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Las lecciones que se aprenden en el curso más atrevido sobre sexo
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MANO, BOCA, ¡PLACER!

Las lecciones que se aprenden en el curso más atrevido sobre sexo

La práctica mejora al hombre en todos sus aspectos, incluidas sus habilidades en la cama. Por eso proliferan talleres de educación sexual en los que se enseña a proporcionar placer un poco mejor

Foto: El momento de pasar a la acción. (iStock)
El momento de pasar a la acción. (iStock)

Nadie nace sabiendo, como dirían nuestros mayores. Por eso nunca viene de más acudir a un taller de iniciación para cualquier actividad a la que tengamos que enfrentarnos en nuestra vida cotidiana. Cocina, labores del hogar, finanzas básicas, lectura, corte y confección, fontanería y una larga lista de conocimientos a los que tarde o temprano tendremos que echar mano. ¿Y por qué no el sexo? Al fin y al cabo, es otra faceta esencial de nuestras vidas, y como tantas otras cosas, podemos mejorar nuestro desempeño en ella a través de la experiencia y el entrenamiento. Así que, ¿por qué no probar con un curso?

Un buen ejemplo es el que se imparte en Pink Kitty, un 'sex shop' de Irving, en California, aunque probablemente hay muchos de ellos en otras tiendas semejantes de todo occidente. Como señala la invitación que aparece en la página web de la tienda, el curso forma parte de una serie de educación sexual en la que se proporcionarán “técnicas y consejos para pajas y mamadas maravillosas”. Se trata de un curso muy exclusivo en el que sólo pueden inscribirse doce personas, y por ello se realizan multitud de talleres a lo largo del mes.

Primera lección: aunque en el sexo oral se utilice la boca, no debemos dejar de emplear la mano

Eso sí, hay una única condición: ser una mujer. Muchos hombres homosexuales o bisexuales (o heterosexuales, ¿por qué no?), protestaran, aunque quizá haya una buena disculpa para ello: mientras que, al igual que ocurre con la masturbación, para los hombres es más fácil entender cómo funciona el pene (ellos tienen uno), es distinto para las mujeres, cuya única guía son las recomendaciones de sus parejas y las películas porno. ¿Por qué no dejarlo en manos, nunca mejor dicho, de una experta?

Ni sudor ni lágrimas

La periodista Courtney Hamilton ha acudido a uno de los talleres realizados en Pink Kitty y ha explicado en '7 Deadly Mag' cuáles son las lecciones que en ellos se aprenden. La profesora, explica, es Alysia Batchedler, que antes de empezar con la clase, proporciona un dildo a cada una de sus alumnas para practicar con él. En palabras de la autora es una sesión en la que se aprendieron, con sentido del humor, unos cuantos trucos para ayudar a que el sexo oral resulte mucho más placentero. “Sabe lo que está haciendo”, dice la autora de la profesora. Y esto es lo que suele hacer:

Las manos son la mejor herramienta. A pesar de que el sexo oral hace referencia, como su propio nombre indica, a la boca, esta no es (ni debe ser) la única manera de estimular a la pareja. En primer lugar, porque es el camino más corto para conseguir que el hombre comience a excitarse, pero también, porque es la mejor manera de dar descanso a la boca. Como recuerda Hamilton, una de las grandes dificultades del sexo oral es que “lleva demasiado tiempo”. Ayudándonos con otras herramientas, podemos darle descanso a cuello y boca y terminar antes.

Con práctica, el movimiento debería ser continuo y hacer sentir muy bien a tu pareja

Pero no vale de cualquier forma, claro. ¿Cómo se debe utilizar la mano? Según enseñaba Batchedler, “no hay ninguna razón para ser delicados”. El pene no se rompe, recuerda, aunque depende enormemente de las preferencias de cada cual, así que nunca está de más preguntar. Eso sí, la firmeza es importante.

Hay dos maneras de utilizar las manos. En la primera y clásica versión, simplemente consiste en masajear el miembro de arriba abajo con un movimiento ligeramente circular, de manera que se acaricie de manera suave los testículos y con algo más de firmeza la zona que se encuentra próxima al glande. “Con práctica, el movimiento debería ser continuo y hacer sentir muy bien a tu pareja”, explica Hamilton. La alternativa es, en lugar de hacer el esfuerzo con las manos, mover los codos y agarrar el pene con las dos manos, poniendo una encima de la otra, realizando movimiento en sentidos opuestos. Desde luego, es mucho más intenso, y quizá a alguno le suene de alguna película porno.

Por la boca goza el pez. Evidentemente, en el sexo oral lo más importante es la boca. ¿Y cómo debe usarse? Un buen punto de partida es, una vez hemos aprendido a utilizar las manos correctamente, replicar el mismo movimiento, solo que con las manos. La recomendación de la mujer es que se mantenga la cabeza vertical y que el cuello no se tuerza. El movimiento a realizar es, preferiblemente, el de golpes acompasados, que además pueden acompañarse con el movimiento de la mano, que refuerzan la sensación que percibe el hombre.

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que las terminaciones nerviosas del pene no son iguales en todas las partes del miembro. Hay que centrarse especialmente en el área final del tronco, la más cercana al glande, especialmente en la piel si no se está circuncidado. También en la parte inferior (a lo largo, se entiende), mucho más sensible que la superior. Los valientes pueden adentrarse en los placeres del perineo, el área que se encuentra entre el ano y los testículos, y de la que ya hemos explicado en alguna ocasión que es especialmente placentera para el valiente que se atreva a sumergirse en dichas zonas. Por nuestra parte, recordamos que nada de soplar, puesto que se trata de una desagradable sensación que en algunos casos puede conducir a una infección.

¿El fin? Una parte importante del sexo oral es el final. En primer lugar, debemos hacernos la pregunta. “¿se va a conseguir el orgasmo a través de este, o simplemente es un calentamiento antes del sexo vaginal (o anal)?” Si es el segundo caso, enhorabuena: probablemente no haya herramienta mejor para ponerse a tono. Si es el primero, siga leyendo. Para Batchedler hay tres opciones posibles, tragar, escupir o cambiar de dirección, cuyo nombre no necesita más explicación, salvo recordar que cada varón tiene sus preferencias… y por lo general se trata de lo primero de la terna. Eso sí, debe quedar claro lo que va a ocurrir antes de hacer nada, para que no haya malos rollos. 'Quid pro quo' es un buen lema. Y eso no lo dice Batchedler, lo decimos nosotros.

Nadie nace sabiendo, como dirían nuestros mayores. Por eso nunca viene de más acudir a un taller de iniciación para cualquier actividad a la que tengamos que enfrentarnos en nuestra vida cotidiana. Cocina, labores del hogar, finanzas básicas, lectura, corte y confección, fontanería y una larga lista de conocimientos a los que tarde o temprano tendremos que echar mano. ¿Y por qué no el sexo? Al fin y al cabo, es otra faceta esencial de nuestras vidas, y como tantas otras cosas, podemos mejorar nuestro desempeño en ella a través de la experiencia y el entrenamiento. Así que, ¿por qué no probar con un curso?

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