Ocampos ha hecho una promesa en 'La Moderna' que podría significar el fin de doña Carla

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Mientras que Matilde ha sido vanagloriada en el episodio de este jueves de Salón de té La Moderna, su némesis, doña Carla, podría verse muy pronto enfangada por sus crímenes. La serie de época que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 16:30 horas tiene cada vez más acorralada a la antigua amante de Íñigo, aunque la malvada empresaria siempre guarda un as en la manga.

Si recordamos, la chica se asoció con Aguirre, e intentó atentar contra La Moderna cuando don Fermín se negó en rotundo a venderle el local. Matilde e Íñigo consiguieron paralizar la operación y ahora, dada la publicidad, la cafetería se ha llenado de clientes que desean conocer a la camarera. En el episodio de hoy, doña Carla ha observado con recelo cómo todos daban la enhorabuena a su rival, y Matilde ha presentido que no todo se había terminado.

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En medio de los vítores, el inspector Ocampos ha accedido al despacho de doña Carla, y le ha preguntado por qué no se sumaba ella a las felicitaciones a la joven, pues si no fuese por Matilde, no tendría galería en la que trabajar. Doña Carla ha admitido que ya encontraría el momento, y le ha comunicado al detective que esperaba una disculpa por su insinuación del día anterior, sobre que su relación con don Jaime podría no haber sido demasiado buena.

Una pista incuestionable

"Los años que yo pasé con mi marido fueron los mejores", ha mentido la chica, y Ocampos le ha reiterado sus disculpas, comentándole que tenía novedades sobre el caso de su muerte. "El hombre que encontramos muerto llevaba una llave", ha explicado el inspector sobre Aguirre.

Ocampos ha dicho a Carla que la mantendría comunicada sobre cualquier posible novedad

La llave que llevaba el hombre le ha conducido a una consigna de correos, donde había dos cuadernos: el exhaustivo registro de vigilancia a los movimientos de don Jaime. "¿Ese anarquista perseguía a Jaime?", ha preguntado aliviada la chica. "Pudo ser el asesino de su marido", ha asumido Ocampos, aunque aquello chocaba directamente con la declaración de Carla de que habían sido varias personas los atacantes de su marido.

Doña Carla no ha querido perder la oportunidad de zanjar la investigación, y ha explicado que alegó aquello llevada por la confusión del momento. Ocampos le ha dicho que la mantendría comunicada sobre cualquier posible novedad, y doña Carla se ha mostrado nerviosa con el hecho que pudiese haber más giros sobre el asunto.

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Don Fermín y Teresa se han alegrado de que la noticia de la bomba no hubiese arruinado el interés de los clientes por volver al salón. Matilde, por su parte, se ha llegado a sentir agobiada por la voluntad de cada cliente de hablar con ella. Antonia ha aprovechado para preguntarle sobre "el otro" salvador de La Moderna, Íñigo, y Matilde ha admitido que estaban disfrutando de un buen momento.

La promesa de Ocampos

En su despacho, Carla ha recibido la visita de Aguirre, y le ha felicitado con ironía por su capacidad de prever que La Moderna se hundiría en la miseria. El maleante le ha comentado que debería alegrarse, en cambio, viendo que Ocampos cerraría el caso de don Jaime. "Reconozco que lo de la llave fue una jugada maestra", ha congratulado Aguirre, quien ha preguntado a la empresaria por qué había culpabilizado a Manuel de todo lo sucedido.

"No es asunto suyo", ha cortado tajantemente doña Carla, y Aguirre ha intuido que la mujer podría ser incluso más peligrosa que él, pues ha insinuado escuetamente que hubiese sido ella quien mató a don Jaime.

En casa de Íñigo, Matilde y él han recibido la visita de Ocampos. El hombre les ha informado sobre las novedades de la llave de Manuel, e Íñigo ha dudado que ambos casos, tan diferentes entre sí, se resolviesen con un único culpable. A Ocampos también le ha parecido extraña esta conclusión, y ha prometido que encontraría quién ha ido sembrando pistas por el camino, cayese quien cayese. ¿Dará por fin con la culpabilidad de doña Carla?