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Las razones por las que levantarle la pareja a alguien no es buena idea
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el perfil de las personas que se dejan "robar"

Las razones por las que levantarle la pareja a alguien no es buena idea

En torno a la mitad de las parejas se forman cuando una persona le "roba" el novio a otra. ¿Qué podemos esperar de una relación que parte de una infidelidad?

Foto: Qué un amigo nos levante a la novia es algo relativamente habitual. (C. Camarena/Corbis)
Qué un amigo nos levante a la novia es algo relativamente habitual. (C. Camarena/Corbis)

Que te levanten a tu pareja o esposo parece un acto de lo más ruin (máxime si el que te la roba es amigo tuyo), pero es un fenómeno mucho más común de lo que queremos creer. Las cifras son similares en todos los estudios realizados al respecto: en torno a la mitad de las parejas se forman cuando uno de los miembros deja a su pareja anterior para comenzar una nueva relación.

Este fenómeno se conoce en la literatura científica como mate poaching, que no es otra cosa que robarle a alguien la pareja. Todos conocemos casos cercanos, que darían para escribir un guion de película de sobremesa: mejores amigos que te roban a la novia delante de tus narices, compañeras de trabajo que seducen a tu marido, amantes que dejan de ser amantes para ser novios… Pero, pese a ser una práctica tremendamente extendida, no hay demasiados estudios al respecto.

¿Son exitosas las parejas formadas tras un mate poaching? ¿Son las personas “robadas” más propensas a ser “robadas” de nuevo? ¿Existen rasgos de la personalidad que predispongan a las personas a dejar a su pareja por otro sin pasar siquiera un mínimo periodo de duelo?

Estas son las preguntas que han tratado de contestar un grupo de investigadores estadounidenses liderados por el psicólogo social Joshua D. Foster, de la Universidad de Alabama del Sur, en un estudio que se ha publicado recientemente en la revista Journal of Research in Personality.

Según Foster y sus colegas, dado que robarle la pareja a otra persona es una forma muy común de comenzar una relación, estaría bien saber si este tipo de uniones funcionan mejor o peor que aquellas que surgen sin que ninguna de las partes tenga que romper con otra persona. Y, como cabía esperar, su hipótesis es que funcionan bastante peor.

Si te has dejado cazar una vez, podrías dejarte cazar de nuevo

Los científicos se han centrado en estudiar cuáles son las motivaciones y comportamientos que distinguen a las personas que son “robadas”, no a las que “roban”. En su opinión, son las personas “robadas” las que, al fin y al cabo, están siendo infieles y las que, a su parecer, pueden tener un comportamiento más distintivo.

Los investigadores realizaron tres experimentos sucesivos, preguntando a hombres y mujeres heterosexuales que cursaban una relación si habían sido “robados”. Además, estudiaron cuál era el estado de su relación actual y cuál eran sus características de personalidad. Sus conclusiones son claras: las relaciones con una persona “robada” presentan mayores disfunciones desde el inicio mismo de estas y, por tanto, tienen más posibilidades de finalizar pronto.

Los participantes en el estudio que habían sido “robados” por sus actuales parejas mostraron hacia estas un menor compromiso, una menor satisfacción y una menor inversión; además, mostraron una mayor propensión a volver a ser "robadas", pues tenían una percepción más elevada de la calidad de las alternativas disponibles, prestaban una mayor atención a estas y registraron unos mayores niveles de infidelidad.

El perfil del “robado”

¿Qué características comparten las personas que se dejan “robar”? Según los autores del estudio, éstas tienen un perfil común de personalidad, no así de género (este tipo de comportamiento se da en igual porcentaje entre hombres y mujeres).

Como explican Foster y sus colegas, “para resumir, los resultados del presente análisis sugieren que las personas que han sido ‘robadas’ por sus actuales parejas tienden a ser socialmente pasivas, no particularmente simpáticas, irreflexivas, irresponsables y narcisistas”. Pero el rasgo de personalidad que más define a las personas que tienden a ser “robadas” es la sociosexualidad, esto es, “la voluntad de participar en una actividad sexual fuera de una relación comprometida”.

Hablando en plata, cuanto más infiel es una persona más posibilidades tiene de dejar a su pareja por otra persona, y más posibilidades tendrá de que esto se repita con su nueva pareja. Este hallazgo es consecuente con estudios anteriores que mostraban que los individuos infieles tienden a insensibilizarse: las personas que engañan a su pareja en una relación tienen entre el doble y el triple de posibilidades de engañar a su siguiente novio, en comparación con las personas que nunca han tenido una aventura.

La próxima vez que ligues con la novia de alguien, piensa bien dónde te estás metiendo. Quizás tengas una gran noche de sexo (las personas narcisistas suelen ser buenas en la cama y, según este nuevo estudio, las personas “robadas” tienen una mayor disposición erótica), pero debes saber que lo que va a hacer a su novio actual puede hacértelo también a ti.

Que te levanten a tu pareja o esposo parece un acto de lo más ruin (máxime si el que te la roba es amigo tuyo), pero es un fenómeno mucho más común de lo que queremos creer. Las cifras son similares en todos los estudios realizados al respecto: en torno a la mitad de las parejas se forman cuando uno de los miembros deja a su pareja anterior para comenzar una nueva relación.

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