La sorprendente confesión de Pablo Motos en 'El hormiguero': "He estado a punto de arruinarme gravemente en dos ocasiones"

Los espectadores de 'El hormiguero' tuvieron este miércoles ocasión de conocer uno de los capítulos más desconocidos de la vida de Pablo Motos. Aprovechando una de las secciones de Trancas y Barrancas, el presentador y sus colaboradores fueron sincerándose ante las preguntas que les plantearon las hormigas.

"¿Habéis estado a punto de arruinaros alguna vez?". Curiosamente, tanto Pablo Motos como sus colaboradores (Marron, Nuria Roca y Juan del Val) levantaron la mano, aunque fue el presentador el primero en relatar su particular pesadilla. "Yo, gravemente, dos veces", confesó Motos.

"¿Cómo de grave?", quiso saber Trancas. Según el presentador, fue tan grave que estuvo a punto de arruinarse. "Ahora mismo no se puede calcular". Pablo Motos llegó a firmar un poder por 300.000 euros a un señor en el que había depositado muchísima confianza y acabó estafándole.

"Ese hombre me tangó. Luego, me perdonaron parte de la deuda porque era una cosa de publicidad que había firmado por él, porque decía que no tenía tiempo para firmar aquello. Como estaba todo a mi nombre, me cayó la del pulpo", recordó el presentador.

"Finalmente, la emisora de radio en la que trabajaba me condonó la deuda, pero estuve un añito sin cobrar". Según Motos, "hay quien dice que no se te puede quitar todo el sueldo, ¡falso!, sí que lo pueden hacer y estar un año entero viviendo de tus padres".

El negocio del ladrillo

"También me estalló la burbuja inmobiliaria en toda la boca", desveló Motos. "Tenía unos amigos que estaban invirtiendo pasta y cada vez venían más contentos, me miraban con la cara de '¡qué tonto eres!' y yo les decía que prefería invertir en la bolsa".

"En Navidad, vinieron y me dijeron que estaban nadando en dinero y que ganaban 600 euros en un día". Fue en ese momento cuando convencieron al presentador y decidió invertir en ladrillo: "Entonces decidí meter allí la pasta y a los tres o cuatro días la palmé. Fue una cosa de horas. Era la empresa inmobiliaria donde empezó todo, allí tenía yo el dinero".

"A mí me pasa un poco igual", detalló, a continuación, Juan del Val. "Yo a lo mejor tengo algunas habilidades, pero lo de hacer negocios no. Nosotros una vez invertimos en una tienda de ropa y la cosa salió muy mal. Parecía que aquello era la abundancia y, al final, metimos dinero y lo acabamos palmando todo. En los negocios hay que tener bastante prudencia a la hora de hacerlos y hacer negocios de los que sepas".

Marron, por su lado, reconoció también que no le habían ido nada bien los negocios en los que había invertido el dinero como en "un restaurante y una tienda de vapeo que ya no existe".