUE RENUNCIAN AL DEPORTE

¿Pinchazo a la burbuja del fútbol? La televisión cierra el grifo a los derechos deportivos

¿Es el fútbol la siguiente burbuja a punto de explotar? Madrid y Barcelona cobran de Mediapro 135 millones cada temporada por sus derechos televisivos. Un dinero

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¿Pinchazo a la burbuja del fútbol? La televisión cierra el grifo a los derechos deportivos

¿Es el fútbol la siguiente burbuja a punto de explotar? Madrid y Barcelona cobran de Mediapro 135 millones cada temporada por sus derechos televisivos. Un dinero que sale de lo que las televisiones abonan a la compañía de Jaume Roures y Tatxo Benet por retransmitir los partidos. Un negocio perfecto sobre el papel: tomo y pago, no hay riesgos. A no ser que alguien deje de poner los millones sobre la mesa. Y las cadenas empiezan a dar muestras de agotamiento. Las públicas no pueden más tras años de deuda acumulada y con los gobiernos regionales en los huesos. Y las privadas no gastarán si no es rentable. La inflación en el coste de los derechos toca a su fin. El pago llama a la puerta.

La televisión autonómica catalana (TV3) abrió la veda a finales de noviembre en pleno plan de ahorro para 2012 y mientras buscaba un crédito a la desesperada para abonar la paga de Navidad a los empleados públicos. La directora de la sociedad, Mònica Terribas, avanzaba la renuncia al fútbol y no descartaba suprimir otras emisiones deportivas, como la Fórmula 1. Cogía el testigo la televisión pública balear (IB3), que anunciaba hace apenas días que no programaría más partidos de la Liga este año. “No se apostará por retransmisiones deportivas que se puedan ver en otras cadenas”, zanjaba, renunciando también al automovilismo. Una senda que seguirán otros.

“Pueden emitir el fútbol o no emitirlo –aseguran fuentes próximas a Mediapro-. Esa es una decisión suya, pero hay un contrato en vigor y tendrán que hacerle frente. Por otra parte, los derechos del fútbol son suficientemente importantes como para pensar que no dependen de las autonómicas o de cualquier otra cadena”. Precisamente esta temporada finalizan los contratos para la explotación de los derechos del balompié y se abrirá una nueva subasta para pujar por ellos. Y si las autonómicas no renuevan y las privadas hacen sus ofertas a la baja, habrá que buscar otras formas de explotación. “El futuro siempre ha sido el pago”, concluyen estas fuentes.

Desde luego, las autonómicas no dan más de sí. TV3 ha recibido 839,6 millones en fondos públicos desde 2008 para garantizar su supervivencia. Telemadrid ha acumulado pérdidas en los últimos ocho ejercicios por valor de 692,26 millones de euros. Canal 9 entró en quiebra técnica en 2010 tras perder 165 millones; prepara un macroere que puede afectar a dos tercios de sus 1.800 trabajadores. Y suma y sigue. No parecen cifras que avalen ofertas como las que se han manejado hasta ahora por emitir partidos que ya ofrecía otra televisión nacional. Pocas autonómicas podrán pagar –y mucho menos justificar mientras se suben tasas, impuestos y similares- el pago por el fútbol el año próximo.

Antena 3 y Telecinco se frotan las manos

Y las privadas lo tienen claro: las públicas disparaban las pujas por derechos y ahora se abre todo un mundo de posibilidades. El consejero delegado de Antena 3 y futuro hombre fuerte de la fusión con La Sexta, Silvio González, dejaba claro cuáles eran sus intenciones al explicar los objetivos de la integración. “Los derechos de la Fórmula 1 y el fútbol son caros y difíciles de rentabilizar (…) No los renovaremos a menos que se produzca un descenso significativo de los precios”, apuntaba. Una devaluación a la que ayudará la nueva situación de RTVE, con escaso margen de maniobra para gastar después de que el Gobierno decidiera recortar su presupuesto en 200 millones de euros.

“Las televisiones privadas se van a beneficiar de una inflación menor en los contenidos premium, en tanto las cadenas nacionales y regionales tienen que apretarse el cinturón con acciones a corto plazo como la reventa de contenidos comerciales. Las privadas pueden sacarles más beneficios al elevar su audiencia y traducirlo en mayores ingresos publicitarios”, explican fuentes del sector. Y es que la proyectada fusión Antena 3-La Sexta hace que sólo el tándem José Manuel Lara-Silvio Berlusconi pueda plantearse acometer compras de derechos, con el mercado audiovisual español convertido en un auténtico duopolio que controla el 85% de la publicidad.

El primer ejemplo de que nadie va a comprar caro se ha vivido con los Juegos Olímpicos de Londres. Hace apenas semanas, RTVE intentó buscar ‘partenaire’ para compartir su emisión y ahorrarse parte de la factura de 70 millones de euros que tiene sobre la mesa. Pero según aseguran fuentes internas de la casa, nadie los quiso. Un ejecutivo de una televisión privada certifica que no hay el menor interés en el sector: “Ninguna cadena pagará por acceder a esas retransmisiones, ya que sería una auténtica ruina desde el punto de vista económico. Parece razonable que sea RTVE quien las emita en tanto servicio público. Más dudoso es que se gasten 35 millones en la Champions League elevando los precios de la subasta”.

Episodios como este obligarán a que la televisión pública se replantee su estrategia para los próximos ejercicios. Y los derechos de la Champions serán una piedra de toque, en tanto deben renovarse para el periodo 2012-2015. Si RTVE no concurre, quedarán a disposición de Mediaset y Antena 3 a un precio mucho más bajo. También obligará a dar un paso adelante a Prisa y Mediapro, que acumulan los derechos de los clubes, para rentabilizar sus propuestas de pago, Canal+ Liga y Gol TV, respectivamente. Con una derivada. “Para eso no hay más remedio que devaluar el partido de los sábados. No habrá apenas partidos de Madrid o Barcelona en abierto”, explican fuentes del sector.

¿Es el fútbol la siguiente burbuja a punto de explotar? Madrid y Barcelona cobran de Mediapro 135 millones cada temporada por sus derechos televisivos. Un dinero que sale de lo que las televisiones abonan a la compañía de Jaume Roures y Tatxo Benet por retransmitir los partidos. Un negocio perfecto sobre el papel: tomo y pago, no hay riesgos. A no ser que alguien deje de poner los millones sobre la mesa. Y las cadenas empiezan a dar muestras de agotamiento. Las públicas no pueden más tras años de deuda acumulada y con los gobiernos regionales en los huesos. Y las privadas no gastarán si no es rentable. La inflación en el coste de los derechos toca a su fin. El pago llama a la puerta.