'Todas las veces que nos enamoramos': 9 secretos de la serie de Netflix

El pasado 14 de febrero, coincidiendo con el día de San Valentín, Netflix lanzó para todo el planeta Todas las veces que nos enamoramos, su nueva comedia romántica de la mano de Carlos Montero, el creador de Élite, y protagonizada por Georgina Amorós (Élite), Franco Masini (Rebelde), Albert Salazar (El internado: Las Cumbres), Carlos González (Maricón perdido), Blanca Martínez y Roser Vilajosana (Los del túnel).

A lo largo de sus ocho episodios, se narra la historia de Irene, una aspirante a directora de cine cuya vida da un giro de 180 grados al llegar a Madrid y conocer a los que pronto serán sus mejores amigos, y a Julio, el chico que sería el protagonista perfecto para sus películas y también para su vida.

Con motivo de su estreno, desde El Confi TV, la sección de televisión de El Confidencial, hemos tenido la ocasión de charlar con el equipo citado para conocer algunos secretos del proyecto español creado y desarrollado por El desorden crea, la productora de Montero, que firma a lo largo de los años éxitos como Física o química o El desorden que dejas.

La novela que nunca fue

En primer lugar, Carlos nos habla sobre el proyecto: "Aproximadamente hace dos años estaba escribiendo otra serie para Netflix (actualmente tiene contrato de exclusividad con la empresa audiovisual), que se me estaba atascando un poco y de repente, esta idea que ya tenía hace mucho, surgió. En principio iba a ser una novela, que nunca escribí, y era muy diferente, pero se lo conté a Netflix y les encantó. Escribí el primer episodio y ganó terreno enseguida porque con ellos la suerte es que todo va rápido".

Los protagonistas

En cuanto a la elección de los protagonistas, asegura que "nos ha costado encontrar a los actores. Georgina me encanta, pero en mi cabeza no estaba trabajar tan pronto con gente de Élite. Lo que pasó es que hizo una primera prueba que fue maravillosa. Luego hizo otra, porque yo quería que me dejara de gustar, pero pasaba todo lo contrario, que cada vez me iba gustando más y al final era ella lo que queríamos". Georgina añade que fueron un total de 7 pruebas hasta que le dieron el papel.

"Y en cuanto a Franco, no estaba pensado que fuera un actor argentino, pero ya en la fase final, Georgina probó con varios y cuando lo hizo con él, ya lo teníamos. En mi cabeza él no era tan bueno como persona, porque Franco lo es, transmite mucha luz, es un ángel en su vida y en su físico, pero merecía la pena hacer este cambio. Al final la serie fue más amable de lo que imaginé", declara.

El primer proyecto de Franco en España

El que parte del elenco de Rebelde, nos detalla su llegada al proyecto: "Nunca había trabajado en España, pero uno de los productores me tenía en su mente. Hice la prueba en Argentina un viernes y al día siguiente nos llamaron para decirnos que querían que viniera a Madrid el lunes. Fue muy loco todo. Hice alguna prueba con Carlos y luego ya con Georgina, que fue llegar, conocernos y 'acción'. Fue muy bien porque al final, aquí estamos".

Trabajando la química

Los ejes principales del proyecto nos cuentan cómo trabajaron en la química que desprenden: "Aparte de hacer muchos ensayos hicimos un poco de tango para encontrar la conexión. Hay algo de poder en una relación de amor, de ese tira y afloja por ver quién lleva las riendas, que a una directora en concreto, Carlota Pereda, le parecía que podíamos sacar cosas interesantes bailando. Nos ayudó bastante porque no nos conocíamos mucho y rompimos esa pared del principio, esa vergüenza. Salieron esas idas y venidas de los personajes, eso de que van y vuelven tantas veces. Con esa pasión, esos golpes...", dejando constancia de que ella nunca lo había bailado, pero él sí.

