Un colaborador de 'La Resistencia' cuenta por qué nunca deberías poner una reseña en Google Maps

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Las reseñas online se han convertido en un aspecto fundamental a la hora de contratar un servicio o adquirir un producto: es habitual que, en los tiempos que corren, los clientes potenciales se fijen antes en las opiniones de otros consumidores, y las comparen con otras alternativas. Pero el mundo de las reseñas es más complejo de lo que parece, y hay un aspecto a tener muy en cuenta: que el propietario del negocio puede defenderse respondiendo a una valoración que no le guste, con la oportunidad de quedarse con la última palabra.

Y hay propietarios que incluso llegan a humillar al autor de la reseña, como nos explica el humorista Pablo Ibarburu, colaborador de La Resistencia. "Me fui a un hotel, había chinches, y quería poner una reseña, pero me eché atrás", le cuenta Ibarburu al presentador David Broncano. El motivo es que vio que la propietaria del hotel había contestado de forma muy llamativa a una opinión, explayándose en criticar una frase que le sentó mal, pese a que la valoración había sido de 4 estrellas sobre 5.

La usuaria valoró muy positivamente "las vistas, las piscinas y la amabilidad del personal" de este hotel, que por lo visto se encuentra en Cadaqués (Girona). Sin embargo, tuvo ciertos reparos con la decoración, y terminó su breve opinión con la siguiente frase: "chocan algunos elementos que claramente se han comprado en un chino".

La respuesta de la propietaria

Esa valoración pareció ofender mucho a la dueña del hotel, que posiblemente eligió la decoración con una especial atención a su gusto artístico personal y aprecia mucho las obras que tiene en sus pasillos. En una respuesta muy extensa, la propietaria incluye frases tan contundentes como que "no reconocerías una obra de arte ni siquiera si Goya, Velázquez, Sorolla, Picasso y Dalí la pintasen delante de tus ojos".

La propietaria se sintió ofendida porque cuestionasen el valor artístico de la decoración

Sin duda, a la propietaria del hotel no le gustó nada que dijesen que sus apreciadas obras de arte eran de los chinos, y contraataca también diciendo que "al parecer por tu atuendo yo diría que a ti también te gustan mucho las tiendas y bazares chinos, lo cual no es malo, pero de ir tanto piensas que todo es chino". Para rematar, y no contenta con haber puesto de vuelta y media a su clienta en castellano, tras acabar esta bronca vuelve a repetir el mismo discurso traducido al inglés, pese a que la breve reseña original solo estaba en nuestro idioma.

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Tras ver semejante diatriba, Pablo Ibarburu cree que hay que pensárselo dos veces antes de dejar una reseña online en Google, porque corremos el riesgo de que el dueño del negocio nos haga sentir muy mal, aún peor que si le ponemos que hay chinches.