"¿No estás cansado de esconderte?": la relación de Bosé y Nacho Palau, retratada

Bosé, el biopic que repasa algunos de los episodios más relevantes de la vida del artista a nivel personal y profesional, está a punto de finalizar su andadura en la nueva plataforma SkyShowtime. En el penúltimo capítulo, titulado Los chicos no lloran, nos adentramos de lleno en la relación a lo largo de más de dos décadas entre Miguel Bosé y su expareja, Nacho Palau, que los productores han preferido llamar Pablo para esquivar posibles problemas legales.

El actor José Sospedra —a quien próximamente veremos protagonizar la nueva serie diaria de Telecinco, Mía es la venganza, junto a Lydia Bosch— es el encargado de dar vida en la serie al escultor valenciano, muy conocido por el gran público por su participación en la pasada edición de Supervivientes.

La ficción, que cuenta con el aval del propio artista, nos muestra la evolución de la relación entre ambos; desde su primer encuentro en la fiesta de un amigo en común, allá por 1992, hasta el inicio de sus desavenencias, algunos años después. Con una diferencia de edad de casi 20 años, ambos lograron mantener en secreto su relación durante dos décadas, debido a la obsesión del cantante de Morenamía por salvaguardar a toda costa su privacidad. "Estaba dispuesto a vivir esta historia de amor, pero no a exponer mi vida privada", dice la voz en off de Iván Sánchez, el encargado de interpretar a Bosé en su madurez.

Una pareja en la cuerda floja

El episodio retrata diferentes fases en la vida en común de la pareja, alternando algunas escenas en la década de los noventa con otras ambientadas en el año 2009. De unos primeros años idílicos, cargados de viajes a lugares paradisíacos y promesas de futuro, pasamos a otros más sombríos en los que se muestran más distantes. "Éramos felices, pero con los años esa armonía fue cada vez más difícil de mantener. Una pareja siempre está en la cuerda floja, y el equilibrio es muy frágil", escuchamos decir a Miguel.

En algunas de las escenas de 2009 vemos a la pareja durante su estancia en la apacible finca que el artista poseía en Badajoz —que recientemente ha vendido al portero del Real Madrid, Tibauth Curtois—. La situación entre ellos ya no es la misma del principio, ya que Pablo lamenta que apenas se ven, está harto de ejercer de mero acompañante y de que la prensa asigne a Miguel novias que no existen. "Mi vida es ir detrás de ti", le recuerda. En otra secuencia, ya de vuelta a la casa familiar de Somosaguas, Palau ahonda en la herida. "¿No estás cansado de esconderte? ¿No te gustaría que pudiésemos ir a cualquier lugar? Los dos juntos, sin preocupaciones", se cuestiona. "Pues claro que me gustaría, si la prensa supiera respetar mi intimidad", defiende Miguel.

"Olvídate de la prensa. ¿Tú sabes lo que significaría que lo dijeras ahora? Sin bromas, sin juegos, sin dobles sentidos. Este jueguecito de la ambigüedad ya no te sirve, nunca te ha servido", le recrimina Pablo, con un tono casi de súplica. "Yo no quiero ser modelo de nadie", concluye Bosé.

Un homenaje que elude las polémicas

El episodio finaliza con varias escenas en las que vemos cómo se cuidan y apoyan mutuamente en sus momentos más bajos, como durante la convalecencia de Miguel Bosé tras el accidente de tráfico que sufrió en 1999. De fondo escuchamos Olvídame tú, single perteneciente al disco Por vos muero. Como autores de dicha canción figuran el compositor David Ascanio y, sorpresa, un tal Ignacio Palau Medina.

A pesar de haber modificado el nombre de Nacho, los guionistas —Boris Izaguirre, Isabel Vázquez y Ángeles González-Sinde—no han querido ignorar por completo a la que problabemente haya sido la persona más importante en la vida de Miguel y le regalan un episodio que funciona como un sentido homenaje a su historia de amor clandestina. Aún así, la ficción ha preferido no abordar sus años más difíciles ni su polémica separación, convertida en un circo mediático debido al juicio entre ambos por la custodia de sus cuatro hijos, nacidos mediante vientre de alquiler.