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Ruta hacia el polo sur para vivir la Antártida y sus paisajes helados
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Ruta hacia el polo sur para vivir la Antártida y sus paisajes helados

Un viaje especialmente indicado para los que quieren dejar atrás los destinos convencionales y embarcarse en una aventura inolvidable

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Ruta hacia el polo sur para vivir la Antártida y sus paisajes helados

No todo el mundo puede presumir de haber estado en los confines del planeta. Visitar la Antártida, la zona más austral del planeta Tierra, es un privilegio que pocos han experimentado pero que está al alcance de todo el que quiera vivir la aventura. Existen rutas que trasladan a los viajeros hasta el polo sur terráqueo para disfrutar de paisajes únicos en un entorno tan poco frecuentado por los turistas que le parecerá que hayan estado esperando su llegada para darle la más calurosa –valga la paradoja- bienvenida.

La localidad argentina de Ushuaia, la ciudad más al sur del mundo, es el punto de partida de esta inolvidable experiencia. Tras pisar su suelo, los viajeros disfrutarán de tiempo libre antes de surcar los mares rumbo al ‘fin del mundo’. Para exprimir al máximo su estancia en este lugar, resultan obligatorias las visitas al lago de Fagnano ‘estirado’ en el mapa durante 98 kilómetros; al impresionante glaciar Martial y al Parque Nacional de Tierra de Fuego.

A pesar de que estos recorridos dejan con la boca abierta a todo el que los realiza, la verdadera aventura comienza al subir en el barco que atraviesa el canal de Beagle dejando a un babor Argentina y a estribor Chile hasta llegar al pasaje de Drake: el tramo de océano que separa el continente americano de la Antártida.

Dos días de crucero a través de este pasaje a bordo de un barco con casco reforzado a prueba de hielo le permitirán sentirse ‘escoltado’ por albatros y otros animales muy presentes en la región. Este recorrido de 48 horas se realiza por uno de los tramos de navegación más difíciles del mundo, pues en él se registra una gran cantidad de olas provocadas por los fuertes vientos de la corriente antártica.

Por fin divisará tierra al acercarse a las islas Shetland. Atravesando el estrecho de Mc Farlane, el barco pondrá rumo a la antigua estación ballenera de la isla Decepción –cuya peculiar forma se asemeja a una herradura-. Esta estación no está en uso desde que, en 1969, toda la isla se vio cubierta de cenizas por la erupción de su volcán.

Isla Decepción no hace honor a su nombre y no defrauda, pues los visitantes que la conozcan podrán contar que conocen uno de los tres únicos cráteres volcánicos semiabiertos del mundo. Desde ella se llega a la isla de Cuverville para contemplar las enormes colonias de pingüinos Papúa que campan a sus anchas por sus tierras. Un viaje en Zodiac le trasladará hasta Puerto Neko, un enclave perfecto para contemplar icebergs gigantes que además es el lugar donde podrá hacerse una foto poniendo el pie en el continente antártico.

De nuevo a bordo del barco la brújula enfocará hacia el sur para ver la colonia de pingüinos Adelaida, también un buen lugar para avistar ballenas jorobadas que bajan a alimentarse de krill durante el verano austral. Por la noche, navegará por las Islas Argentinas hacia el Estrecho Crystal y, ya con luz del sol, tendrá el privilegio de cruzar el círculo polar antártico hasta llegar a la estación británica ubicada en la isla de Taille, donde es posible contemplar al mayor depredador del continente: la foca leopardo.

Aquí se fijará el punto más al sur del viaje, para a continuación comenzar a ‘subir’ por el mapa camino al norte por el canal de Neumayer y el estrecho de Gerlache en un viaje en barco que, igual que en la ruta de descenso, hará las funciones de hotel en régimen de pensión completa. No deje de mirar por los ojos de buey y salga a los balcones de la nave: los icebergs tabulares, de hasta 100 metros de altura, son un espectáculo que sería una pena no disfrutar. ¡Súbase a bordo sin pensárselo dos veces!

No todo el mundo puede presumir de haber estado en los confines del planeta. Visitar la Antártida, la zona más austral del planeta Tierra, es un privilegio que pocos han experimentado pero que está al alcance de todo el que quiera vivir la aventura. Existen rutas que trasladan a los viajeros hasta el polo sur terráqueo para disfrutar de paisajes únicos en un entorno tan poco frecuentado por los turistas que le parecerá que hayan estado esperando su llegada para darle la más calurosa –valga la paradoja- bienvenida.

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