El debut de Blanca Martínez

Todas las veces que nos enamoramos es el gran debut de la joven actriz Blanca Martínez. Ilusionada y viviendo intensamente todo este proceso, nos explica cómo se siente: "Ha sido mi primer casting de ficción y mi primer proyecto audiovisual. He empezado bien, a ver si seguimos así [risas]. Hice la prueba un 30 de agosto y el 1 de septiembre me llamaron, mientras estaba en el portal de mi casa con las bolsas de la compra, para decirme que el papel era mío. Solté la compra y me tuve que sentar en el rellano un rato porque no me lo podía creer. Está siendo todo nuevo para mí y, aunque siempre tienes un poco de miedo, al final haces las cosas y todo sale. Espero que las críticas y los comentarios no me afecten demasiado, a ver qué pasa".

El giro en el personaje de Albert Salazar

Montero, que suele ir escribiendo sus historias según las va desarrollando, nos informa del cambio que sufrió el personaje de Albert Salazar: "Salía dos capítulos y quedaba como relegado, salía de la serie, pero me enamoré de él y no podía eliminarlo tan pronto y desaprovecharlo. Y estoy encantado de haberlo dejado y que se haya creado ese triángulo amoroso".

Por su parte, el intérprete nos explica lo siguiente: "La propuesta que hice en el casting, con lo que luego fue el personaje, cambió mucho. Al crearlo, fue derivando a algo más campechano. Durante todo el viaje con él me agarré al verbo 'complacer'. En todas las secuencias estaba intentando complacer a todo el mundo al ser la forma en el que lo creamos".

El reto de Carlos González

Hablar de Carlos González es recordar el maravilloso trabajo que hizo en la cruda y brillante Maricón perdido, suponiendo este nuevo paso en su carrera todo un reto: "En el proceso de ensayos, al venir de un proyecto como la serie de Bob, con un personaje muy determinado, tenía la idea de que tenía que hacer algo totalmente alejado. Pero un día me saltó la chispa y me di cuenta de que lo tenía mucho más cerca de lo que pensaba. Lo tenía ahí mismo. Ha sido muy divertido volver a tener 18 años, tanto corporal, como física, mental y emocionalmente. Tenía claro que no quería interpretar al amigo típico cotilla de la comedia romántica. Quise apartar el cliché gay".

Coordinador de intimidad

Desde hace poco tiempo, las producciones audiovisuales han incorporado a una persona para que gestiones las escenas íntimas, algo que el creador de la serie valora así: "Empecé reacio porque pensaba que era otra figura opinando en el rodaje, un tipo de censor, pero enseguida se me fue el prejuicio y lo entendí, porque funcionan muy bien, crean mucha comodidad... Siempre pensamos que los actores están a gusto, pero no sabías si por su afán de agradar y ser profesional tiraban para adelante, por eso incorporar esta figura da mucha más seguridad".

La actriz protagonista defiende que se haya incorporado: "Es una figura 100% importante. Igual que en una escena de combate hay un especialista y no vas a pegarte de verdad, lo mismo pasa con las escenas de sexo. Primero tenemos una reunión individual para saber cuáles son nuestros límites, luego se reúne con los directores para saber qué tienen en mente para la escena. Luego se tiene un ensayo semanas antes de rodar, donde se representa por encima para saber qué movimientos se van a hacer. Y ya luego, en el rodaje, está presente para asegurarse que haya equipo reducido de verdad, por si surgen algunas necesidades...".

El gran cliffhanger (contiene spoilers)

Y para finalizar, profundizamos en la inesperada situación del primer episodio que marca de alguna manera el resto de la serie. A partir de aquí hay spoilers. Carlos explica cómo y por qué se decidió meter la tragedia del 11-M de Madrid: "Esa idea no es mía, es de Almudena Ocaña, una de las guionistas. Cuando me lo contó, al principio me resistí porque me parecía como muy bestia, yo estaba en otro tono, pero no me pude quitar la idea de la cabeza y me ponía el reto. Ella defendía mucho que era una metáfora de que el amor no siempre es más grande que la vida. El amor no se da en un espacio neutral, se da en la vida y en la vida pasan cosas".

Amorós añade cómo afrontó ella esta parte del trabajo: "Es historia de este país y tanto desde guion como nosotros, lo hemos tratado con muchísimo respeto. Busqué y encontré a una superviviente del 11-M, que además perdió un ojo en el atentado, y estuve hablando con ella. Me contó muchas cosas y poder tener la experiencia de una persona que pasó por ello me ayudó mucho para interpretar e intentar darle la mayor verdad posible. Insisto, desde el respeto".