'Traitors España' o cómo la falta de emoción, famosos aburridos y una pésima calidad ha llegado a HBO Max
Así es el primer gran reality show de HBO Max España, un juego psicológico de engaños, asesinatos y lingotes de plata con rostros populares
Hace exactamente una semana que se estrenó en HBO Max Traitors España, adaptación del formato de éxito internacional y primer reality show nacional de la plataforma de pago. Bajo el sello de Gestmusic, productora ligada a espacios de entretenimiento como Operación triunfo, Tu cara me suena o ¡Boom!, a lo largo de ocho episodios de unos 55 minutos de duración, un grupo de famosos ha lidiado de forma libre y consciente con la traición, el engaño y la mentira.
Y como amante del género, crítico de televisión y seguidor de prácticamente todos los espacios de corte similar desde que llegaron a España (de El traidor hasta el fallido Unan1mous), me he tomado la libertad de jugar a este juego y escribir un titular falso. Total, si alguien se ofende podré decir que tan solo estoy tratando con telerrealidad. Me ha parecido arriesgado y excitante hacerlo para ver la reacción que se puede generar, los lectores que realmente van más allá y no se quedan con el headline y, ya de paso, picar por unos segundos a Tinet Rubira, productor ejecutivo del show y unos de los directivos de televisión más implicado con sus proyectos (su cuenta de Twitter parece la oficial de Traitors).
Iba a decir que hacía tiempo que no disfrutaba así con un reality, pero en verdad no ha pasado tanto desde que lo gocé con Insiders, también el primer gran reality español de Netflix (sí, soy de esos a los que le encantó ese giro al formato tradicional de encierro con anónimos). Pero es verdad que ahora estamos ante algo completamente diferente. Aquí hablamos de estrategia, famosos y misterio.
Me ha fascinado prácticamente todo. No solo han cuidado la fotografía, escenografía, música o planos, dándole tal y como nos aseguraban un toque cinematográfico, es que han sabido perfectamente llevar los tiempos y generar intriga, creando unos finales de infarto en cada episodio que te obliga a continuar con el siguiente. Confieso que con el primer programa, al conocer la identidad de los traidores, sentí que se perdía parte de la magia. No entendía que contaran al espectador su gran aliciente, pero este hecho hace que descubras, analices y valores los movimientos de sus protagonistas. Sin esta revelación la experiencia hubiera sido muy diferente.
En el punto del casting, también sorprende lo acertado que han estado con todos y cada uno de los perfiles. Es cierto que la mayoría no son tan conocidos o catalogados como celebrities, pero no dejan de ser personas que han alcanzado cierta relevancia en nuestro país gracias a su trabajo, es decir, a su talento y esfuerzo. Celebro que se dé espacio y proyectos diferentes a hombres y mujeres con profesiones destacadas que no son tan mediáticas en la tele.
Los 18 se vuelcan con la premisa y, aunque se critique a los presuntos muebles, si todos fueran tan intensos y explícitos como mi querida Abril Zamora, estaría claramente descompensado. No solo han hecho un grupo más que sólido, también han demostrado que hay rostros populares poco explotados en la pequeña pantalla que son capaces de liderar un show de estas características y generar mucho interés. Ahora me encantaría entrevistar a cada uno de ellos porque tengo mil preguntas sobre su aventura.
Sergio Peris-Mencheta ejerce de forma magistral de maestro de ceremonias, consiguiendo que el hilo argumental no pierda el nivel inicial con esa presencia tan personal que suma tanto al show. Como contrapunto, me parece justo señalar lo que creo que se podría mejorar, que son claramente las pruebas. La mayoría son fáciles, poco arriesgadas e insulsas. Creo que el juego ofrece un sin fin de posibilidades para hacer en cada jornada una prueba mejor que la anterior (me vienen a la cabeza algunas de Factor miedo). El final también da para debate porque la figura de los traidores queda diluida.
Pero lo importante es agradecer que se cuide y se piense así en el espectador. Sobre todo en esta era en la que los realitys están de capa caída al tratarnos como tontos y pensar que seguiremos tragándonos cualquier cosa con los mismos platós, los mismos presentadores, los mismos concursantes y las mismas temáticas. Las buenas ideas, trabajadas y bien ejecutadas, como es el caso, dan como resultado un producto de altura y calidad. Que, además, cuenta con el apoyo del público, ya que desde su lanzamiento ocupa el primer lugar de lo más visto de HBO Max.
Si has llegado hasta aquí, has descubierto los argumentos que me identifican como periodista fiel del formato. Deseo que Traitors España, con su gran dosis de emoción, famosos de altura y una calidad inmejorable (este sería el verdadero titular), tenga más temporadas y sus giros sigan entreteniéndonos. Porque la telerrealidad no es sinónimo de gritos, caspa y pseudofama. Ah, Tinet, apúntame en la ya extensa lista de personas a las que también le encantaría ponerse a prueba y ver hasta dónde sería capaz de llegar.
Hace exactamente una semana que se estrenó en HBO Max Traitors España, adaptación del formato de éxito internacional y primer reality show nacional de la plataforma de pago. Bajo el sello de Gestmusic, productora ligada a espacios de entretenimiento como Operación triunfo, Tu cara me suena o ¡Boom!, a lo largo de ocho episodios de unos 55 minutos de duración, un grupo de famosos ha lidiado de forma libre y consciente con la traición, el engaño y la mentira.