Máximo Huerta se rompe en 'El camino a casa' (La Sexta) al recordar la violencia doméstica que sufrió

En el estreno de la segunda temporada de El camino a casa, Máximo Huerta regresó a Buñol y rememoró su infancia en este pequeño municipio de la Comunidad Valenciana. El periodista y escritor transitó por todos aquellos lugares que le convirtieron en la persona que es hoy en día. Aunque Huerta se emocionó y rio con todos los buenos recuerdos de su juventud, también se rompió con aquellos duros momentos que le tocó vivir.

En un momento de este viaje, Albert Espinosa le preguntó al periodista si quería hablar de su padre. Y es que Máximo Huerta tuvo una complicada infancia por el trato que recibía de su progenitor: "Mi padre ha marcado mi vida. Seguramente, mi padre fue un hombre al que no lo quisieron bien y por eso no supo querer", trató de justificar el escritor, que, a continuación, relató la durísima juventud que vivió en casa.

"Mi padre era muy rígido. Era un hombre que era violento en casa. Yo prefería quedarme en casa, vigilando a mi madre. El seguro de vida de mi madre era yo. Si yo estaba en casa, mi padre se podía cortar. Yo no sé qué pasaba cuando me iba. Entonces, me acostumbré a la incomodidad, a las palabras demasiado graves…", confesó Máximo Huerta, mientras se le quebraba la voz al rememorar estos duros recuerdos.

En el formato de La Sexta, el escritor reveló que estas situaciones pasadas aún perviven en su mente y le siguen haciendo daño: "Yo soy hijo de una familia que no se quiso. La única cosa que unía a mis padres era yo", señaló Máximo Huerta. Tras esto, el periodista valenciano dejó atónito a Albert Espinosa al desvelarle que, en ocasiones, su madre deseaba la muerte de su padre: "Mi madre decía algo muy duro, que era '¿Cuándo se morirá tu padre?' Porque eso significaba su libertad y la mía", afirmó Huerta, que fue incapaz de romperse.

"Cuando se oían las llaves de la puerta, la vida cambiaba. El sonido de las llaves de mi padre me causaba miedo. Yo conozco el miedo y, lo que es peor, me acostumbré desde pequeño al miedo", confesó Máximo Huerta. Además, el escritor señaló que su padre le prohibía a su madre pintarse las uñas, vestirse de rojo o maquillarse: "Esto me hace daño", reconoció el periodista, al recordar el férreo control que su padre ejercía sobre su madre.

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Por este motivo, cuando su madre ya tenía demencia, Máximo Huerta le pintó las uñas de rojo: "Fue un acto de venganza al pasado", destacó el escritor. A pesar de todo este dolor, el comunicador valenciano no le guarda rencor a su padre: "Yo a mi padre lo he querido y no puedo justificar nada de lo que hizo, pero sí reconciliarme con ese tiempo. Él se fue en paz y yo también. Hubo una especie de perdón", reveló Huerta, al recordar el fallecimiento de su padre.

Antes de cambiar de tema, Albert Espinosa sorprendió al escritor con un trozo de papel que contenía el perfume que solía llevar el padre de Máximo Huerta. El periodista rompió a llorar al olerlo y demostró que, a pesar de los malos tratos, Huerta aún quería a su padre.