Noemí Galera se sincera sobre su difícil etapa como jurado de 'Operación triunfo': "Serlo es desagradecido"

El fin de Operación triunfo 2023 se acerca. En cuestión de una semana, los espectadores del formato, que hace tres meses resurgió en Amazon Prime Video, elegirán al duodécimo ganador de su historia entre Naiara, Juanjo, Paul, Bea, Martin, Ruslana o Lucas. Y, si hay una persona que ha vivido de primera mano cada final, cada detalle del talent show, desde distintas perspectivas, esa es Noemí Galera.

Este domingo, 11 de febrero, la directora de la academia ha concedido una entrevista a El País. Una charla en la que recuerda la época en la que el programa producido por Gestmusic se emitía en Telecinco y se empapó de la línea editorial de la cadena: la polémica, el predominio del reality por encima de la música. Entre 2005 y 2011, Galera se sentaba en la mesa del jurado en las galas.

Las duras valoraciones o los desencuentros en directo con Risto Mejide eran parte del rol de Noemí esos años: "No tengo mala conciencia, pero hoy lo haría de otra manera, porque la sociedad es otra y porque yo, afortunadamente, también soy otra persona". La también directora de casting de OT lo rememora de la siguiente manera: "Ser jurado es desagradecido, y eso en que en mi época no existían las redes".

"En 2005, me llamaron a casa para amenazarme de muerte. En los últimos tiempos, he tenido que poner dos denuncias, por insultos y porque en uno de los casos me mentaron a mi hija", lamenta la productora de televisión. Sobre Risto, prefiere no dar demasiadas explicaciones: "No lo he vuelto a ver, no me interesa remover esa etapa".

De hecho, Galera acepta que OT, de alguna manera, se desvirtuó en el canal de Fuencarral: "Es un programa de valores. Por ejemplo, el respeto y la igualdad. En esta edición, hemos organizado charlas sobre salud sexual, déficit de atención y autoestima corporal. En aquella etapa, eso se perdió un poco. La televisión era diferente y lo que primaba era el reality. Por suerte, eso ha cambiado".

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La juventud española de 2024 es radicalmente distinta a la de 2001, y en efecto, las actividades que se organizan en la academia y el propio perfil de los concursantes dan buena cuenta de ello. Noemí es consciente de la evolución: "Nunca hemos dejado fuera a la gente del colectivo [LGBTI], jamás. Pero la sociedad ha cambiado. Tal vez entonces no eran conscientes de que lo eran, de los grises que existían. Ahora los jóvenes se sienten libres de definirse como quieran, e incluso de no definirse".