Un análisis de la dieta de 500.000 personas asegura que el picante alarga la vida
El componente activo de los pimientos picantes, la capsaicina, tiene propiedades analgésicas, anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes. Pero, además, puede reducir la mortalidad
Los condimentos picantes son un elemento clave en las culturas alimenticias de buena parte del mundo. Durante milenos se han usado para dar sabor y color a las comidas, y conservar mejor éstas, pero también como medicina. Chile, cayena, ají, pimientos rojos picantes… Todos ellos comparten un compuesto químico, responsable de su característico ardor, la capsaicina, cuyos beneficios para la salud han sido bien estudiados en los últimos años.
Diversas investigaciones experimentales han comprobado que el componente activo de los pimientos picantes tiene propiedades analgésicas, anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes e, incluso, podría ayudarnos a adelgazar, pues actúa como un quemador de grasas natural. Pero, hasta la fecha, las investigaciones sólo se habían realizado en animales y muestras humanas muy reducidas.
Las personas que consumían comida picante seis o siete veces a la semana reducían el riesgo de morir prematuramente en un 14%
Un nuevo estudio epidemiológico, dirigido por investigadores chinos y publicado en el British Medical Journal, ha analizado el impacto del picante en la dieta de más de 485.000 personas. Los sujetos participaron en el China Kadoorie Biobank, un enorme estudio de la Universidad de Oxford que durante 2004 y 2008 analizó al detalle los marcadores sanitarios de medio millón de ciudadanos chinos de 10 regiones diferentes del país.
Tras aislar diversos factores como la historia familiar, la edad, la educación, el tabaquismo y muchas otras variables, los investigadores descubrieron que las personas que comían picante, principalmente chiles, una o dos veces a la semana, tenían un riesgo de muerte un 10% menor que aquellas personas que comían picante menos de una vez a la semana. Además, aquellos sujetos que consumían comida picante seis o siete veces a la semana reducían el riesgo de morir prematuramente en un 14%.
Las tasas de enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios y cáncer también eran menores entre las personas que comían picante.
Urge realizar nuevos estudios
Los autores de este importante análisis reconocen que sus datos son sólo observacionales y no es posible inferir ninguna relación causa-efecto de los mismos. “Necesitamos más evidencias, especialmente de ensayos clínicos, para verificar estos resultados”, reconoce el doctor Lu Qi, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard y coautor del estudio en la nota de presentación de éste. “Estamos deseando analizar los datos de otras poblaciones”.
Dicho esto, la asociación es lo suficientemente importante como para que nos tomemos más en serio el estudio de la capsaicina. E, incluso, nos preocupemos por tomar más comidas picantes.
“Parece que incrementar de forma moderada la ingesta de picante, sólo entre dos y cinco veces por semana, tiene un efecto protector similar”, explica Qi. “Basta con comer un poco más. Eso puede ser suficiente”.
Los condimentos picantes son un elemento clave en las culturas alimenticias de buena parte del mundo. Durante milenos se han usado para dar sabor y color a las comidas, y conservar mejor éstas, pero también como medicina. Chile, cayena, ají, pimientos rojos picantes… Todos ellos comparten un compuesto químico, responsable de su característico ardor, la capsaicina, cuyos beneficios para la salud han sido bien estudiados en los últimos años.
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