Cuatro razones por las que definitivamente deberías ver más la televisión

En España consumimos una media de cuatro horas diarias de televisión. Los minutos aumentan especialmente en los meses de enero y febrero, cuando el frío aprieta y apetece tumbarse en el sofá a ver cualquier cosa que emitan prácticamente sin filtro de elección, y llegamos a estar hasta 263 minutos de media delante de la peyorativamente denominada 'caja tonta'.

Son muchos quienes no se cansan de denunciar que verla en exceso es malo para la vista, machaca nuestras neuronas y tiene efectos negativos en nuestra capacidad de concentración y memoria. Por no hablar de que son pocos quienes consumen este medio mientras hacen abdominales en el salón, siendo otro de los principales responsables de nuestra vida sedentaria. Es más, algunos expertos llevan décadas advirtiendo de que su impacto en la mente es capaz de generar adicción y dependencia en algunas personas.

Ver la tele todos los días es una de las formas más cómodas para cuidar de nuestra salud

“A pesar de lo que puedes haber escuchado, no es un hábito tan malo como fumar. Lo que ocurre es que la ciencia suele centrarse en destacar sus efectos perniciosos”, asegura Edward Lane en 'Men's Health', donde no duda en recomendarnos ver la tele todos los días como una de las “formas más cómodas para cuidar de nuestra salud”. Y no te puedes ni imaginar los sorprendentes motivos que ha encontrado para sugerir que sea parte de nuestros hábitos de vida saludables.

Cuida de tu cerebro

Tras una larga jornada laboral, estás tan hecho polvo que ni tu cabeza ni tu cuerpo dan más de sí. Vamos, como para calzarte las deportivas e irte a correr. De hecho, hacer algo de ejercicio probablemente sea la actividad que menos te apetezca hacer en el mundo si has tenido un día duro. No pasa nada: un estudio realizado en 2012 en la Universidad de Buffalo descubrió que hay pocas cosas más efectivas que ver un programa de televisión de entretenimiento para acelerar nuestra regeneración neuronal y reforzar nuestra agotada fuerza de voluntad. Los investigadores explicaron que esta actividad requiere mucho menos capacidad intelectual que leer un libro o ver una película seria, lo que nos permite apagar nuestra materia gris y recargar las pilas.

Acaba con los resfriados

No se refiere al hecho de que cuando te pones malo optes por colocarte durante horas en posición fetal sobre tu sofá y con la televisión encendida de fondo. Estar ahí tirado sudando por la fiebre no te cura de nada, pero sí previene que llegues a ese estado catarral el echarte unas risas viendo contenidos televisivos divertidos. Al reírnos disminuyen nuestros niveles de estrés manteniéndose la circulación sanguínea estable y cuidando de nuestra salud para que estemos fuertes como robles ante posibles virus. Científicos de la Universidad de Hawai relacionaron el estado de humor y las carcajadas con la fabricación de linfocitos B y T, responsables de combatir las infecciones. Será por la cantidad de programas con los que te reirás mucho al ver a sus protagonistas, y no precisamente porque sean de humor...

Mejora tu vida en pareja

El ritual que mantienes el día que emiten tu serie o programa preferido, preparando la cena antes, acomodándote en el sofá y dejando cualquier quehacer finiquitado para poder disfrutarlo al 100%, te hace una persona más cabal. Así lo sugirió una reciente investigación realizada en UCLA según la cual las relaciones sentimentales necesitan una cualidad básica para funcionar: el compromiso. Y parece que los horarios marcados por la parrilla televisiva te ayudan a ser una persona más estable y comprometida con tu vida en pareja.

Quema calorías

'¡¿Cómo?!', exclamarás contrariado. Sí, Lane se atreve a asegurar lo que cualquier nutricionista o médico negaría en base a la evidencia. “Sentado en el sofá nunca vas a adelgazar”, advierte en un primer momento, “pero si te pasas la noche histérico y tapándote los ojos con las manos, probablemente evites más de un aperitivo”. Vamos a aclarar su recomendación porque a bote pronto no tiene ni pies ni cabeza: el autor se refiere a que consumir películas o series de terror quema calorías. Así lo demostró un estudio realizado en la Universidad de Westminster según el cuál las personas que consumen contenidos de este género queman un promedio de 113 calorías por sesión, nada más y nada menos que el equivalente a una caminata de media hora.

No insistas. No funciona igual con cualquier género: las comedias románticas y los dramones, se acumulan en tus caderas mientras piden a gritos unas palomitas para pasar la bola de la garganta.