El creador de 'How to with John Wilson' (HBO Max): "A la mayoría de mis entrevistados no les importaba lo que yo pensase"

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Dentro del marco del festival Docs Barcelona, que se celebra del 6 al 10 de mayo en la Ciudad Condal, el documentalista estadounidense John Wilson, conocido por su serie de tres temporadas en HBO Max, How to with John Wilson, impartió el pasado martes una clase magistral en el Hall del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

La particular mirada del tímido realizador, que ha conquistado a un gran público por señalar las excentricidades más curiosas e hilarantes de la ciudad de Nueva York, salpicó también algunos de los momentos de su charla, en la que compartió algunos secretos de cómo llevó a cabo el proyecto, producido por Nathan Fielder, responsable de la serie The Curse, así como desveló algunas de sus influencias más directas.

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El cineasta, que acostumbra a registrar absolutamente todo, con especial atención a la parte más feísta de su entorno (desde cadáveres de ratas callejeras en las aceras hasta los andamios de los edificios en su barrio), subió al escenario grabando un vídeo con su teléfono móvil. Emocionado por el gran público que le recibía con aplausos, comentó que no esperaba que la serie hubiese sido tan vista en España.

Un estilo propio

En una entrevista moderada por Èric Motjer, responsable de Industria y Formación del festival, Wilson reconoció que al principio solo filmaba a desconocidos desde la distancia. Ahora, acostumbra a entrevistar a los protagonistas de sus irónicas piezas documentales con un peculiar micrófono que parece sacado de la década de los ochenta.

Para Wilson, aquellas grabaciones a otras personas era una forma de enfrentarse a la cercanía y la intimidad que ello conllevaba. El realizador reconoció no estar siempre preparado para comenzar una entrevista, y remitió a la serie del famoso servicio de pago para demostrar que procuraba no hablar demasiado en ellas. Los titubeos y carraspeos en la voz en off de Wilson, siempre presente para ofrecer un segundo sentido a la imagen presentada, son ya su marca de la casa.

"Cuando estudié, aprendí a usar la cámara como otro personaje en el relato"

Quizás en ese juego entre cercanía y lejanía resida la clave del éxito de participaciones de desconocidos cada vez más bizarros en su serie, que ofrecen increíbles historias, como el grupo de entusiastas de la película Avatar (2009), o el turbio CEO de una compañía de bebidas energéticas que acogió al realizador en su casa familiar.

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"Cuando empecé a estudiar Documental, aprendí a usar la cámara como otro personaje en el relato", contestó Wilson, a la pregunta de por qué había decidido que en su estilo autoral no debía esconder el instrumento de grabación. Admitió también que le daba rabia que otras obras dedicasen únicamente primeros planos a los figurantes: ello impedía conocer el entorno en el que se encontraban, que daba tanta o más información como sus declaraciones.

Nacido en el barrio de Queens, el documentalista pasó a relatar que, durante la grabación de la primera temporada de How to, los entrevistados no entendían que aquel fuese su propio show, y esperaban que les dijesen el nombre de quién lo presentaba. "En la mayoría de entrevistas que he hecho, a los entrevistados no les ha importado lo que yo pensase", aseguró para dar a entender la libertad que sentía al interrogar a determinados desconocidos que acabarían formando parte de su proyecto internacional.

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En un momento más avanzado de su charla, y haciendo uso de proyector, Wilson enlistó algunos de los artistas y obras que habían demarcado de manera más directa su estilo: desde el reconocido cineasta y paisano Frederick Wiseman, hasta el artista belga Francis Alÿs y la fotógrafa francesa Sophie Calle, pasando por la literatura de Gay Talese, Bill Buford, Susan Orlean y películas como In the basement y The metal years.

Un equipo a su medida

Seguidamente, ejemplificó el tipo de instrucciones que ofreció a su equipo de documentalistas de la serie de HBO Max, para que fuesen a la caza de imágenes siguiendo el estilo propio del autor. "De normal me llevaría un año hacer diez minutos de metraje", explicó Wilson sobre el modo en el que consiguió grabar, entre 2020 y 2023, tres temporadas de seis episodios de media hora cada uno; "de alguna manera tenía que clonarme a mí mismo".

Así, Wilson dispuso de un equipo de cuatro o cinco realizadores, que salieron a la calle para captar la esencia de la Nueva York de la ironía, el trastorno y la ridiculez. Compartió con ellos una biblia con escuetas, pero directas instrucciones sobre cómo debían grabar, y, una vez juntado todo el material, lo clasificó con los sentimientos que las imágenes evocaban ("miseria", "romance") pero también con descriptivas etiquetas, como "caca de perro".

En la sesión de preguntas y respuestas, Wilson aclaró que no habría una cuarta temporada de How to with John Wilson, pero admitió que la puerta con Nathan Fielder siempre estaría abierta. El creador del proyecto, que estudia ahora la forma de llevar a cabo su siguiente obra, clausuró el acto reconociendo que se sentía más alejado del anonimato. Y por supuesto, contagió al público su voluntad de seguir investigando la vida humana, tal y como es ahora.