Iker Jiménez cuenta la experiencia que vivió en el tanatorio de Pepe Domingo Castaño

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A lo largo de su extensa carrera, el recientemente fallecido periodista Pepe Domingo Castaño trabajó con multitud de personas que también son reconocidos profesionales, desarrollando una estrecha relación personal con muchos de ellos. Una de esas personas es Iker Jiménez, que coincidió con él durante quince años en la Cadena SER, en las noches de los fines de semana. "Todo ese equipo de deportes es una auténtica familia", asegura.

Tras la muerte de Pepe Domingo, el presentador de Cuarto Milenio acudió al tanatorio, donde estaban reunidos numerosos periodistas de diferentes medios, especialmente del mundo de los deportes. Lo que vio allí Iker Jiménez, y lo que experimentó él mismo, le llevó a una profunda reflexión que quiso transmitir a sus seguidores de X / Twitter, y que no dudó en grabar al mismo tiempo que preparaba la cena de su hija.

"Vi muchos abrazos entre gente que había tenido sus disputas", analiza Jiménez. Además, a él mismo le ocurrió también lo mismo, pues reconoce que había tenido una "disputa menor reciente con un compañero radiofónico", cuyo nombre no desvela, pero una vez se encontraron allí dejaron a un lado ese desencuentro y se dieron "un abrazo de esos sinceros".

La reflexión de Iker Jiménez

Todo ello lleva al popular comunicador a una importante reflexión: "Cuando pasa algo como la muerte, sobre todo si es repentina, como la del gran Pepe Domingo, te hace pensar un poco en todo y en que la inmensa mayoría de las cosas por las que nos rasgamos las vestiduras no son para tanto ante el enigma de la muerte y de que estamos aquí solo un tiempo".

Iker Jiménez cree que la muerte nos hace ver que ciertos problemas y conflictos no son tan graves

Al final, Iker Jiménez concluye su reflexión afirmando que "cada día cuenta, es como si fuera el último, es un regalo que nos desenvuelven, que nadie sabe cuándo va a volver a ser empaquetado". Y que aunque la gente pueda tener problemas y volver a enfadarse, cuando se produce una muerte cercana "todo el mundo es un poco consciente". "Qué bonito sería ser consciente siempre, ¿verdad?", remata.

El propio Pepe Domingo Castaño también tuvo sus propias disputas en vida que supo reconducir, como ha contado su compañero y amigo José Ramón de la Morena. Aunque pasaron un tiempo distanciados, acabaron reconstruyendo sus puentes y reconciliándose, terminando también abrazados tras organizar una comida juntos.