'Euphoria': los grandes errores de la temporada 2 de la serie de HBO Max

La segunda temporada de la polémica e irreverente 'Euphoria' ha llegado ya a su final con la emisión del octavo episodio. La aclamada y exitosa serie de HBO Max, que ya ha sido renovada para una tercera temporada, cierra una tanda irregular que ha generado todo tipo de comentarios e impresiones. A continuación analizamos con spoilers los grandes errores de las nuevas entregas. Fallos que han impedido que brille de igual manera que la primera.

La repetida trama de Rue

Rue, el personaje de Zendaya, es uno de los ejes principales de la ficción. Para muchos es la figura más potente de 'Euphoria' (no para mí), pero todo lo que se ha mostrado de ella en esta segunda temporada no es novedad. Su adicción, su tratamiento para salir del mundo de las drogas, las consecuencias de su recaída, el trauma que arrastra por la muerte de su padre, sus dudas con Jules... todo esto ya lo hemos vivido. Puede que en esta ocasión se profundice más en algunos aspectos, pero no hay evolución en ella y se ha pecado de darle un protagonismo excesivo.

Además, de todos los personajes estoy seguro de que es con el que menos se puede sentir identificado el gran público. Pocas personas con 16 o 17 años llegan a los niveles tan salvajes de Rue a la hora de drogarse y tratar con importantes narcotraficantes. Su papel es necesario en esta historia salvaje de instituto, pero existen muchas posibilidades en ella como para haber vuelto a lo mismo. Una pena que para sus creadores Rue sea tan solo adicciones y traumas familiares.

El ninguneo a Kat

Barbie Ferreira logró hacer de Kat uno de los mejores personajes de 'Euphoria'. La realidad que sufren muchas personas por culpa de la gordofobia implantada aún en muchos institutos (y fuera de ellos) fue plasmada con un aro de esperanza y superación, pero en esta temporada 'la reina gata' ha pasado a ser figuración. Los rumores apuntan a una mala relación entre el creador y director de la serie con la actriz. Al parecer él tenía unos planes locos para Kat, pero ella no estaba dispuesta a llevarla por ahí. Las consecuencias las hemos pagado los espectadores al perder tramas surrealistas y divertidas con Katherine Hernández.

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Es inadmisible lo que ha sucedido con ella y que hayamos estado toda la temporada esperando grandes momentos que nunca llegaron. Nos han tratado como a tontos y han pensado que nos conformaríamos con ver cómo Kat era infeliz en su relación sin saber muy bien por qué, cómo dejaba a su novio en cinco minutos y pasaba a ser la sombra de Maddy. Ni olvidamos ni perdonamos.

La cosificación de Jules

Las cartas que han jugado con la siempre pizpireta Jules también han sido malas. Un personaje tan potente como el interpretado por Hunter Schafer ha sido cosificado como la novia de Rue. Prácticamente su existencia en estos nuevos episodios han estado marcados por la adicción de su pareja. Ha faltado que se indague en la toxicidad que vive en sus relaciones con los demás (no solo me refiero a las relaciones amorosas). Está muy bien que no se dé importancia a su transexualidad y se trate con la normalidad que es, pero quizá tras haberlo hecho de forma magistral en la primera temporada, no hubiera estado de más dejar al descubierto sus sensaciones y forma de entender la vida en este tránsito de la adolescencia. Me niego a pensar que Jules es tan solo importante gracias a Rue.

La ausencia de los brillantes resúmenes de vida

Uno de los puntos fuertes del arranque del drama juvenil allá por el verano del 2019 era observar en el inicio de cada episodio cómo las decisiones de los padres habían llevado a los personajes a su vida actual. Llamémosles 'brillantes resúmenes de vida'. Con el primer capítulo de la segunda temporada parecía que todo seguiría siendo así el descubrir la infancia de Fez, pero no, tan solo era un anzuelo. Bien es cierto que nos regalan también la infancia de Cal, el padre de Nate, pero ¿qué pasa con el resto? Era muy necesario indagar en las historias de Lexi, Gia o Elliot, pudiendo también hacer extensible esta herramienta narrativa a la madre de Rue (del cual obtenemos una píldora), la madre de Cassie y Lexi u otros personajes como Ethan, Cenicero o el padrino de Rue.

En definitiva, ya no es una serie coral

Todo se puede resumir a la falta de equilibrio entre los personajes. Lo que hizo grande a 'Euphoria' era la mezcla de personalidades dispares, sus peculiares formas de entender y asumir su realidad, no dar nada nunca por sentado, los giros inesperados, lograr ver el alma de cada uno de los personajes... pero esto se ha perdido. Ya no todos tienen la misma importancia ni sus tramas evolucionan como lo esperado.

Un ejemplo es el personaje de Nate. Sí, sigue atormentado por la vida sexual de su padre, pero no se ha profundizado en ello. Ya sabíamos cómo se sentía y por qué se comporta así, pero lo suyo hubiera sido descubrir el ahora. Saber cómo intenta sobreponerse a eso, pero claro, para eso se necesita tiempo y que tenga más minutos de pantalla a lo largo de la temporada.

En donde sí han acertado

Para ser justos (y también serlo conmigo mismo, ya que esta sigue siendo una de mis series favoritas) quiero destacar también las cosas buenas que nos ha dado esta temporada. Al margen de la intachable fotografía, los planos, la música y todo lo que podemos denominar como 'Universo Euphoria', que por suerte sigue intacto, están Fez, Lexie y Cal, secundarios hasta la llegada de esta segunda temporada. Ellos han sido los grandes descubrimientos. Qué gozada de personajes y de interpretaciones. Cada uno de ellos es diferente, original e intrigante a la vez. Esperemos que en la tercera entrega obtengan el peso que se merecen.

Mención aparte merece el trío protagonizado por Cassie, Maddy y Nate, destacando especialmente el trabajo de la primera. Lo de Sydney Sweeney es de otro planeta. La joven plasma a la perfección la inseguridad y la dependencia que muchas chicas sufren por el heteropatriarcado juvenil. Es vital mostrar esta realidad desde el prisma que se hace con Cassie. Los personajes de Alexa Demie y Jacob Elordie están bien, pero no hubiera estado de más ir un paso más allá en cuanto a sus reacciones y decisiones.

Por suerte los episodios 7 y 8, los de la magnífica 'Our life', la obra de teatro de Lexi, nos han ofrecido lo que más nos gusta de 'Euphoria': todos los personajes enredados, emociones a flor de piel, sucesos inesperados... Me ha llegado a recordar al mejor episodio de la serie hasta la fecha, el de la feria de la primera temporada. Ojalá y 'Euphoria' nos escuche y recupere la impecable esencia de su primera temporada.

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