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Hasta el límite: 'Tough guy', la carrera más dura del mundo
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Hasta el límite: 'Tough guy', la carrera más dura del mundo

La carrera más dura del mundo, “Tough guy”, se está convirtiendo en todo un fenómeno a nivel mundial, ya que se enmarca en el tipo de

Foto: Las carreras de alto rendimiento exigen una sólida preparación previa. (Corbis)
Las carreras de alto rendimiento exigen una sólida preparación previa. (Corbis)

La carrera más dura del mundo, “Tough guy”, se está convirtiendo en todo un fenómeno a nivel mundial, ya que se enmarca en el tipo de deporte que se halla en auge actualmente. Solo en EEUU en 2012 han participado 1,5 millones de personas en el circuito de carreras. La prueba de más renombre, “Tough guy”, atrae regularmente a más de 5.000 competidores, de varios países de los 5 continentes.

Este tipo de pruebas también están creciendo en Australia, Sudáfrica, Corea del Sur, Japón, Filipinas, Hong Kong y Singapur. Personas de todo el mundo (hombres, en su mayoría) muestran un deseo insaciable de afrontar dificultades en situaciones extremas. Una muestra de la dureza de estas pruebas es que aproximadamente un tercio de los participantes abandonan sin haber conseguido su objetivo.

Billy Wilson, un ex soldado de Granaderos, de edad indeterminada, grandes bigotes y personalidad arrolladora organiza desde 1987 la carrera más dura del mundo en Staffordshire, Inglaterra. Wilson afirma: “Los llevamos hasta el mismo límite de su resistencia, les derrotamos físicamente y cuando se sienten abatidos y humillados, sin energía, creyendo no poder superarlo, con un montón de pensamientos negativos que les invitan a abandonar, solo el que conserva la calma, consigue que el cerebro ordene seguir y vencer”. Se puede considerar una carrera psicológica, más que física, ya que es muy importante ser capaz de mantener la cabeza fría para tomar la decisión correcta cuando al cuerpo ya no responde.

Los obstáculos más duros

Se trata de apenas 12 kilómetros de cross en los que hay que superar hasta 30 obstáculos infernales. La organización de la carrera avisa de que la inscripción en la misma supone asumir riesgos físicos de todo tipo (cortes, rozaduras, quemaduras, deshidratación, hipotermia, vértigos, claustrofobia, descargas eléctricas, esguinces, torceduras, dislocación de articulaciones o huesos rotos), y así ocurre en cada edición. La organización obliga a los participantes a firmar lo que han venido a llamar “la sentencia de muerte”. Ésta consiste en reconocer y aceptar los riesgos y peligros que supone la participación, eximiendo a los organizadores de cualquier responsabilidad legal en el caso de sufrir algún accidente. La inscripción comienza a partir de 39 libras y puede llegar hasta 200 (aumenta cada vez que se inscriben 300 personas).

La carrera se va adaptando cada año, intentando añadir dificultad, buscando el límite de los participantes. En cada obstáculo hay un cartel que avisa de su dificultad, y es cada persona quien asume el riesgo de afrontarlo o no.

Hay que sortear 32 obstáculos para llegar a meta: carrera de obstáculos en un palmo de barro; salto de empalizadas de varias alturas y dificultades; correr arriba y abajo varias veces una colina, hasta que las piernas queman; correr con agua helada a la altura del pecho; saltar hogueras; correr entre cables eléctricos que descargan corriente al tocarlos; reptar a través de hileras de neumáticos y túneles estrechos y oscuros (los llaman ‘Vietcong’); correr sobre pasarelas elevadas varios metros; deslizarse por tirolinas imposibles y vadear metros de fango sobre tablas inestables, entre otros muchos obstáculos.

En un principio, era sólo un cross con 108 competidores, pero cada año Wilson fue añadiendo más obstáculos y dificultades, empezando con simples balas de heno, algunas planchas inestables sobre las que saltar y alguna empalizada. Pero un día Wilson dejó volar su imaginación y comenzó a construir enormes estructuras permanentes, obstáculos que implicaban más problemas, hasta convertirlo en la carrera más popular y dura del mundo, formando un circuito de tal dureza que hasta los soldados de operaciones especiales, con gran preparación en este tipo de terreno, se toparían con sus propios límites.

Algo que les encanta a los participantes, y por lo que repiten año tras año, son los continuos retos que lanza la organización, desafiando a aquellos que lo han superado a intentar pruebas y obstáculos más duros cada vez. El clásico detonador de testosterona: ¿A que no hay…?

La clave del éxito

Dicen que las claves del éxito por las que esta prueba se supera cada año en número de participantes y crece a nivel mundial pueden ser varias:

Aquellos deportistas para los que un maratón o un triatlón ya no son retos suficientes, pues los superan sistemáticamente uno año tras otro y necesitan nuevos objetivos. Personas que hacen deporte regularmente en equipo y quieren pasar un día de diversión y experiencia extrema en camaradería con sus compañeros, después del típico: ¿A que no hay…?

La vanidad y el orgullo por exhibirse en las redes sociales, para que todo el mundo vea las pruebas gráficas de lo que es capaz.

El vivir en un mundo donde todo está regulado, y las emociones se limitan a ver quién gana el partido del domingo con los amigos, puede hacernos querer sentir nuestro cuerpo y nuestra mente al límite.

Las endorfinas se activan, y uno se siente vivo y contento de seguir manteniendo un ápice de combatividad y superación personal. Es una experiencia que te cambia la vida, según muchos participantes.

Parece ser que no hay planes para crear franquicias fuera del Reino Unido, y que el futuro de la prueba pasa por crear una competición similar para niños. Asimismo, se pretende atraer a más mujeres, que actualmente representan sólo el 10% de los participantes. Según Wilson: “Las mujeres son mucho más capaces que los hombres: ellas sonríen todo el tiempo. Los hombres muestran el miedo en sus rostros, gritan, son cobardes, y autocompasivos. Las mujeres en cambio disfrutan". También quiere que acudan más hombres que superen los 70 años y sacar a los mayores de su letargo, dándoles así un remedio mucho más vigorizante que la viagra en el caso de ellos o el botox en lo que compete a ellas.

La carrera más dura del mundo, “Tough guy”, se está convirtiendo en todo un fenómeno a nivel mundial, ya que se enmarca en el tipo de deporte que se halla en auge actualmente. Solo en EEUU en 2012 han participado 1,5 millones de personas en el circuito de carreras. La prueba de más renombre, “Tough guy”, atrae regularmente a más de 5.000 competidores, de varios países de los 5 continentes.

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