Paula Vázquez ('El puente de las mentiras'): "No personalizo ni los éxitos ni los fracasos de los programas"

Han pasado más de 30 años desde que el mítico Chicho Ibáñez Serrador descubriese a una joven gallega y la fichase como azafata de su Un, dos, tres... responda otra vez. Era 1991 y Paula Vázquez daba sus primeros pasos profesionales en Televisión Española, casa a la que vuelve para presentar El puente de las mentiras, una de las grandes apuestas veraniegas de la cadena pública junto a El Grand Prix, Vamos a llevarnos bien o José Mota Live Show.

El nuevo concurso de La 1, producido por Boxfish TV, tiene equipos de celebrities como concursantes (en la primera entrega, Miki Nadal, Amaya Valdemoro, Rodrigo Vazquez y Cayetana Guillén Cuervo) y una dinámica sencilla: estos deben ir cruzando un puente pisando las verdades y tratando de evitar las mentiras, o arriesgarse a quedar fuera del juego. El formato desembarca en nuestro país directamente de la BBC, donde goza de gran éxito y ya se han emitido dos temporadas, una con anónimos y otra con famosos.

Vázquez regresa a la corporación pública tras un parón laboral de dos años por asuntos familiares. En 2021, la gallega condujo Celebrity Bake Off (Amazon Prime Video) y puede presumir de que en su curriculum figuren programas que marcaron la televisión nacional, como Fama, ¡a bailar! (Cuatro y Movistar Plus+), El número uno (Antena 3), Pekín Express (Cuatro), Gran hermano o El juego del euromillón (Telecinco).

PREGUNTA. ¿Cómo te llegó el proyecto? ¿Pensaste mucho si aceptarlo o no?

RESPUESTA. No. Me llamó Boxfish, de repente. Ya había trabajado con ellos en Celebrity Bake Off. El puente de las mentiras me encantó por lo visual, por su atractivo, pero también por lo sencillo que va a ser para el público quedarse y participar con los concursantes que hay en plató. Entre verdades y mentiras, te vas dando cuenta de que sabes más de lo que creías sobre algunas categorías: gastronomía, viajes, películas, música...

Ahí creo que vamos a ver a las celebrities más de verdad que nunca. Descubriremos que quien no nos imaginábamos es un especialista en algo. Como todo lo que se recauda está destinado a una ONG, los famosos están más sueltos, no les da miedo equivocarse. La pasarela, además, es muy atractiva. Es un suelo lleno de colores y luces, está vivo. El fin, son 22 verdades y 22 mentiras y tienes que atravesar el puente sin pisar las mentiras, algo que es imposible. De las verdades se recauda, de las mentiras se aprende, como la vida misma.

P. Tras Celebrity Bake Off, ¿te llegó alguna oferta de otra cadena? ¿Te tantearon para más proyectos?

R. Sí, sí, pero he tenido que estar cuidando de un familiar y he estado retirada de la tele. También he sido muy feliz de verla como espectadora. En el momento que ya he podido, me he puesto las pilas. Me apetecía mucho volver a trabajar con este equipo, que tiene tanta energía y que todo sale bien. Todos remamos a favor de obra y estamos muy ilusionados.

"Los concursantes más serios van a perder un poquito los papeles"

P. ¿Algo que nos puedas contar sobre los concursantes?

R. Habrá gente que lo está petando ahora en series. O incluso deportistas. Sobre todo, habrá celebrities que no hemos visto concursar en ningún otro formato parecido. En general, creo que habrá sorpresas. Incluso las personas más prudentes, que igual son menos extrovertidas, llegan a un punto que tienen que avanzar, correr y sorprenderse de que algo sea mentira, cuando tenían clarísimo que no. Ahí es donde el público, desde casa, querrá participar.

P. ¿Por qué crees que la gente se está reenganchando de nuevo a los concursos?

R. Quizá sean modas u oleadas. Venimos de una tele de más improvisación, donde todo es sobre la marcha y todo vale. De repente, era muy moderno enseñar el trípode o la parte de los cables, pero para lo que llevamos años en esto eso es tele con faltas de ortografía. Se puso de moda un tiempo, debe ser algo cíclico. Ahora volvemos a ese tipo de formatos en los que hay un equipo de gente detrás para que los espectadores vuelvan a creer en la magia, en el duende de la tele, como decía Chicho.

