¿Quién fue y cómo mataba el asesino en serie de 'Acosador nocturno' (Netflix)?

'Acosador nocturno: A la caza de un asesino en serie', el último y más reciente 'true crime' de Netflix, explora la truculenta historia real de Richard Ramírez, uno de los más infames, sanguinarios y conocidos asesinos en serie, de todo Estados Unidos. Sus irrefrenables deseos de matar, sembraron el terror, el miedo y el pánico en la ciudad de Los Ángeles en 1984. En menos de un año, sin remordimiento ni piedad, mató a 14 personas y violó a otras tantas. Hasta entonces, ningún asesino en la historia del crimen de aquel país, había sido responsable de semejante variedad de atrocidades.

Tras una minuciosa investigación, Ramírez fue detenido el 31 de agosto de 1985, juzgado y condenado a muerte. El documental de Netflix, que cuenta con 4 intensos episodios, centra el tiro -nunca mejor dicho- en sus atroces crímenes, en el relato de los policías que le dieron caza, así como en los espeluznantes recuerdos de quienes sobrevivieron a sus cruentos ataques. Sin embargo, se aleja del perfil psicológico y lado más personal y oscuro de este individuo, escondido bajo el famoso apodo de 'Acosador nocturno'.

¿Quién era Richard Ramírez?

Nacido en el seno de una familia de inmigrantes mexicanos en El Paso (Texas), a Richard, el pequeño de cinco hermanos, le acompañó desde niño un carácter retraído, apocado, tímido y callado. No contó con una infancia, lo que se dice fácil. Tuvo un padre maltratador, sufrió enloquecedores ataques de epilepsia y por si fuera poco, vivió un macabro episodio con solo diez años, cuando su primo mató de un tiro en la cabeza a su mujer. Todo estos sucesos marcaron y condicionaron para siempre el resto de su vida.

Tamaño sufrimiento a su corta y desgraciada niñez, se tradujo en poco tiempo, en un inmenso odio y grandes dosis de rencor dentro de su mente enferma, así como una insaciable sed de venganza. Estas insatisfacciones las materializó de la peor manera que podía haberlo hecho: matando.

Con solo 15 años, dejó el colegio y se mudó a Los Ángeles. Allí cursó el peor máster de su vida, hasta convertirse en un peligroso adolescente (adorador de Satán, consumidor de drogas y delincuente habitual), que pasó incluso por prisión, a causa de sus robos. Su retorcida mente ya apuntaba entonces maneras, inundada por la rabia, el rencor, los pensamientos diabólicos y las más depravadas fantasías sexuales. Había abonado perfectamente el camino... para satisfacer sus ansias de matar.

La ola de crímenes de Richard Ramírez comenzó en 1984. En junio de ese mismo año, asesinó, violó y apuñaló a una viuda de 79 años. Entre marzo y agosto del año siguiente mató al menos a otras 13 personas (hombres, mujeres y hasta niños) con armas, cuchillos, martillos o bates de béisbol. El único patrón que seguía para matar, era el placer que sentía mirando a los ojos a sus víctimas; circunstancia esta, que dificultó todavía más la labor de los investigadores. Una de las mujeres que logró sobrevivir a uno de sus ataques, dio suficientes pistas para su detención, ese mismo mes de agosto.

En uno de los juicios más mediáticos que se recuerda de los últimos años, celebrado en octubre de 1989, Richard Ramírez fue condenado a la pena de muerte, acusado de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 9 violaciones, 2 secuestros y 5 robos. La fecha para su ejecución nunca fue establecida y el asesino falleció a los 53 años, en 2013, de una insuficiencia hepática en un hospital en California. Cuatro años atrás, se había separado de Doreen Lioy, una mujer que cayó rendida incomprensiblemente ante sus oscuros encantos, y con quien se casó en prisión en el año 1996.