P. Sin ir más lejos, en TVE, encontramos el ejemplo de El cazador, donde estuviste hace unas semanas. ¿Qué es lo que marca la diferencia en El puente de las mentiras?

R. Quizá lo innovador. El formato está en la BBC. La primera temporada fue de anónimos y, la segunda, de famosos. Les está yendo francamente bien. Aquí los famosos van a hacer equipo y se van a divertir. El puente te da licencia para todo. Para cantar, para bailar, para tararear... Lo que sea que te ayude a recordar una respuesta. Vamos a verles en unas facetas en las que nunca les hemos visto. La gente más seria va a perder un poquito los papeles.

P. TVE estaba negociando con Boomerang para traer de vuelta Pekín Express. Fuiste la primera presentadora del formato, ¿en algún momento se te planteó presentarlo o que tu vuelta a TVE estuviera ligada al programa?

R. No. De hecho, primera noticia. No he estado muy involucrada, pero sí que es verdad que después de mí hubo muchos presentadores de Pekín Express. No me extrañaría que hubiese sido alguien nuevo.

"De repente, era muy moderno enseñar el trípode o la parte de los cables, pero para lo que llevamos años en esto eso es TV con faltas de ortografía"

P. Si echamos un vistazo a los principales concursos de nuestra tele, resulta curioso que todos estén presentados por hombres. ¿Qué explicación encuentras?

R. Llevo reivindicándolo desde el principio de mi carrera. Dije: 'Quiero un late night. ¿Por qué solo los pueden presentar hombres?'. Después de muchos años de ir de abanderada, creo que lo que hace falta es que los periodistas digáis que debe haber un poco de paridad, que no nos encasillen. Hemos demostrado con sobrada valía que hacemos audiencia, así que ojalá que os escuchen. Que el papel de la mujer deje de estar relegado a programas de corazón y que pasen a otro tipo de formatos, como los concursos.

P. Está claro que la tele está viviendo una época de grandes cambios, con el cierre de espacios que parecía que estarían toda la vida en parrilla. Es el caso de Sálvame, programa con el que fuiste muy crítica en su momento. ¿Cómo valoras su cancelación?

R. No voy a entrar, porque luego es curioso cómo se utiliza a una como abanderada, sabiendo que es lo que todo el mundo piensa. Me voy a reservar lo que opino. Para mí, es pasado. Miro al futuro con optimismo. A atravesar puentes.

P. Uno de tus trabajos más recordados fue Fama, primero en Cuatro y luego en Movistar Plus+. Ahora, uno de los grandes talent shows de nuestra televisión, Operación triunfo, se va a Amazon Prime Video. ¿Está en las plataformas el futuro de los grandes programas de talentos?

R. La diversificación viene de esa oportunidad que tenemos ahora con las plataformas. Lo que ha pasado es que los jóvenes eligen otro tipo de entretenimiento, más inmediato, con el teléfono. Los mayores aún estamos más en casa, sentados. Es el futuro, sin lugar a dudas, y es bueno, porque así habrá oportunidades para todos. Nos beneficia a todos. Cuando solo estaban La 1 y La 2 había muy pocos presentadores y periodistas. Que haya que repartir el pastel entre más solo nos va a enriquecer.

"Con las plataformas, que haya que repartir el pastel entre más solo nos va a enriquecer"

P. Precisamente, entraste en contacto con TVE en aquellos años, en el Un, dos, tres, responda otra vez. ¿Cómo estás viviendo tu vuelta a la pública?

R. Está siendo reconfortante. TVE sigue teniendo a muchos fieles detrás, cuando se han lanzado las promociones he notado un cambio en la calle. El otro día me subía al AVE y todos me reconocían. ¡Caramba con La 1! Sigue siendo una referencia y es un placer volver después de 30 años. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo.

P. ¿Estás algo más tranquila con las audiencias al ser una cadena pública? ¿O eres propensa a mirar los datos?

R. Nunca me han influido. Mi trabajo siempre ha consistido en que la persona que me lo encarga quede satisfecha. Sinceramente, no personalizo ni los éxitos ni los fracasos. Al final, un programa es un engranaje, un reloj suizo donde todos tenemos un poquito de responsabilidad. Siempre he visto esto como una carrera de fondo. Por ejemplo, Celebrity Bake Off fue un formato que gustó mucho y, sin embargo, no se ha repetido. No es ningún drama y qué suerte haberlo vivido.